Yo lo recuerdo todo hasta ahora. La memoria ese terreno
sensible. Aunque a veces, se aparte de mí. Me resisto a olvidar los recuerdos.
Nunca, a soñar despierto y lo hago entre las rendijas de cada día, entre nubes
y claros, por la orilla que deja la sombra del sol. Hay momentos de la vida que
se quedan grabados como hierro candente y dejan huella, como un tatuaje.
Poderosa razón al ver la vida pasar.
Otros, se guardan en cajas pequeñas para que no se pierdan
porque son efímeros. De vez en cuando la abro para ver si están.
Lo que olvidamos cada día no es de suma importancia porque,
el cerebro y el corazón tienen memoria selectiva. Y los sentimientos fluyen y
saben muy bien cómo actuar. No siempre, quizás.
Si lo único que nos pertenece son nuestros sueños,
pues, soñemos.
¿Me acompañas? Tú ya sabes dónde estoy.
Manuel, abrió el sobre con aquellas letras, tantas
veces leídas. Dejó la foto sobre la mesa y empezó a escribir: "Lo poco que
recuerdo de ti...