Óleo de Mª de la O Guillén |
Levantar el telón de las tareas
cotidianas, no cuesta mucho, lo que se arrastra es el sentimiento de los días
perdidos, de los días que pasan.
Al quedarse sola toma un café y
enciende un pitillo. Se sienta y se mira las manos, tan cansadas como dañadas
por tantas labores bien hechas.
Mira la pared llena de cuadros y se fija en
uno. Desde dentro una voz parece que le habla, “No tengo ideas claras de lo que hago, no tengo ilusiones completas” Y
bajó las persianas, como si se hubiese acabado la función.
A Mariola
Uy qué bajada te telón tan triste, con esas ilusiones incompletas, creo que la ilusión es lo que nos mueve, nuestro mejor motor. Espero pueda completar alguna que le colme y puede volver a levantar el telón.
ResponderEliminarBesos Cabopá.
Me gusto tu idea de las tareas cotidianas tras un telón. Son como una obra de teatro que se repite todos los días, sin mucha variación. La rutina mata las ilusiones.
ResponderEliminarUn beso
Me ha encantado, pero mucho, mucho.
ResponderEliminarUn micro triste, sí, pero buenísimo: describe a la perfección el efecto devastador de la rutina diaria, la sensación de pérdida del tiempo en las faenas cotidianas, el vacío que se siente.
Enhorabuena, Cabopá.
Que me ha gustado mucho aunque sea tan triste, y cuántas veces queremos bajar la persiana y no nos lo podemos permitir.
ResponderEliminarUn beso
Triste pero real, y has sabido captar ese desánimo que lleva a algunas personas a decidir el último acto de su vida.
ResponderEliminarMe gusta mucho.
Besos.
Describes perfectamente la rutina diaria, la que no se valora, la que se repite dia tras dia...un micro buenísimo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cabopá, es un punto final duro y estremecedor, que si se repite en los días puede llevar a la derrota absoluta.
ResponderEliminarMe gustó como lo describiste.
Bessets.
ResponderEliminarAunque todos los días tengan las mismas rutinas, siempre son diferentes.
¡Y qué importantes son las rutinas!
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Este es un micro con una carga depresiva muy intensa, Cabopá. Tu merito está en cuánto le haces sentir al lector, que es mucho.
ResponderEliminarA modo de reflexión te contaré que me llevó mas de media vida descubrir que lo importante no era qué quería, sino qué no quería.
Un abrazo.
Breve pero intenso sí, me ha gustado.
ResponderEliminarSaludos.
Un esfuerzo: que suba las persianas, que entré la luz, que se asome al balcón...
ResponderEliminarMás besos
A veces nos entran también ganas de bajar las persianas, pero hay que seguir luchando a pesar de todo.
ResponderEliminarUn relato muy sugerente.
Un saludo.
Tus palabras junto a ese óleo que me encanta hacen un decorado perfecto, Cabopá. Es cierto que la rutina, a veces nos hace creer que malgastamos el tiempo. Por eso se inventó la lavadora, el microondas, la plancha automática ...¿existe eso?... ;) No, en serio : ¡debe levantar las persianas y utilizar esos cacharros tercera generación para dedicar el tiempo a sus ilusiones! ¡nada más!.
ResponderEliminarBesos querida.
Micro triste, pero muy bueno, describe de manera perfecta el efecto devastador de la rutina, ese no saber por donde salir de esa aparente perdida de tiempo. Me gusta.
ResponderEliminarBesitos