No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

domingo, 29 de julio de 2012

EDITADO EN UN LIBRO


LA OTRA ORILLA
        Dicen los que lo conocen, que hablaba y reía con los ojos llenos de luz, que su sonrisa les cautivó y que su cara de agradecimiento era inenarrable. Sus ojos brillaban  bajo la manta que le echaron sobre su espalda ancha y asustada por el frío de unas aguas cálidas, casi siempre, que fueron su compañía durante una noche entera. Said llegó a la costa del Mar de Alborán un día a finales de septiembre hace unos años; en la amanecida de una madrugada de trágica tormenta. Sólo tenía dieciséis años, bastantes menos que los que venían con él. Ellos no cumplirían ninguno más.
       Después de un sábado de fiesta y botellón  a la orilla de la playa, Jorge, Pablo, Marisol, y Ana seguían  bajo la noche de cielo raso y aguas plateadas de una mar tranquila. Tenían como costumbre terminar allí hablando de sus cosas, de la música que se habían bajado de internet, de los trabajos del Instituto, de los amores y amoríos, de las notas y de los padres. En aquella playa de un pueblo entre turístico y pesquero, llena de piedras negras. Allí ponían el final, allí llegaban cada fin de fiesta a  la madrugada del día siguiente cuando el sol aparecía en el horizonte limpio y firme; entonces se retiraban a sus casas.
       Ese día fue diferente, porque entre risas y carcajadas de pronto todos hicieron  silencio. De la oscuridad al claro del día oyeron un gemido, un grito seco que ellos no habían pronunciado. Se quedaron atentos para lograr saber de dónde provenía.
       Se pusieron en pie y miraron alrededor; no había nadie. Con pasos temblorosos se acercaron hasta la orilla donde el agua llegaba en su remanso. De nuevo escucharon palabras que no entendían. Se volvieron a acercar, al ver entre las sombras que la estela del agua dejaba un cuerpo que se movía arrastrándose con poca fuerza como unos brazos largos  se erguían  jaleando las manos.
         -Said, Said… Soy Said. Vengo a vivir... sueño. Agua, mucha agua…frío…
      Como pudieron le ayudaron a salir hasta llegar debajo de un chiringuito cercano y le dieron un poco de agua. Ana se acordó que en el coche tenían una manta y salió corriendo por ella. Jorge le preguntaba qué cómo había llegado, sí venía solo. Marisol quería llamar a Salvamento Marítimo, -no la dejaron- y Pablo se quitó los pantalones, más o menos era de su estatura, y se los hizo poner. Se quedaron con él hasta que entró un poco en calor de la misma manera que entraba el nuevo día. Antes que tomaran ninguna decisión, la playa, el puerto y todo el pueblo despertó al ruido de las sirenas de la Cruz Roja del Mar, Salvamento Marítimo y la Guardia Civil. Una embarcación ruinosa había sido encontrada en una cala cercana, también  algunos cuerpos de otros que querían encontrar esa forma de vivir distinta a la que conocían y sólo encontraron el mal sueño del que nunca se vuelve.  El de la muerte.
       Said fue trasladado a una unidad de primeros auxilios. El grupo de amigos contó a las autoridades lo sucedido. Durante la mañana, llegaron más cuerpos a la orilla de una playa triste de aguas mansas, de un sol tenue como que parecía haberse puesto de luto por tanta e injusta muerte.
      El silencio del mar y el de la gente que se había arremolinado para mirar, sólo era alterado por el sonido irritante del helicóptero que buscaba en el mar lo que nadie deseaba encontrar. Ya era  demasiado penoso y amargo el panorama para un pueblo tranquilo, que no sabía de estos hechos, más que los oídos, vistos y leídos en los medios de comunicación. Fue la primera llegada del tormentoso e inhumano migrar de personas que se atreven a cruzar un mar que parece clemente y piadoso pero que juega con los sueños de muchos, convirtiendo en trágica la travesía,  terminado en luctuosas y dramáticas las expectativas de aquellos que quieren verlo hecho realidad; pasando de un color soñado y deseado a un dolor extremo y no imaginado para muchos de ellos, como les ocurrió a  los que acompañaban a Said. Resultaron ser veintinueve de los cuales seis eran mujeres, dos de ellas embarazadas.
      Said era marroquí. Al ser menor de edad fue trasladado a una casa de acogida, como era joven y fuerte su recuperación fue rápida. Aprendió a leer y escribir y se relacionaba con todos los del hogar. Asimilaba rápido todo con gran avidez.
      Le gustaba jugar al futbol su equipo era catalán, en la televisión de su país había visto muchos partidos. Los cuatro amigos iban casi todos los domingos a verlo y Said se ponía muy contento.
       El grupo de los cuatro habían contado en sus casas todo lo ocurrido; sus padres, gente del pueblo que  se dedicaban a la hostelería, la pesca, otros eran  funcionarios del ayuntamiento; todos estaban contentos con la solidaridad mostrada con aquel muchacho, y fomentaban lo que sus hijos hacían.
      Al cabo de dos años Said tenía que abandonar el centro de menores, gracias a su buen rendimiento, pronto encontró trabajo. El padre de Jorge tenía un restaurante en el paseo de la playa y lo contrató como camarero para la terraza. Said, sabía francés, árabe y ahora español. Mariano que regentaba este establecimiento heredado de su padre, encontró a la persona idónea para atender al turismo en esta zona costera del sur español. En plena temporada de verano anda con cien ojos y sirve las mesas con mucha maestría, con un gran  desparpajo. Es un  joven alegre y agradecido.
    Said no sólo se dedica a servir mesas,  está matriculado en un módulo de hostelería que imparten en el Instituto al que van sus amigos. Ha ido dos veces a ver a su familia que sólo son: su abuela y una tía que la cuida. Aprovecha la visita para llevarles unos euros, los pocos que le sobran. Ellas lo reciben con alegría y gratitud.
     Ahora, ya tiene nacionalidad española, hace unos meses que está muy feliz. También está enamorado y trabaja mucho para tener como él dice: “mujer” Consiguió su sueño a este lado.  Siempre, siempre a finales de septiembre baja a la playa de las piedras negras y se sienta sobre ellas. Recoge y apila veintinueve de distinto tamaño y con una pausa entre cada una de ellas las va arrojando al mar lo más lejos que puede.
      Parece que nombra a sus compañeros, o que reza por ellos al dios que rige los mares, que de manera injusta, rompe los sueños de los que encandilados por atractivos colores luminosos intentan en vano llegar a la otra orilla. La de los sueños.
                                                                               
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SEGUNDO PREMIO en el XVIII Certamen Literario “Poesía y Narrativa” 
Modalidad Relato Corto. Convocado por el Centro de la Mujer de Guadalupe (Murcia). 
Fallado en marzo de 2011 
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                Un día en Garrucha (Almería) en un restaurante nos atendió Said, hablando con él le pedí que me escribiera su nombre, no me contó cómo fue su llegada, yo la imaginé así.
         Hace unos días me entregaron el libro. Ahora que las musas me tienen abandonada, las he visto tumbadas en la arena tomando el sol, os iré dejando algunas "perlicas" premiadas.

Esta entrada se la dedico a un amigo que dibuja sueños,
lo podéis visitar aquí: Juanl

A Mª de la O Guillén por haberme hecho llegar el libro
¡Gracias  escritora!

jueves, 26 de julio de 2012

ANA

Su piel, como el cristal, frágil y transparente
Pasa los días haciendo ganchillo, acabando los hilos... Leyendo todo lo que cae en sus manos. Paseando por la orilla del mar al caer la tarde Sus manos fuertes, su cabeza lúcida, sus ojos verdosos hablan cuando mira...
Acaba una labor y empieza otra; lee un libro y espera el siguiente. En sus 91 años recién cumplidos vive intranquila por los demás, pero cualquier cosa que hace la termina. Ya sabes hija, mejor hoy que mañana...Mi madre es, de las de, ahora antes que después.
FELICIDADES MAMÁ
Gracias por todo lo que nos has enseñado.

martes, 24 de julio de 2012

DESPLEGABLE MATINAL

Hoy os quiero regalar estas postales que capto con mi mirada, sin palabras
Los pies de foto son para que los pongáis vosotr@s
¡Venga, animaos!

1,2,3: Cuando el barco se acerca siento serenidad.
4,5 : Hay compañias que serenan el alma
 Hay cercanías que brotan desde el remanso cristalino de nuestros corazones.


 El mar es vida y nos regala parte de su vida para que nos alimentemos. 
Cuidémoslo para que nunca nos falte.
 Felicidad, serenidad, belleza...
Duro trabajo el de esos hombres y sin embargo, desde un punto de vista puramente estético, bello
Yo es que tengo una envidia que no me deja ni pensar

Carmen en su mirada
proyecta miles de fotos,
se levanta inspirada
y el Amor, lo llena todo.
Lanza sus velas al cielo,
sirenas, tres carabelas,
los flamencos, los remeros,entonan:
“Serás siempre la más bella”
Los pescadores se afanan
y recogen su tesoro,
traen con la mar temprana,
peces celeste y oro.
La goleta ha navegado,
detrás queda Mazarrón,
delante el Cabo de Palos,
Los Alcázares, tú y yo.

¡Os espero!





...Y muchas gracias a tod@s
los que me habéis felicitado por mis décadas 
Besicos salados...

viernes, 20 de julio de 2012

DECADAS

¡Buenos días!
 Tal día como hoy, nací 
...Y me han regalado s-e-s-e-n-t-a margaritas blancas
Son muchas, como mis primaveras o veranos
pero,me siento estupenda 
por eso lo quiero 
compartir...
BESICOS

jueves, 19 de julio de 2012

PIES PARA...

 pasear
 chancletear
ir acompañados
o conjuntados
a distintas alturas
 diferentes tamaños
 ...y colores
 correr en grupo
solitario
con perrito
 pequeñitos
 ir de compras 
... y pasear por la orilla

miércoles, 18 de julio de 2012

OTRA VEZ

Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente (El País)
El Carmolí, monte de origen volcánico, al fondo los montes de La Unión.
Ayer el viento de Levante cambiaba las nubes de color y de forma sin tregua, el sol se asomaba entre ellas y modificaba los tonos azules del mar  
Marina de El Carmolí (franja de tierra junto a la orilla del mar)
El Mar Menor se ondula cuando arrecia el Levante, los pueblos se acercan a la orilla y los montes se tornan azulados, parece que las nubes dibujaran sus contornos.
El Carmolí, Punta Brava y Los Urrutias
Y el mar se agita a solas con el fuerte viento
Las casas se cobijan entre las rejas y el cemento
Montes de Cartagena, La Unión y El Algar
La franja de costa ancha: La Marina de El Carmolí
Sentenciada a morir como paraje natural, rica en flora y fauna, únicas
Ayer, mientras hacía las fotos, mi mirada se inundaba con las gotas de las nubes que pasaban rápidas 

 Aquí se puede leer: Se busca magnate para el último suelo virgen del Mar Menor  

lunes, 16 de julio de 2012

UN CLÁSICO

Es, cada verano mostraros las imágenes que voy recogiendo en mis paseos en bicicleta, aquí está el primero. Mi bici, mi cámara y yo...
Ella conoce mi miradas y se para y luce su porte junto al mar, sabe que no es un modelo a la última pero me lleva y me trae en las mañanas tranquilas por la orilla del Mar Menor.
La playa empieza a ponerse, el silencio y la calma acompañan, 
mientras la brisa salina nos saluda 
 Las madrugadoras bañistas ya tienen tema de conversación:
-María, qué tienes hoy para comer
-Un caldo de pescado. Contesta Paquita
-Yo haré unas lentejas, dice María
- Mira que apañás... Mañana os contaré que hago yo.
Sigo mi paseo y me encuentro con el marido de Paquita pescando para el caldo
 ...Y con la placidez del mar el mástil harto de estar siempre recto
 se introduce en el agua haciendo burbujas juguetón
 La tertulia marítima se va ampliando
no sólo se huele a fogones, ahora hablan del "copago"
La mayoría de los bañistas tempraneros  son pensionistas.
 Sobre el pantalán han llegado con sus redes los pescadores
vuelven de pasar la noche en vela, traen algunas doradas del Mar Menor.
Iré a la pescadería...
Por la tarde,  encontré a un vaquero plantando la sombrilla
al lado su bici amarilla.
Desde Los Alcázares (Mar Menor)
Mis foticos, mis  repentes, mi bici y yo...

miércoles, 11 de julio de 2012

1000 ya son 1000


OS QUIERO CONTAR
         Que, todo empezó como un empeño personal. Un día apareció por casa mi hijo. Se puso a mi lado y, yo frente al ordenador; me sentí confiada para crear un blog. Hasta ese momento temblorosa, movía los dedos y el cursor con miedo y una excesiva prudencia. Cada vez que se abría una ventana, sentía un cierto pánico que me hacía salir por la tecla: escape, y cerrar ventana.     
         Empecé visitando blog de forma aleatoria. Me asomaba por esas ventanas que dejan ver interiores de personas anónimas que transmiten cosas y hechos con palabras que me gustan mucho. Me fui introduciendo en un mundo de colores alegres con flores, ríos, mares, hilos, libros, fotos y retahílas de palabras encadenadas que me hacían derivar en otros mundos de diálogos y debates. Me interesó y me interesé. Hasta que los blog empezaron a ejercer sobre mí la necesidad de participar y compartir.
         He dado muchos tumbos por este mundo virtual hasta llegar aquí. 
Mi hija ha jugado un papel importante en esta historia. Ella fue la que me enseñó a copiar y pegar”, a guardar en favoritos, a subir fotos y cambiar su tamaño. Ya hasta sé subir vídeos. Ellos, mis hijos, han sido mis tutores principales en esta empresa virtual por la que ahora me felicitan de vez en cuando. Sé que me visitan pero la mayoría de veces lo hacen en silencio. 
         Me basé en primer lugar en la fragilidad de mi memoria para abrir este 
cuaderno. Sería una forma de trasladar algunas cosillas de mis cuadernos, cuartillas y folios que andan por ahí, escritos, de hace tiempo o no tanto. No pienso mucho lo que voy a publicar. A veces una foto, una excursión, un paseo, la lectura de la prensa o el libro que estoy leyendo, o algún acontecimiento cercano son las cosas que me sirven de inspiración para colgar algo y compartir. Mirar las foticos que tengo archivadas es algo fundamental para este cuaderno e ilustrarlo y, si las publico necesitan un pie de foto, de paso escribo. Así fue como empezó todo. Después he ido colgando cosicas mías”, estas son aquellos microrrelatos o postales que de vez en cuando voy dejando sueltas por ahí. Y algunos poemas que parecen serlo.
            Me gusta escribir. Lo hago desde que me reconozco, pero nunca lo había mostrado hasta ahora.
Me agrada extraordinariamente recibir visitas y acojo con mucha gratitud los comentarios.
         Hay una cosa que no sé si alguien se ha dado cuenta, qué me gusta el mar con locura, que lo necesito, que es mi elixir; y que cada vez que puedo me escapo con él, junto a él. Haga frio o calor, con aire ventoso o con aire calmo. Y si el día acompaña: mi cámara hace lo demás.
No haré números, ni colocaré cifras en estos
años en los que me dejo ver por esta ventana que mira al mar. A mis dos mares por los que tengo el corazón partío. Sí os quiero dar las gracias a todos vosotros, los que me visitáis y me habláis casi a diario.
        



A todos los que os asomáis por aquí a todos sin que falte nadie os doy las gracias por vuestra amistad, por los comentarios…Y como siempre os mando besicos esta vez a miles…
Seguiremos navegando.







esta foto es del lunes

También os quiero contar que, ayer mi madre cumplió 91 años. Sus huesos un poco frágiles pero su cabeza está lúcida.
Lo mismo hace ganchillo, que lee un libro o ve un poco de televisión, tomamos el fresco en el patio bajo el jazminero o damos un paseo por la orilla del mar...

lunes, 9 de julio de 2012

EN LA SEMANA


Ahora que es la madrugada de un domingo que termina,
se convierte en lunes sin ser un lunar en la cara.

Hay que seguir en la brecha junto a los árboles frutales,  el día siguiente martes y en el cesto recogeré, si quedan.

Quizás se coman el miércoles o el jueves durante el paseo
en la tarde del día anterior, la visita necesaria,
el viernes, siempre en aquel otoño, salir al encuentro
de la noche que apaga la luz de la  semana.

Será de la gramola el sonido y  la luz de la fiesta.
ahora  llega el sábado a media  luz del descanso,

El domingo volverá anunciar que  la semana se acaba.
para volver a empezar, ahora en la madrugada.

viernes, 6 de julio de 2012

CUANDO CAE LA TARDE

Cuando cae la tarde junto al Mar Menor
Ay, Mar Menor en tu orilla
me transformo distinta,
café con hielo en la terraza
sin saber que el tiempo pasa.
Ay, Mar Menor con la sombrilla
la luz de tu mar,
el color de tu agua
y la arena parda
Invitas a la serenidad
de tiempos de cubos y palas
de silletas de hierro y lona.
Ay, Mar Menor
de aguas claras y cálidas
la luz de tu plata,
el sabor de tu agua
y el olor de la casa.





Cuaderno Azul

jueves, 5 de julio de 2012

OTRA VEZ EN EL PATIO

Con aromas de jazmín 





 


    Aquí podéis ver y oler más jazmines: OLOR ,  JAZMINERO ,  DESDE EL PATIO


Hoy he cogido un ramillete, lo he puesto en agua y lo he colocado en un rincón de la casa. Estos son para quienes quieran llevárselo a su ventana...
El jazminero tiene muchos años lo plantaron mis padres en el patio hace muchos años...
Aquí estaré con mi madre los jazmines y mis vacaciones... 
BESICOS SALADOS