Estaciones de mi vida: maletas, bultos y cachivaches. Desconocidos con gabardina gris, señores de sombreros elegantes y hombres con boinas sencillas.
Trenes con destino fijo. Transeúntes anónimos, sin rumbo, recorren la bruma opaca que tiñe los rostros de tristeza de esa gente con paraguas y hatillos de cuerdas tensas, de un gran valor añadido por los días. Siempre.
Aquella niña era yo…los ojos verdes ya no brillan luz de vida. Ahora miran grises y ella lo sabe.
Trenes con destino fijo. Transeúntes anónimos, sin rumbo, recorren la bruma opaca que tiñe los rostros de tristeza de esa gente con paraguas y hatillos de cuerdas tensas, de un gran valor añadido por los días. Siempre.
Aquella niña era yo…los ojos verdes ya no brillan luz de vida. Ahora miran grises y ella lo sabe.
Pero yo, nunca tomé un tren de cercanías...
Anímate, Puri
Unas palabras que nos hacen entrar en el rinconcito perdido de nuestros recuerdos.
ResponderEliminarUn tren fantastico.
Besos
Siempre, siempre, los trenes. Lástima que los abandonen y propicien la carretera. ¿Por qué no tomaste nunca un tren de cercanías? La cercanía es lo más importante en la vida, incluso en la vía.
ResponderEliminarBueno, pues yo tengo que viajar mucho en avión, en barco, en tren y en coche.
ResponderEliminarEn tren todos los meses.
Me gusta el viaje en tren.
Es tranquilo, entretenido y te dá ocasión de ver, pensar, escribir, observar, fantasear....He escrito varios posts sobre lo que veo en los viajes.
Ahora, desde Madrid, utilizo también el tren de cercanías.
Es rápido, seguro y no padece atascos.
El andén, al igual que los aeropuertos, siempre me motivan a fantasear.
Que harán esas personas, dónde irán, si les esperan, si es triste el viaje, alegre...
Enfin, que como dicen allén de los mares, soy una "novelera".
Un besito
Yo tomo el tren de cercanías con frecuencia, desde hace muchos años, desde Lorca a Murcia, desde Murcia a Lorca, desde Orihuela a Murcia o a Alicante y viceversa.
ResponderEliminarme gustan los trenes de cercanías, son como el Metro pero ofrecen un mayor confort, una mayor posibilidad de aislarse, contemplando el paisaje, pensando cada cual en lo suyo, imaginando cómo sería la vida de habirat en aquella casita encaramada en la falda de un monte, o en aquella rodeada de naranjos, o en esta otra desde la que ya se ve el mar.
Como hace Clares, te pregunto ¿por qúe nunca tomaste un tren de cercanías? Y te animo a probarlos.
Muchas veces son sinonimo de despedidas pero tambien reflejan la alegria de unos ojos buscando otros muy queridos.
ResponderEliminarAnimo, te noto triste.
Un besito
Siempre me gustó viajar en tren, me parece un modo muy romantico de viajar. En fín, tonterias mias.jejejeje
ResponderEliminarAgur un saludo.
Precioso tu tren, me gusta mucho, pero desde hace muchos años que yo no tomo ninguno, viajo en coche, aunque no sé conducir... Siempre voy de copiloto, pues soy miedosa y no me decido a aprender...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte Rosario
No sé cómo funcionan las cercanías en otros lugares, pero puedo decirte que, En Madrid, es una delicia. Son puntuales, cómodos y con una frecuencia de paso estupenda.
ResponderEliminarAsí que, anímate y coge ese tren de cercanías que nunca usaste. Verás que la experiencia es buena.
Por cierto, hablando de trenes, recordando un comentario tuyo, te anuncio que el día 28 saldrá en mi blog una entrada dedicada a ti.
Besicos.