No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

miércoles, 4 de diciembre de 2013

TE RECONOCERÁS

     Abrió la puerta, entró despacio, casi de puntillas. Sabía que llegaba tarde. Se sentó sin hacer ruido. Sólo una ligera mueca con la cabeza a modo de saludo, dejó ver su arrebolado rostro. Estuvo atento a todo lo que se decía  en el aula. En un cuaderno de color amarillo fue tomando notas de lo que allí se dijo. Cuando le tocó hablar, fue escueto y conciso. Al llegar a casa, volvió a escribir en su cuaderno de espiral. Ahora, las palabras no quedaran solas en la libreta.   

6 comentarios:

  1. Las palabras cuando se comparten salen de su soledad.
    En efecto, me reconozco.
    Un saludo.

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  2. El intercambio en esa libreta fue rico, ahora había fijado la experiencia.
    Me alegro mucho de tus publicaciones, Mª Carmen.

    Un fuerte abrazo

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  3. Las palabras no quedarán solas porque serán compartidas.
    Saludos y un fuerte abrazo

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  4. Bueno, pues estarán felices, nada como la solidaridad y el compartir.
    Besitos

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  5. Las palabras comparten todo su poder cuando podemos leerlas. La soledad de las mismas no ha de ser un fin, sino un medio flugaz hasta que consiguen despertar de su letargo.

    Una historia con mucho para reflexionar. Besos de fin de semana amiga!!

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