Y sé qué estás bien. Hoy he pensado en
ti como todos los días.
Hoy
he hecho una llamada, al sol cuando salía, al mar de cristal azul, a la Luna
llena que se posa sobre los montes en la noche calma de cielo raso.
Hoy
mi sexto sentido ha respondido con una imagen de sabor familiar: comida de
verano en un restaurante con menú del día. Probablemente.
Hoy
volveré a caminar sola por un sendero con piedras de colores que conservaré con alegría en mi
retina. Porque estoy viva.
Desconozco el sonido que hacen las lagartijas
en su apareo amoroso en el patio, en noches de aroma de jazmín cuando caen
cadenciosos sobre el suelo, y forman un manto blanco. Es el estío.
Y sé que estáis bien. Por eso,
cuando lleguen los días de atardeceres ventosos estaré dispuesta.
Sé que has vuelto. Hasta mañana.