foto prestada de Tino Álvarez |
De niña soñaba que el tren un día llegaría
hasta su casa, que circularía por un camino distinto al de hierro. Cuando oía
el pitido de la máquina o el chirriar de las ruedas de aquellas locomotoras de
carbón, se despertaba, asomándose por la ventana para ver si de verdad había
raíles. Era una quimera, pero, hasta olía
el humo grisáceo; parecía entonces como si
cayera carbonilla, entrándole en
los ojos.
El
sonido del ferrocarril fue siempre un sonido familiar. Muy cercano. Lo que nunca
se atrevió a mirar fue las vías desiertas en la bruma de la madrugada. Ahora,
ya es mayor y ve entre las vías y la niebla espesa, una imagen que nunca soñó.
Detrás de esa estela blanquecina de celaje denso por donde se puede vislumbrar
que se oculta la estación, están ellos en su último viaje. Juntos, con la maleta recién hecha. Ahora los ve. No hay
boria tampoco es una pesadilla.
a la perfección el arte en blanco y negro
Un bello relato de alguien que domina el arte de la palabra
ResponderEliminarUn bello relato de alguien que domina el arte de la palabra
ResponderEliminarPrecioso, como todos tus relatos Cabopá, y muy bella la fotografía, felicidades a ambos.
ResponderEliminarBesos.
Y el que "ellos" lleven "la maleta recién hecha", me consuela en su esperanza. Su viaje no parece ser a ninguna parte.
ResponderEliminarAntes viajar era para muchos, cuando no un rito iniciático, una señal de que empezaba el tiempo de las vacaciones. Hoy se ha convertido para muchos en un indicio del desarraigo y de la emigración en busca de mejores lugares.
ResponderEliminarEn todo caso, siempre un tema fascinante.
Un saludo.
Los viajes en tren y las estaciones de ferrocarril están muy unidos a mi pasado y a mi presente, así que la melancolía de tu relato se ha colado por las rendijas de mi memoria y aquí estoy, soñando despierta..
ResponderEliminarUn beso
Qué lejanos quedan aquellos tiempos en que íbamos a la estación para hacer el viaje de nuestra vida.
ResponderEliminarAhora estamos en continuo movimiento y no le damos importancia.
La fotografía es genial.
Un abrazo fuerte amiga.
Que importante es que estén juntos, como la foto y tus palabras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuanto sugiere una imagen de unas vías de tren y más si está en blanco y negro. Recuerdos, nostalgia, sonidos, humo, neblina... vidas idas.
ResponderEliminarUn viaje con regreso, el viaje de nuestros sueños, el que sunca haremos, el que no tiene billete de retorno...
ResponderEliminar...es ver una estación, unas vías y cómo la niña de tu relato, y la imaginación se desata, ruidos compasados, de paisajes que se dibujan en las ventanas y se borran sin transición...El vapor que lo envuelve todo, los cristales empañados...
Vuelve el anhelo de aventura y también la nostalgia por los perdido, por los que no van a volver...
Un post que va muy bien con mi melancolía otoñal.
Muchos besos, Maricarmen y uno suavito para Mar.
ResponderEliminarMagnífica foto. Se ve que es un gran fotógrafo.
En esas vías, al final, entre la bruma, nos perderemos todos... sin billete, sin destino.
Un relato muy bueno, de los mejorcitos tuyos.
· BB·HH
· CR · & · LMA ·
Pues a mi me encanta... Un abrazo desde Murcia...
ResponderEliminarNo sabía que era "Boria" (vocablo utilizado por el Cartagenero para designar a la niebla) por lo que me he tenido que entretener en buscar lo que se adivina por el propio contexto, ya que es recurrente; bruma, niebla, y que aparece en la imagen: No hay boria, tampoco es una pesadilla.
ResponderEliminarLa historia me parece muy buena y está muy bien escrita: ¡Me gusta! cada día que escribes (que no siempre escribes, aunque pongas palabras) escribes mejor.
Muchos besos, marycarmen
¡Excelente pieza, Cabopá! Tengo la sensación de que nace a partir de la foto y no es la foto la que viene después, pero -sea como sea- ambas maridan espléndidamente.
ResponderEliminarTe dejo aquí mis aplausos.
Un abrazo,
Es un relato precioso de añoranza a los padres que partieron. El primer párrafo me gusta, un homenaje a la imaginación infantil y que da lugar al envés en el segundo, donde ya de adulta no puede imaginar lo que hay tras la muerte.
ResponderEliminarPor cierto, que "boria" no sé lo que es, lo busqué en DRAE y creo que es "boira", niebla.
Y ya que me pides comentarios "de los míos", el segundo párrafo me parece "poco trabajado", creo que has tratado de aglutinar muchas cosas (las dos primeras frases) no dichas antes (en el primer párrafo) para justificar lo adulto. No sé, prueba a poner este inicio "El sonido del ferrocarril fue siempre un sonido familiar. Muy cercano", luego el primer párrafo completo, y sin punto y aparte "Lo que nunca se atrevió a mirar fue las vías desiertas en la bruma de la madrugada". Por último, tras un punto y aparte, el resto del relato. Pero vamos, que tú eres la autora y es un buen relato homenaje a tus mayores.