Las copas palpitan entre los silenciosos brillos
del aparador. Oyen la llave y dejan de temblar. Saben que pasará su mano por
ellas. Se estremecerán. Sobre la mesa siempre un ramo de claveles, un libro, un
cuaderno y un buen caldo. Conocen su tacto dulce, como ella, cuando él la
transporta de la cama a la silla de ruedas cada día. Hoy, escribiremos.
Un microrrelato encontrado en mis papeles sueltos.
Hermoso y tierno, Carmen.
ResponderEliminarEscribe hoy y todos los días.
Un abrazo