No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde
domingo, 19 de octubre de 2008
HIPERBREVE
A hurtadillas, salió al rellano de la escalera y mirando a ambos lados respiró. Al entrar dejó ir la puerta. Después sentada en la salita, sintió como si algo se moviese en torno al sillón, levantó la mirada y cerró el diario que leía. Se ha ido para siempre. Mis afectos están aquí conmigo y a los que quiero si los llamo vendrán. Cuando, cada día mira el armario ropero, sus trajes no están.
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