No sé cuándo, ni cómo. Es como el estribillo de una canción triste: paso la vida escuchándote, tú no me hablas; paso la vida buscándote y no te encuentro. Llorar, reír. Reír, llorar. Es la vida
Es como asomarse a una ventana y mirar el paisaje, o hacer el camino de ida y vuelta por las ideas que emergen de la memoria, de lo ya vivido. Es desear que todo sea lo que tiene que ser.
Hoy he cosido la colcha retalera con puntadas cortas, lentas y duraderas, para quienes la usen, reconozcan la dedicación y el recorrido por ese paisaje interior.
Lola había dejado sobre la mesa: el costurero, los hilos, las telas y su cuaderno de notas. Se levantó del sillón, sintió una sed enorme tenía la garganta seca como un papel de lija.
Antes de ir a la cocina se asomó al balcón.
Es como asomarse a una ventana y mirar el paisaje, o hacer el camino de ida y vuelta por las ideas que emergen de la memoria, de lo ya vivido. Es desear que todo sea lo que tiene que ser.
Hoy he cosido la colcha retalera con puntadas cortas, lentas y duraderas, para quienes la usen, reconozcan la dedicación y el recorrido por ese paisaje interior.
Lola había dejado sobre la mesa: el costurero, los hilos, las telas y su cuaderno de notas. Se levantó del sillón, sintió una sed enorme tenía la garganta seca como un papel de lija.
Antes de ir a la cocina se asomó al balcón.