Caminar sin rumbo por calles conocidas,
algunas casas parecen heridas
Escuchando el silencio de las pisadas,
acelero el paso de las palabras.
Voy a tu puerta. Y no llamo
mañana me arrepiento pero vuelvo.
Ver tu cara gris me duele, tu entrega
desesperada. Huye quizás todavía puedas.
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