Ahora que es la madrugada de un domingo que
termina,
se convierte en lunes sin ser un lunar en
la cara.
Hay
que seguir en la brecha junto a los árboles frutales, el día siguiente martes y en el cesto
recogeré, si quedan.
Quizás
se coman el miércoles o el jueves durante el paseo
y en
la tarde del día anterior, la visita necesaria,
el viernes, siempre en aquel otoño,
salir al encuentro
de la noche que apaga la luz de la semana.
Será de la gramola el sonido y la luz de la fiesta.
ahora
llega el sábado a media luz del
descanso,
El
domingo volverá anunciar que la semana
se acaba.
para volver a empezar, ahora en la madrugada.
Las semanas que cogen carrerilla...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Hermosa manera de relatar lo veloz que pasa el tiempo...no se puede desperdiciar ni un minuto, hay que aprovecharlo al máximo.
ResponderEliminarFeliz dia.
El ciclo de la vida que no ha de interrumpirse mientras exista un hombre para contemplarlo y meditar sobre ello. Un encanto de narración Cabopá!
ResponderEliminarMi agradecimiento por tu comentario en La Nave y un beso
Mi madre solía decir:
ResponderEliminarSi el casarse fuese un día,
una semanita o dos,
yo también me casaría,
pero para siepre, no.
Con esa forma de decirlo, Cabopá, no duelen ni los lunes.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¡Maestra del blog, que bién escribes!!
ResponderEliminarY eso que estás liada, pero tienes tiempo de todo, yo intento aprovechar los días, esos que se van sin sentir, el calendario deja caer sus hojas de manera incansable, para convertirse en recuerdos perpetuos.
Mi nieto me tiene loca de remate, no hago nuevas entradas porque estoy "Chalaita", además sigo haciendo monerías: pololos, toallitas...
Voy a intentar hacer una nueva entrada y me voy al Cabo.
Allí estaré bajo mínimos.
¡¡FELICIDADES el dia 16 y todos los demás!!
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Y así vivimos, día a día, Cabopá.
ResponderEliminarUn abrazo,
Y así se disfruta de la semana otra vez.
ResponderEliminarBesitos