"El Puerto" ÁLVARO PEÑA |
Sensación
Mientras la
tarde se cierra crepuscular, mirando el puerto, imagino al pintor desde la
atalaya de su caballete tomar los pinceles y manejar la paleta reflejando los
trazos de los sentimientos aprendidos, focalizando la expresión de lo que sólo
él, el pintor, retiene en su mirada que con nítida destreza, retrata.
La fragilidad
de los rasgos velados es como esa sensación de haber estado en ese lugar, en
ese momento, incluso recordar lo que pensaba, al describir lo que la mano
desliza sobre el lienzo en fiel afinidad entre la acuarela, el tema del cuadro
y el autor.
Esto ocurre
cuando el mar en sus tonalidades se manifiesta colaborador con la pincelada y
con las palabras. Ni las unas ni las otras se quedan solas, e imagino la
acuarela que vi pintar desde mi terraza, donde por encima de los tejados rojos,
se ve el mar.
Me encontré con Álvaro
Peña, amigo, pintor e ilustrador gráfico. Me propuso escribir sobre una de sus
acuarelas e invitar a los amigos para hacer lo mismo. Todos los que os asomáis por mi ventana estáis invitados a dejar lo que os inspira “El Puerto” una magnifica acuarela, en los comentarios. Conforme lo vayáis haciendo los subiré y haré referencia
a vuestro blog. No sé si habrá premio, Álvaro tiene los lápices y los pinceles…
Álvaro Peña, está por aquí:
http://www.facebook.com/alvaro.pena.5473?fref=ts
http://www.facebook.com/alvaro.pena.5473?fref=ts
http://paparruchas1.blogspot.com.es/
http://www.facebook.com/pages/Alvaro-Pe%C3%B1a-official-website/172072416180535?fref=ts
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Veo los barcos mecerse
al compás que marca la luna.
Oscuras sombras
esperan en el fondo, su hora.
Hambrientas, esperan,
a las almas perdidas.
Los barcos danzan
sobre espumas blancas,
sutil manta, que esconde el abismo.
Veo los barcos
dormir en el puerto, esperan...
http://www.facebook.com/pages/Alvaro-Pe%C3%B1a-official-website/172072416180535?fref=ts
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1.- Rosa Martínez VAN AL AIRE
Veo los barcos mecerse
al compás que marca la luna.
Oscuras sombras
esperan en el fondo, su hora.
Hambrientas, esperan,
a las almas perdidas.
Los barcos danzan
sobre espumas blancas,
sutil manta, que esconde el abismo.
Veo los barcos
dormir en el puerto, esperan...
2.- El moli Los delirios del Moli
Ya la tarde se desliza presurosa,
aunque aún lejos la costa está,
entre la bruma te busco con ansias,
susurro tu nombre,
¿Lo escucharás?
Las barcas se mecen suavemente,
hoy el mar calmado está,
acompasando mi latir apresurado
que la distancia pereciera aumentar.
Los ocres, grises y azulados
me sugieren una imagen otoñal,
quizás sea mi corazón acongojado
que anhelante por la espera está.
Abro mis ojos y lo veo allí
colgado como siempre,
“El Puerto”
que aquel día emocionado
de tus manos recibiera
cuando supe
que no habrías de regresar.
Una lágrima furtiva se me escapa
Y la noche acaba de llegar.
aunque aún lejos la costa está,
entre la bruma te busco con ansias,
susurro tu nombre,
¿Lo escucharás?
Las barcas se mecen suavemente,
hoy el mar calmado está,
acompasando mi latir apresurado
que la distancia pereciera aumentar.
Los ocres, grises y azulados
me sugieren una imagen otoñal,
quizás sea mi corazón acongojado
que anhelante por la espera está.
Abro mis ojos y lo veo allí
colgado como siempre,
“El Puerto”
que aquel día emocionado
de tus manos recibiera
cuando supe
que no habrías de regresar.
Una lágrima furtiva se me escapa
Y la noche acaba de llegar.
En este atardecer, acariciando mi rostro la brisa suave, mientras me adentro en el muelle del puerto de mis emociones, reflejada en acompasados vaivenes sobre el mar, te veo y me pareces tan bella como el primer día.
Miro entre nubes y el mástil de mi barcaza, dibuja una cruz en el cielo, en el instante que rezo para que no me faltes nunca.
Enamorado del mar y de ti, mis dos pasiones. Soy feliz entrando en el puerto de vuestras sensaciones.
Dibuja con agua de colores.
Ahora un barco rasgando el mar.
Ahora nubes engreídas, envolventes,
disfrazando el horizonte horizontal.
El pintor inventa con su arte una marina, un paisaje, un mundo, su verdad.
Contagiada, yo contemplo esa mirada y disfruto mi sueño;
admiro su sensibilidad y agradezco mi suerte al poder contemplar.
La acuarela ahoga un grito, y el pintor, pincelada a pincelada,
reinventa una oda, otra escena, otro ahora.
El espectador descifra, sueña, entiende y desentiende.
Paleta casi homogénea, sobria: matizando agua y cielo.
Azul prusia, siena tostada, amarillo cadmio,
carmín, verde esmeralda o vegiga...
Un arcoíris equilibrado, lejano y cercano, triste y esperanzador, frío y cálido.
Atmósfera tormentosa, melancólica.
Donde el tono medio enluta la obra, el tema, la trama y mi espíritu.
Mientras, la gente de mar espera, siempre espera;
porque en el puerto, tras la tormenta, llegará la calma,
y el sol teñirá de mañana sus corazones…
Cuando la horizontal del horizonte se desdibuje
entre brillos naranjas de futuro.
Las barcas danzan y sueñan en el puerto,
se mecen y descansan al atardecer,
las nubes se reflejan en su espejo,
la alegría de los azules veo crecer.
Arriba en lo alto se alzan tres perfiles,
tres cruces contando su marcha marinera,
firmes cantan y elevan banderines,
que ondean claridad feliz de primavera.
Y veo Paz en sus cristales
Y Vida en lo profundo,
Y en el aire:
Luz, Pensamientos y Misterio….
se mecen y descansan al atardecer,
las nubes se reflejan en su espejo,
la alegría de los azules veo crecer.
Arriba en lo alto se alzan tres perfiles,
tres cruces contando su marcha marinera,
firmes cantan y elevan banderines,
que ondean claridad feliz de primavera.
Y veo Paz en sus cristales
Y Vida en lo profundo,
Y en el aire:
Luz, Pensamientos y Misterio….
En tus manos la acuarela
se va creando de la nada,
en mi pecho tu figura
se desliza hasta mi alma.
Las aguas remanso de paz,
mis ojos olas de sal
que animan tu despertar.
Mírame y recuerda,
tus manos dibujan,
las mías.
como mariposas
en ti se posan,
recuerda cada momento,
recuerda lo que siento,
no pintes el tiempo,
pinta sólo el amor
que entre nosotros va naciendo,
que sea en ese barco
anclado en mi puerto,
donde viajen nuestros sueños.
Los grises se apoderan del cielo,
rojos y ocres desaparecen
bajo el velo del silencio,
es la hora, zarparemos
cuando esas manos pintoras
termien la acuarela
que tú para mí estás haciendo.
se va creando de la nada,
en mi pecho tu figura
se desliza hasta mi alma.
Las aguas remanso de paz,
mis ojos olas de sal
que animan tu despertar.
Mírame y recuerda,
tus manos dibujan,
las mías.
como mariposas
en ti se posan,
recuerda cada momento,
recuerda lo que siento,
no pintes el tiempo,
pinta sólo el amor
que entre nosotros va naciendo,
que sea en ese barco
anclado en mi puerto,
donde viajen nuestros sueños.
Los grises se apoderan del cielo,
rojos y ocres desaparecen
bajo el velo del silencio,
es la hora, zarparemos
cuando esas manos pintoras
termien la acuarela
que tú para mí estás haciendo.
7.-José Luis El Circo
NATURALEZAS
El cielo se cierra, el viento golpea, el bamboleo gira, los gritos acuden presurosos. La oscilaciones de mar atardecen el avance de las embarcaciones, embate de proas, empuje de fondo de popas, crujir de cascos en la batalla, descensos de sudores por los costados desde cubierta, maderas que aprietan sus fibras, hierros en arcos elásticos. La desigual pelea mide los ímpetus de los unos y los otros, y los de aquellos también, hasta que la noche queda convertida en una franja oscura en lontananza, y la mar y su cómplice de aire gimen dolor, y caen abatidos entre los mástiles que vibran de alegría, que vibran con poder, que sonríen la dicha y la fuerza de la victoria.
8.- Yolanda Nava Mis historias
UN VELERO EN LA PARED
Colgado en la pared
evocando otros tiempos
descansa la imagen del velero que nos llevo hacia dentro
allá dónde la libertad se funde con la sal
y lame el fresco viento
Aún recuerdo tus besos
tu risa y alegría
al gritarme “te quiero”,
El velero suspendido en la pared
guarda nuestros secretos
Y lo miro varado entre bruma y silencio
Tu ausencia me golpea
Me agarro a los recuerdos:
tu mano en mi cintura, tu nariz en mi pelo
… y vuelvo a navegar allá dónde la libertad
se funde con la sal.
9.- Isabel Martínez Barquero El Cobijo de una desalmada
"EL BARCO DE LAS TORMENTAS"
Todos los atardeceres tormentosos de los últimos doscientos años salía por la bocana del puerto el mismo barco, un barco que jamás se hallaba amarrado a un noray, un barco que no era de nadie ni persona alguna regía, que brotaba de las olas como una exhalación en los crepúsculos inclementes.
Es probable que fuera un barco fantasma como comentaban los marineros, pero yo no me engañaba con las leyendas que hilaban en los tejidos siempre alertas del asombro. Desde el primer momento en que asistí al extraordinario hecho, no tuve dudas, pues mis ojos contemplaron manejando el timón a Agustín, el capitán decimonónico que se ahogó en aquellas aguas durante un ocaso tempestuoso de hacía ya cerca de dos siglos. En la actualidad, y tormenta tras tormenta, se enfrentaba al mar bravío y salía vencedor en una hazaña que lo había inmortalizado tragado por las olas. La muerte no era obstáculo para que ajustara sus cuentas con el mar."
10.- Ana Fúster
"Ella se erguía como el mascarón de un tajamar fenicio, de pie en la proa del velero que en aquel momento se hacía a la mar. Su rostro aquilino hendía en dos el aire que le ceñía las ropas a la piel, revelando unas formas casi andróginas que contrastaban con su larga cabellera rizada, del color del cobre envejecido. Alberto sucumbió instantáneamente al hechizo de su belleza de antiguo animal mitológico, y nada pudo hacer excepto permanecer inmóvil en el embarcadero, con la vista clavada en el foque que ahora la ocultaba, mientras los dedos de la bruma iban difuminando los perfiles de la embarcación. Nada ni nadie lo pudo apartar de allí, ni las voces de sus amigos, ni la fina lluvia que comenzó a caer con parsimonia. Alberto esperó, y esperó en soledad como esperan los faros, insensible a los alfilerazos del orvallo en la cara y las manos, mimetizado con el entorno hasta el punto de que las gaviotas lo cercaron graznando impúdicamente, tomándolo por un elemento más del paisaje marino. Alberto esperó, y esperó en un espacio singular en el que el tiempo se diluía como un azucarillo en una taza de café, hasta ver de nuevo la proa del velero que la había apartado de él enfilada hacia el puerto…"
11.- Miguelángel Flores Eternidades y Pegos
DIJERON
Que cada tarde bajaba a esperar la llegada de las barcas con faldas coloridas y mejillas coloreadas. Que cuando creyó verlo recortarse contra el cielo naranja musitó, ahí está, y tomando impulso caminó sobre las aguas. Que no saben si para que volviera a salvarla como la primera vez, o para hacerle pagar por el dolor acumulado en su larga espera. Que mientras se hundía en silencio, con la falda de vuelo bufada sobre el agua y sus huesecillos de estambre, pareció un nenúfar entre las barquichuelas. Que pobrecita, cómo no, si yo era la viva estampa de mi abuelo.
12.- Virgi Phoeticblog
Sueños
Se perfila el ocaso sobre el palo mayor y las velas recogidas esperan la voz del contramaestre. En la bodega se apilan, bien estibados, toneles, cajas, cofres, sacos de grano.
En un lugar del puerto, sueña un niño.
Sueña con el mar y las gaviotas en la punta del bauprés, con la sal en las mejillas y los peces voladores cruzando la proa, se ve escribiendo en el cuaderno de bitácora y recorriendo el sollado con viento de levante.
Duerme a un lado de su madre, tibia y serena, y al otro, la hermana más pequeña, la que su padre no conoció.
Y con él sueña. Con encontrarlo en una taberna de algún puerto lejano, traerlo de nuevo a casa y que le cuente porqué no supo regresar si el mar no tenía secretos para él y la brisa siempre le soplaba la dirección correcta. Sueña el niño que tal vez, en la noche marina, brille el destello que oriente su camino.
El de ida y el de vuelta.
13.- Oski Utopía en días rojos
Las barcos que descansan ya sin velas, anuncian que el marinero volvió a casa. Quizás a encontrarse con Penélope, que estuvo esperando con el corazón en un puño y sabe que pronto su amor partirá de nuevo.
Otras barquitas, más desmanejadas y menos cuidadas, me recuerdan la soledad del hombre que siempre anda buscándose y no se encuentra, del hombre que se deja mecer con las olas y convierte su vida en un ir y venir.
Un ferry anuncia a gritos su partida, su bocina inunda cada rincón del puerto, ansiosos viajeros se apresuran a subir con sus maletas, buscando nuevas vidas, anunciando otros destinos.
Y allí con gesto serio, el pintor retrata todo lo que ve, testigo mudo de viajes y llegadas. De puntos de partida y caminos que terminan.
14.- Laura Garrido De mis palabras y las vuestras
El cielo se cierra, el viento golpea, el bamboleo gira, los gritos acuden presurosos. La oscilaciones de mar atardecen el avance de las embarcaciones, embate de proas, empuje de fondo de popas, crujir de cascos en la batalla, descensos de sudores por los costados desde cubierta, maderas que aprietan sus fibras, hierros en arcos elásticos. La desigual pelea mide los ímpetus de los unos y los otros, y los de aquellos también, hasta que la noche queda convertida en una franja oscura en lontananza, y la mar y su cómplice de aire gimen dolor, y caen abatidos entre los mástiles que vibran de alegría, que vibran con poder, que sonríen la dicha y la fuerza de la victoria.
8.- Yolanda Nava Mis historias
UN VELERO EN LA PARED
Colgado en la pared
evocando otros tiempos
descansa la imagen del velero que nos llevo hacia dentro
allá dónde la libertad se funde con la sal
y lame el fresco viento
Aún recuerdo tus besos
tu risa y alegría
al gritarme “te quiero”,
El velero suspendido en la pared
guarda nuestros secretos
Y lo miro varado entre bruma y silencio
Tu ausencia me golpea
Me agarro a los recuerdos:
tu mano en mi cintura, tu nariz en mi pelo
… y vuelvo a navegar allá dónde la libertad
se funde con la sal.
9.- Isabel Martínez Barquero El Cobijo de una desalmada
"EL BARCO DE LAS TORMENTAS"
Todos los atardeceres tormentosos de los últimos doscientos años salía por la bocana del puerto el mismo barco, un barco que jamás se hallaba amarrado a un noray, un barco que no era de nadie ni persona alguna regía, que brotaba de las olas como una exhalación en los crepúsculos inclementes.
Es probable que fuera un barco fantasma como comentaban los marineros, pero yo no me engañaba con las leyendas que hilaban en los tejidos siempre alertas del asombro. Desde el primer momento en que asistí al extraordinario hecho, no tuve dudas, pues mis ojos contemplaron manejando el timón a Agustín, el capitán decimonónico que se ahogó en aquellas aguas durante un ocaso tempestuoso de hacía ya cerca de dos siglos. En la actualidad, y tormenta tras tormenta, se enfrentaba al mar bravío y salía vencedor en una hazaña que lo había inmortalizado tragado por las olas. La muerte no era obstáculo para que ajustara sus cuentas con el mar."
10.- Ana Fúster
"Ella se erguía como el mascarón de un tajamar fenicio, de pie en la proa del velero que en aquel momento se hacía a la mar. Su rostro aquilino hendía en dos el aire que le ceñía las ropas a la piel, revelando unas formas casi andróginas que contrastaban con su larga cabellera rizada, del color del cobre envejecido. Alberto sucumbió instantáneamente al hechizo de su belleza de antiguo animal mitológico, y nada pudo hacer excepto permanecer inmóvil en el embarcadero, con la vista clavada en el foque que ahora la ocultaba, mientras los dedos de la bruma iban difuminando los perfiles de la embarcación. Nada ni nadie lo pudo apartar de allí, ni las voces de sus amigos, ni la fina lluvia que comenzó a caer con parsimonia. Alberto esperó, y esperó en soledad como esperan los faros, insensible a los alfilerazos del orvallo en la cara y las manos, mimetizado con el entorno hasta el punto de que las gaviotas lo cercaron graznando impúdicamente, tomándolo por un elemento más del paisaje marino. Alberto esperó, y esperó en un espacio singular en el que el tiempo se diluía como un azucarillo en una taza de café, hasta ver de nuevo la proa del velero que la había apartado de él enfilada hacia el puerto…"
11.- Miguelángel Flores Eternidades y Pegos
DIJERON
Que cada tarde bajaba a esperar la llegada de las barcas con faldas coloridas y mejillas coloreadas. Que cuando creyó verlo recortarse contra el cielo naranja musitó, ahí está, y tomando impulso caminó sobre las aguas. Que no saben si para que volviera a salvarla como la primera vez, o para hacerle pagar por el dolor acumulado en su larga espera. Que mientras se hundía en silencio, con la falda de vuelo bufada sobre el agua y sus huesecillos de estambre, pareció un nenúfar entre las barquichuelas. Que pobrecita, cómo no, si yo era la viva estampa de mi abuelo.
12.- Virgi Phoeticblog
Sueños
Se perfila el ocaso sobre el palo mayor y las velas recogidas esperan la voz del contramaestre. En la bodega se apilan, bien estibados, toneles, cajas, cofres, sacos de grano.
En un lugar del puerto, sueña un niño.
Sueña con el mar y las gaviotas en la punta del bauprés, con la sal en las mejillas y los peces voladores cruzando la proa, se ve escribiendo en el cuaderno de bitácora y recorriendo el sollado con viento de levante.
Duerme a un lado de su madre, tibia y serena, y al otro, la hermana más pequeña, la que su padre no conoció.
Y con él sueña. Con encontrarlo en una taberna de algún puerto lejano, traerlo de nuevo a casa y que le cuente porqué no supo regresar si el mar no tenía secretos para él y la brisa siempre le soplaba la dirección correcta. Sueña el niño que tal vez, en la noche marina, brille el destello que oriente su camino.
El de ida y el de vuelta.
13.- Oski Utopía en días rojos
Las barcos que descansan ya sin velas, anuncian que el marinero volvió a casa. Quizás a encontrarse con Penélope, que estuvo esperando con el corazón en un puño y sabe que pronto su amor partirá de nuevo.
Otras barquitas, más desmanejadas y menos cuidadas, me recuerdan la soledad del hombre que siempre anda buscándose y no se encuentra, del hombre que se deja mecer con las olas y convierte su vida en un ir y venir.
Un ferry anuncia a gritos su partida, su bocina inunda cada rincón del puerto, ansiosos viajeros se apresuran a subir con sus maletas, buscando nuevas vidas, anunciando otros destinos.
Y allí con gesto serio, el pintor retrata todo lo que ve, testigo mudo de viajes y llegadas. De puntos de partida y caminos que terminan.
14.- Laura Garrido De mis palabras y las vuestras
El barco de las
ilusiones perdidas
Se acerca a mi puerto
el último barco,
el de los sueños que
atraqué en el olvido.
Los espero sentada en
mi banco
susurrándo mi canción
en tu oído.
Y me miras ensoñando
creyendo que yo estoy
loca,
pues no sabes que en
mi boca
yace un beso
ilusionado.
Cuando atraca a
nuestra vera
tú me miras embobado,
y yo te regalo el
beso
antes de subirme a
ese barco.
¡No te vayas!, me
gritas,
¿tienes mas de esos?
Todos los que quieras
¡son gratis todos mis
besos!
Y juntos zarpamos
hacia una isla,
donde residen
nuestros deseos,
aquella que
abandonamos con prisa
cuando fuimos muy pequeños.
Preciosa propuesta, Cabopá. Una acuarela con alma. Ya puedo irme tranqila a dormir, y mañana, mañana te dejaré mi aportación escrita.
ResponderEliminarUn besooo.
Amparo
Te espero Petra Acero, tú puedes...
EliminarBesicos trasnochadores.
Veo los barcos mecerse
ResponderEliminaral compás que marca la luna.
Oscuras sombras
esperan en el fondo, su hora.
Hambrientas, esperan,
a las almas perdidas.
Los barcos danzan
sobre espumas blancas,
sutil manta, que esconde el abismo.
Veo los barcos
dormir en el puerto, esperan...
Un poco tétrico me ha salido, serán las altas horas. Preciosa acuarela y hermosa propuesta.
Besos desde el aire
Ya sabía yo que tú estarías ahí con tus "van al aire"
EliminarAmiga castellana, eres auténtica.
Besicos
Hola amiga, como sabrás esto no es lo mío, pero igual me puedo arriesgar, es sólo un intento de poesía algo a explorar.
ResponderEliminarTe dejo un gran abrazo.
Espero te guste.
Luis
El puerto
Ya la tarde se desliza presurosa,
aunque aún lejos la costa está,
entre la bruma te busco con ansias,
susurro tu nombre,
¿Lo escucharás?
Las barcas se mecen suavemente,
hoy el mar calmado está,
acompasando mi latir apresurado
que la distancia pereciera aumentar.
Los ocres, grises y azulados
me sugieren una imagen otoñal,
quizás sea mi corazón acongojado
que anhelante por la espera está.
Abro mis ojos y lo veo allí
colgado como siempre,
“El Puerto”
que aquel día emocionado
de tus manos recibiera
cuando supe
que no habrías de regresar.
Una lágrima furtiva se me escapa
Y la noche acaba de llegar.
Gracias Luis por cruzar el gran charco que nos separa. Tu poema es maravilloso.
EliminarBesicos, abuelo con babero je,je,je...
MOLI
EliminarEscuche cuando del otro lado de la orilla susurrabas
me pregunte si era para mi
lo supe cuando una golondrina se acercaba
trayendo tu dulce lagrima hacia mi
Es una magnífica acuarela de Álvaro Peña, dale mis felicitaciones. Será un placer escribir algo sobre ella y sobre todo conocer el trabajo de un nuevo ilustrador. Gracias por la propuesta. Besos
ResponderEliminarEn ese ricón donde las brujas reparten chocolate, estoy segura que de él saldrá algo bueno.
EliminarBesicos, Puri
Jo, me gusta mucho la propuesta, Cabopá. Me pongo a ello, a ver qué sale. Gracias por tenerme en cuenta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cómo no te iba a tener en cuenta, escritor de éxito.
EliminarEspero tu contribución.
Besicos Miguelángel.
El mar, cita constante en tu blog y esta acuarela preciosa y sugerente me inspiran, y con el atrevimiento de entrar en tu casa para participar en tu invitación, te dejo estas palabras:
ResponderEliminarEn este atardecer, acariciando mi rostro la brisa suave, mientras me adentro en el muelle del puerto de mis emociones, reflejada en acompasados vaivenes sobre el mar, te veo y me pareces tan bella como el primer día.
Miro entre nubes y el mástil de mi barcaza, dibuja una cruz en el cielo, en el instante que rezo para que no me faltes nunca.
Enamorado del mar y de ti, mis dos pasiones. Soy feliz entrando en el puerto de vuestras sensaciones.
Anna
Carmen, al copiarlo en la entrada, te has dejado la frase final de mi escrito. Enamorado del mar y de ti, mis dos pasiones. Soy feliz entrando en el puerto de vuestras sensaciones.
EliminarMuy agradecida.
Anna
Arreglado Anna...cosicas de las prisas.
EliminarLa acuarela es estupenda, felicita al autor de mi parte.
ResponderEliminarY ya veremos si sale algo, te mantendré informada.
Gracias
Venga,Luisa mantednos informados, espero tus letras.
EliminarBesicos, amiga.
Cabopá, precioso relato que bien recoge la esencia de esta bella acuarela. Y es que la unión de dos artistas siempre engrandece el arte.
ResponderEliminarGracias por la invitación a inspirarse, hablaré con mis musas a ver si...
Bessets.
En esta tarde lluviosa, te llegarán las musas...Don Nicolás
EliminarTe espero
Besicos
Cabopá, he encontrado en tu texto sensación cargada de sentimiento, el mar siempre trae aires de libertad melancolía y recuerdos, tu has conseguido realzar la belleza de una simple acuarela. Mil gracias
ResponderEliminarEl verdadero artista pinta, escribe, recita, baila, actua o hace lo que es capaz porque sí, porque lo necesita y porque lo vive y lo siente.
He leido en estos textos sutileza, frescura y elegancia hacia mi acuarela sobre "El puerto" os agradezco vuestra participación en esta idea que surgió la semana pasada en un encuentro casual y rápido en plena calle, en dode intercambiamos palabras cargadas de ideas que han llevado a esto. Me tendré que plantear regalar algún boceto como agradecimiento a vuestro esfuerzo. Dejo en manos de Cabopa como entregarlo, si al que consideremos transmite más o bien por sorteo, ya que los que he leido me encantan. No os podéis imaginar lo que significa para un pintor que personas que no conoce les transmita algo mi trabajo y escriban sobre él. Un abrazo muy fuerte
Gracias a ti amigo Álvaro, siempre es un placer hablar contigo, aunque sea en la calle y con prisas.
EliminarBesicos
ResponderEliminarDibuja con agua de colores.
Ahora un barco rasgando el mar.
Ahora nubes engreídas, envolventes,
disfrazando el horizonte horizontal.
El pintor inventa con su arte una marina, un paisaje, un mundo, su verdad.
Contagiada, yo contemplo esa mirada y disfruto mi sueño;
admiro su sensibilidad y agradezco mi suerte al poder contemplar.
La acuarela ahoga un grito, y el pintor, pincelada a pincelada,
reinventa una oda, otra escena, otro ahora.
El espectador descifra, sueña, entiende y desentiende.
Paleta casi homogénea, sobria: matizando agua y cielo.
Azul prusia, siena tostada, amarillo cadmio,
carmín, verde esmeralda o vegiga...
Un arcoíris equilibrado, lejano y cercano, triste y esperanzador, frío y cálido.
Atmósfera tormentosa, melancólica.
Donde el tono medio enluta la obra, el tema, la trama y mi espíritu.
Mientras, la gente de mar espera, siempre espera;
porque en el puerto, tras la tormenta, llegará la calma,
y el sol teñirá de mañana sus corazones…
Cuando la horizontal del horizonte se desdibuje
entre brillos naranjas de futuro.
Amparo M.A.
Espero que te guste, Cabopá. De una marina como esta, con alma, como comenté ayer, las palabras no dejan de brotar. Forma y contenido, siempre unidos en un artista. Realismo y simbología... Felicitaciones llenas de admiración, Álvaro Peña.
Un beso, Cabopá.
Petra, eres genial siempre atenta y al pie del cañón de "acero" amiga Amparo Martínez Alonso
EliminarBesicos
EL PUERTO
ResponderEliminarPara Álvaro Peña
Las barcas danzan y sueñan en el puerto,
se mecen y descansan al atardecer,
las nubes se reflejan en su espejo,
la alegría de los azules veo crecer.
Arriba en lo alto se alzan tres perfiles,
tres cruces contando su marcha marinera,
firmes cantan y elevan banderines,
que ondean claridad feliz de primavera.
Y veo Paz en sus cristales
Y Vida en lo profundo,
Y en el aire:
Luz, Pensamientos y Misterio….
Gracias Cabopá y un abrazo Grande.
Gracias maestrilla, eres un solete.
EliminarBesicos
Pues aquí dejo tambien mi pequeña colaboración, no sé si te gustará o si estará a la altura de estos compañeros bloggeros que tenemos, siempre me dejan con la boca abierta, pero bueno, participo porque me parece una propuesta bonita y ocurrente y porque además es tuya.
ResponderEliminarEl Puerto:
En tus manos la acuarela
se va creando de la nada,
en mi pecho tu figura
se desliza hasta mi alma.
Las aguas remanso de paz,
mis ojos olas de sal
que animan tu despertar.
Mírame y recuerda,
tus manos dibujan,
las mías.
como mariposas
en ti se posan,
recuerda cada momento,
recuerda lo que siento,
no pintes el tiempo,
pinta sólo el amor
que entre nosotros va naciendo,
que sea en ese barco
anclado en mi puerto,
donde viajen nuestros sueños.
Los grises se apoderan del cielo,
rojos y ocres desaparecen
bajo el velo del silencio,
es la hora, zarparemos
cuando esas manos pintoras
termien la acuarela
que tú para mí estás haciendo.
Un abrazo Cabopá.
Gracias, Yashira eres un encanto...además has hecho una entrada con la propuesta.
EliminarBesicos, vecina cartagenera.
Impresionante acuarela... No sé qué pensar, pero aporto las emociones que despertó en mí:
ResponderEliminarNATURALEZAS
El cielo se cierra, el viento golpea, el bamboleo gira, los gritos acuden presurosos. La oscilaciones de mar atardecen el avance de las embarcaciones, embate de proas, empuje de fondo de popas, crujir de cascos en la batalla, descensos de sudores por los costados desde cubierta, maderas que aprietan sus fibras, hierros en arcos elásticos. La desigual pelea mide los ímpetus de los unos y los otros, y los de aquellos también, hasta que la noche queda convertida en una franja oscura en lontananza, y la mar y su cómplice de aire gimen dolor, y caen abatidos entre los mástiles que vibran de alegría, que vibran con poder, que sonríen la dicha y la fuerza de la victoria.
Y leído, lo léido, felicidades a todos lo autores por tan deliciosos poemas :-)
ResponderEliminarSaludos
Gracias José Luis, un texto magnifico tiene mucha fuerza...
EliminarMuchos besicos,amigo zurdo.
Pues a ver si se me ocurre algo. Apreciada Cabopá, gracias por tu consideración.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Te espero Virgi, tus letras gustarán...
EliminarBesicos desde esta ventana peninsular.
La acuarela es preciosa y muy evocadora. Mi enhorabuena a Álvaro Peña.
ResponderEliminarA ver si se me ocurre algo, que tengo la sesera una tanto agotada.
Un beso.
Sé que llegarás con tus lindas palabras, amiga
EliminarBesicos
Hola Carmen, he escrito algo rápido, no tengo mucha práctica con la poesía, aquí te lo dejo. Si no merece la pena no lo cuelgues. Besos.
ResponderEliminarUN VELERO EN LA PARED
Colgado en la pared
evocando otros tiempos
descansa la imagen del velero que nos llevo hacia dentro
allá dónde la libertad se funde con la sal
y lame el fresco viento
Aún recuerdo tus besos
tu risa y alegría
al gritarme “te quiero”,
El velero suspendido en la pared
guarda nuestros secretos
Y lo miro varado entre bruma y silencio
Tu ausencia me golpea
Me agarro a los recuerdos:
tu mano en mi cintura, tu nariz en mi pelo
… y vuelvo a navegar allá dónde la libertad
se funde con la sal.
Muy bien Yolanda, ya estás en mi ventana...
EliminarBesicos
Me encanta esta acuarela, felicita a Alvaro de mi parte. ¿Puedo participar entre hoy y mañana? ...todavía no he podido escribir nada pero me sugiere miles de pequeños cuentos o poemas.
ResponderEliminarUna bella propuesta Capobá ¡me encanta!.
Dame veinticuatro horas y volveré rauda y veloz.
Besos desde mis palabras
Mi ventana estará abierta hasta que llegues, claro que sí.
EliminarBesicos, amiga.
...Y me llegó tu barco de las ilusiones perdidas. Y en mi ventana está porque tu aportación a la acuarela de Alvaro Peña, no podía faltar...Y yo lo sabía.
EliminarMás besicos amiga Laura.
Aquí estoy, ya más despejada que anoche, para dejar este micro:
ResponderEliminar"EL BARCO DE LAS TORMENTAS"
Todos los atardeceres tormentosos de los últimos doscientos años salía por la bocana del puerto el mismo barco, un barco que jamás se hallaba amarrado a un noray, un barco que no era de nadie ni persona alguna regía, que brotaba de las olas como una exhalación en los crepúsculos inclementes.
Es probable que fuera un barco fantasma como comentaban los marineros, pero yo no me engañaba con las leyendas que hilaban en los tejidos siempre alertas del asombro. Desde el primer momento en que asistí al extraordinario hecho, no tuve dudas, pues mis ojos contemplaron manejando el timón a Agustín, el capitán decimonónico que se ahogó en aquellas aguas durante un ocaso tempestuoso de hacía ya cerca de dos siglos. En la actualidad, y tormenta tras tormenta, se enfrentaba al mar bravío y salía vencedor en una hazaña que lo había inmortalizado tragado por las olas. La muerte no era obstáculo para que ajustara sus cuentas con el mar."
Me encanta verte por aquí amiga, escritora.
EliminarBesicos, murcianos.
Carmen, me apetece mucho participar en la propuesta, pero voy a tope, así que te dejo este fragmento tomado de un relato que ya tenía escrito, si no te parece bien no lo subas. Un abrazo:
ResponderEliminar"Ella se erguía como el mascarón de un tajamar fenicio, de pie en la proa del velero que en aquel momento se hacía a la mar. Su rostro aquilino hendía en dos el aire que le ceñía las ropas a la piel, revelando unas formas casi andróginas que contrastaban con su larga cabellera rizada, del color del cobre envejecido. Alberto sucumbió instantáneamente al hechizo de su belleza de antiguo animal mitológico, y nada pudo hacer excepto permanecer inmóvil en el embarcadero, con la vista clavada en el foque que ahora la ocultaba, mientras los dedos de la bruma iban difuminando los perfiles de la embarcación. Nada ni nadie lo pudo apartar de allí, ni las voces de sus amigos, ni la fina lluvia que comenzó a caer con parsimonia. Alberto esperó, y esperó en soledad como esperan los faros, insensible a los alfilerazos del orvallo en la cara y las manos, mimetizado con el entorno hasta el punto de que las gaviotas lo cercaron graznando impúdicamente, tomándolo por un elemento más del paisaje marino. Alberto esperó, y esperó en un espacio singular en el que el tiempo se diluía como un azucarillo en una taza de café, hasta ver de nuevo la proa del velero que la había apartado de él enfilada hacia el puerto…"
Y a mi que hayas participado Ana, ya está aquí en mi ventana en una de las entradas más largas que he hecho, gracias a vosotros.
EliminarBesicos, vecina.
Pos ahí va, murcianica. Madre mía con el atraso que llevo en todo...y vas tú y me enamoras pa esto... Un abrazo grande.
ResponderEliminarDIJERON
Que cada tarde bajaba a esperar la llegada de las barcas con faldas coloridas y mejillas coloreadas. Que cuando creyó verlo recortarse contra el cielo naranja musitó, ahí está, y tomando impulso caminó sobre las aguas. Que no saben si para que volviera a salvarla como la primera vez, o para hacerle pagar por el dolor acumulado en su larga espera. Que mientras se hundía en silencio, con la falda de vuelo bufada sobre el agua y sus huesecillos de estambre, pareció un nenúfar entre las barquichuelas. Que pobrecita, cómo no, si yo era la viva estampa de mi abuelo.
Gracias, escritor por enamorarte de esta propuesta y contribuir con tus letras, todo un honor, y lo digo de verdad, de verdad...
EliminarUn besico grande para ti.
Cabopá aquí te mando lo que la madrugada me trajo, a ver qué te parece.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu invitación.
Sueños
Se perfila el ocaso sobre el palo mayor y las velas recogidas esperan la voz del contramaestre. En la bodega se apilan, bien estibados, toneles, cajas, cofres, sacos de grano.
En un lugar del puerto, sueña un niño.
Sueña con el mar y las gaviotas en la punta del bauprés, con la sal en las mejillas y los peces voladores cruzando la proa, se ve escribiendo en el cuaderno de bitácora y recorriendo el sollado con viento de levante.
Duerme a un lado de su madre, tibia y serena, y al otro, la hermana más pequeña, la que su padre no conoció.
Y con él sueña. Con encontrarlo en una taberna de algún puerto lejano, traerlo de nuevo a casa y que le cuente porqué no supo regresar si el mar no tenía secretos para él y la brisa siempre le soplaba la dirección correcta. Sueña el niño que tal vez, en la noche marina, brille el destello que oriente su camino.
El de ida y el de vuelta.
Ay, amiga Virgi como me gusta tu aportación.
EliminarMuchas gracias, muchos besicos
A mi me inspiró lo siguiente, escrito a vuelapluma:
ResponderEliminarLas barcos que descansan ya sin velas, anuncian que el marinero volvió a casa. Quizás a encontrarse con Penélope, que estuvo esperando con el corazón en un puño y sabe que pronto su amor partirá de nuevo.
Otras barquitas, más desmanejadas y menos cuidadas, me recuerdan la soledad del hombre que siempre anda buscándose y no se encuentra, del hombre que se deja mecer con las olas y convierte su vida en un ir y venir.
Un ferry anuncia a gritos su partida, su bocina inunda cada rincón del puerto, ansiosos viajeros se apresuran a subir con sus maletas, buscando nuevas vidas, anunciando otros destinos.
Y allí con gesto serio, el pintor retrata todo lo que ve, testigo mudo de viajes y llegadas. De puntos de partida y caminos que terminan.
Me encanta tu texto Oski, gracias por llegar con tus letras a mi ventana.
EliminarBesicos a vuelapluma.
Hola Cabopá. Piso tu espacio por primera vez, aunque te he leído muchísimas veces en blogs amigos. Vengo del blog de Laura y ver en su espacio esta magnífica acuarela de Álvaro Peña hizo que me saliera algo como inspiración. Aunque un poco tarde de dejo mi aportación toda vez que me gustó la idea, la creación y los momentos de inspiración. Por todo ello gracias. Y te dejo con mi aportación. Un abrazo.
ResponderEliminar"Un barco en alta mar"
No siempre tu barco
trajo un buen cargamento.
Amores no correspondidos.
Un sueño, un anhelo…
la mitad de mis lágrimas
prendidas de tu anzuelo.
No siempre tu barco
se mece plácido y sereno.
Unas veces se bate entre las olas
y otras …
cruza la mar dejándome sin aliento.
No siempre tu barco
llega presto hasta mi puerto.
Ya sea en la bajamar,
o con la mar serena
cuando está en alta mar
mi vista quiero alzar
¡Y qué pena!
Aunque te quiero y te deseo
Por más que lo intento
miro,
y apenas te veo.
No siempre tu barco
aunque navega
viene a mi encuentro.