La Luna de octubre ha hecho estragos sobre las manos del pintor. Por la mañana, se había puesto delante del caballete donde reposa el lienzo. Al querer dar color a la marina, que bosqueja durante los últimos meses,notó que no podía. Al día siguiente,no dejaba de pensar en el color, pero la mano seguía sin responder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario