Me presentaré primero,
soy Mascarilla hija de Masca y Rilla. Mis padres. Vivía hasta hace bien poco en el anonimato de los quirófanos y demás dependencias
hospitalarias. Un peligroso virus me ha puesto de moda. La población mundial me
ha obligado a ser un complemento de las vidas en este mundo
loco por una maldita Pandemia.
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Me he convertido en
algo que protege en la calle y en los hospitales. Yo, una humilde y aséptica mascarilla. Sin desmerecer –claro- soy
la protagonista hasta nadie sabe cuándo de ocultar la sonrisa de los que
caminan por las calles en ciudades y pueblos. La culpable de las miradas tristes,
con gafas de ver o con gafas de sol. Da igual. Los rostros de las personas:
niños o adultos, jóvenes o menos jóvenes, los apago de una manera vergonzante.
Hasta tal punto que solo cuando están cerca y hablan y no siempre son
reconocibles. Esto me pone triste.
Es tal el bum que estoy causando que me han
cosido, pintado y diseñado de la forma más artística, en algunos caso. No me
siento demasiado feliz por andar de quita y pon: en la frente, en la barbilla,
en la muñeca, en el codo. Mi lugar para estar, el apropiado son las
instalaciones sanitarias. Allí es donde debería estar, ahora y siempre. No me
gusta tampoco el ser tendencia, ni haber salido a la calle por esta epidemia
que nos acosa. Nadie sabe bien cuantas oleadas pueden llegar de nuevo.
Prefiero quedarme de
dónde vengo y que la gente por la calle,
vaya como siempre, con el rostro alegre, con los labios rojos pintado con un
buen carmín, con los ojos vivos que reconozcan a los que caminan y con la
alegría o la tristeza del momento. Mejor así. Pero he de reconocer que la
dignidad es lo primero y que algunas, aún así, me llevan con garbo.
Mi prima la del cuento
sabe que las moralejas no están de moda -como yo- así que quiero dar un
consejo: por favor no me dejéis tirada por las calles, contamino.
No es ningún cuento.
ResponderEliminar¡Gracias Margarita!
EliminarUna gran protagonista en estos días y, quién sabe hasta cuándo.
ResponderEliminarMerecía que se conociese su punto de vista, que tú has sabido poner en palabras.
Un abrazo, Carmen
Gracias, Ángel es que ir por la calle y ver lo que se ve, inspira con más o menos fortuna.
EliminarUn besico, amigo.
Pero que bien lo cuentas ammiga Carmen😉
ResponderEliminar¡Gracias, amiga Rosa!
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