No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

martes, 27 de octubre de 2009

EL ESTORNUDO

A finales del verano de 2006 todas las autopistas, carreteras comarcales, centros comerciales y de ocio del sur del Estado de California se habían llenado como una plaga de luminosos y llamativos anuncios que incidían en un mensaje muy directo sobre: el estornudo y los gatos.
La campaña era tan contundente y masiva que todos los medios de comunicación se hacían eco de ella. Pasó de ser una mera anécdota protagonizada por un desconocido empresario llamado Simón Brody , alérgico a los gatos, cuando aquel día contó en una televisión local que estaría dispuesto a modificar genéticamente a su minino para evitar la alergia que le producían. Quería mucho a su mascota FiFí, un morrongo común de patitas cortas, de pelo largo y espeso.
Si su experimento tenía éxito ayudaría a muchas personas con problemas de alergia a este tipo de animales. S. Brody se dedicaba al cultivo agrario de cítricos. Heredó de su padre grandes plantaciones, sobre todo de naranjas y pomelos que distribuía por toda América. En los últimos años se había introducido en el mercado de Japón.
Vendería parte de la explotación agraria, invertiría en la investigación para que los felinos estuvieran desprovistos del gen que producía el estornudo. Estaba decidido. Así que un día reunió a la familia y les contó la idea, de tal manera que no sólo se enriquecerían con la nueva empresa si no que podría ser un benefactor para gran parte de la humanidad que deseara tener un animal de la familia felina. " Ya conocéis mi problema alérgico" ; argumentaba. Tenía calculadas las ventas y también los beneficios. Y confesó que durante dos años habían trabajado sobre dicho gen, su modificación está bajo control, el estudio de mercado hecho. Sólo tendría que hacer una buena campaña publicitaria.
S. Brody vendió parte de su finca de agrios, desarrolló su invento rodeándose de buenos biólogos y técnicos de laboratorio venidos de todo el país . En los primeros meses de 2007 tuvo una extraordinaria y colosal camada de esos animalitos que cazan ratones en el campo, comen pescado en los puertos de mar o hacen compañía en hogares de la sociedad urbana actual. La publicidad fue un acierto. Ya estaba en el mercado la mascota hipoalergénica que no produciría estornudos masivos en la población. Y la suerte echada. Y la excentricidad manifiesta durante años por los americanos también.
Las previsiones de la Compañía Allerca fueron excelentes, superando las expectativas previstas, los resultados monetarios redondos. La familia se enriqueció tanto que el cultivo de naranjas quedó como pasatiempo de los fines de semana.
Simon Brody tuvo el reconocimiento a su labor por el Departamento de Sanidad Animal de los EE.UU. Fue nombrado hijo predilecto de aquella ciudad del sur de California donde nunca llueve, como dice la canción.
Muchos años después descansa en paz en el panteón familiar. Murió víctima de un gran estornudo, cuando comía un delicioso pastel de naranjas y nueces.

8 comentarios:

  1. Bueno, no quiero ser fatalista, pero....tenía que morir de algo, como todos, ¿no?
    Un besito

    ResponderEliminar
  2. Que manera mas rara de solucionar problemas!!!tanto para tener que morir de un estornudo.



    Besos

    ResponderEliminar
  3. Ironías de la vida.
    Es la primera vez que oigo una muerte así.

    Un besito

    ResponderEliminar
  4. Por mi parte, hubiera preferido que se modificara genéticamente él. Qué culpa tenía el pobre gato de las precariedades y miserias de un tío rico. Incluso hubiera preferido que se muriera antes de tanto lío con los genes de los gatos.

    ResponderEliminar
  5. Ese hombre estaba "chalaito", no sabía que estornudar es muy sano, pues se limpian las fosas nasales y casi nunca duele la cabeza.
    Yo soy alérgica, no sé a qué pues en mis tiempos no había tantas pruebas etc... Pero a veces estornudo 16 veces..Es algo incómodo pero...hay cosas peores.
    Muy bien redactado Mari Carmen
    Un abrazo fuerte Rosario

    ResponderEliminar
  6. ¡Caray! ¡Con lo que me gustan a mi las nueces!

    ¡Pobre Simón Brody! La verdad es que no somos nadie.

    Por cierto, Cabopá. Hoy y las dos siguientes entradas en mi blog, me he permitido dedicártelas, si no tienes inconveniente, recordando un comentario que hiciste en cierta ocasión.

    Me encantaría que las vieras.

    Besicos.

    ResponderEliminar
  7. Jajajaja, ese gato le tenía que haber arañado la cara, por chicharra y botarate, vaya tío...Si era alérgico a los gatos haberse comprao una boa constrictor que nio tiene pelo.
    ¿Te acuerdas de lo que hablamos ayer? Es el viernes a partir de la 6:30. Voy a ir. A ver si nos conocemos.

    ResponderEliminar
  8. te encontré en el espacio y no me voy, sin decirte que tus letras me gustaron hoy. saludos desde el mar

    ResponderEliminar