Jaculatoria de palabras enredadas entre las labores de la huerta y los placeres de los libros...
Usas las manos con destreza al compás de la lluvia o la sequía con dicha y con intelecto...
Anclados los pies en la tierra nunca olvidas hablar de lo humano siempre que labras o siembras...
Náufrago de muchos mares del rescate conservas el cuaderno, en él escribes con soltura una bitácora de certezas...
Usas las manos con destreza al compás de la lluvia o la sequía con dicha y con intelecto...
Anclados los pies en la tierra nunca olvidas hablar de lo humano siempre que labras o siembras...
Náufrago de muchos mares del rescate conservas el cuaderno, en él escribes con soltura una bitácora de certezas...
Descubrí a Juan Serrano hace ya bastante tiempo, lo conocí después en una exposición donde coincidimos algunos amigos blogueros. Hoy he descubierto que blao, significa azul
(algo que nos une una vez más)
Hace unos días me mandó esta fotico; se acordó de mi...
Juan va por ti. Un acróstico al principio y un poema al fin.
Ese capazo de hortalizas de la huerta que cultivas
me trajo a la memoria que un hortelano tenía:
entre las bardizas y los bancales,
entre los bancos, púas y martillos,
entre las manos, generosidad.
Unos ojos amables que miraban con afecto
los frutos más ricos de su huerto.
Cantar a la sencillez, a la esencia de las cosas con la sabiduría que aporta la vida y que nos convierte en humildes moradores.
ResponderEliminarBesicos, amiga
Me recuerda esa afición de algunos pintores y algunos poetas por contarnos cosas sencillas, tomando cualquier objeto cotidiano como motivo estético o poético, valgan como ejemplo las "Odas elementales" de Neruda.
ResponderEliminarUn saludo.
Me recordaste, Maricarmen a Miguel con su Elegía a Ramón Sijé: "Yo quiero ser llorando el hortelano
ResponderEliminarde la tierra que ocupas y estercolas". Pero tus versos aquí, sin aquellas lágrimas de un duelo, se visten del mismo azul de la amistad y el recuerdo. Gracias. Y tu acróstico es sin duda una buena definición de agri-cultura: una rica macedonia compuesta de hortalizas e intelecto.
¡Me gustan las verduras y tus letrillas!
ResponderEliminarComo siempre amiga de su amigos.
Ahora me paso por el blog de Juan.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Me gustan las fotos y las letras.
ResponderEliminarUn beso
Preciosa jaculatoria y emocionada mención a un amigo.
ResponderEliminarUn besazo, preciosa.
Poeta, que te superas en cada entrada.
ResponderEliminarmuy bonita tu entrada, union de vista palabra verso y recuerdos.
ResponderEliminarfelicidades por la entrada, me ha gustado mucho
El amor a la huerta, a las pequeñas cosas, a lo sencillo y a los tiempos de nuestros abuelos, aquellos que trabajaban de sol a sol, con el rostro quemado por el astro rey y las manos encallecidas por la labor, más cerca de la tierra y del cielo que lo estaremos nosotros nunca.
ResponderEliminarBesitos
· Encuentros... reconocimientos... todo un mundo por descubrir.
· Saludos a los dos... B·S sólo a uno.
CR & LMA
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Qué grande, Cabopá, tus palabras, las fotos y tú misma!!! Habrá que visitar a Juan, por cierto, me encantan la cebollas, aunque me hagan llorar!! Besotes ;-)
ResponderEliminarMe ha encantado el acróstico; inmediatamente me he dado cuenta de que iba dirigido a BLAO.
ResponderEliminarY me he alegrado mucho. Yo solamente lo he visto una vez, fue en la presentación de una de mis novelas (no recuerdo cuál) en el Museo Ramón Gaya. Sin embargo, tú pareces conocerlo mejor, y esas fotos de su huerto me lo demuestran. Yo ni siquiera sabía que tuviese esa afición.
Y sí, he leído tu correo ¿qué dicen los demás? Y sobre todo ¿qué dice Blao?
Un besico
Precioso el cesto. Le faltaban tus palabras para reverberar al sol de la huerta.
ResponderEliminarBesos.