Erase una vez, una verde
doncella…Así
empezaba siempre el cuento a su nieta Clara, sin palabras rebuscadas; sí
con muchos giros y vericuetos inesperados que hacían que la niña abriese los
ojos con gran admiración hacia el abuelo. Tenía el arte de contagiar
entusiasmo, él conocía bien la narración oral. ¿Y cómo sigue?.. Espera, espera
que todavía no hemos llegado al final. Con su voz temblorosa, pero templada, lo
hacía largo, lento y con muchos detalles.
Clara expectante nunca dejaba de sorprenderse. Sabía que él
lo agradecía. Boquiabierta prestaba atención hasta la frase mágica…Y aquella verde doncella, sólo le faltaban unos
días para adquirir el brillo y la mácula sonrojada por los rayos de sol,
para dejar de serlo. Abuelo, esa
soy yo. Él siempre le respondía lo mismo:
sí, tú algún día serás como la fruta madura.
Pasaron los años y Clara supo que “Verde doncella” era aquella manzana que el abuelo, después de
sacarle brillo frotándola sobre sus pantalones le daba del huerto. Ahora que él ya no está, ella lleva la
producción. Cuando las envasan en cajas, repasa el calibre, el brillo y la
maduración. Se acuerda de las noches de cuento del abuelo.
El día va de manzanas,jejeje. El relato es muy bonito,Carmencica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los cuentos de los abuelos son inolvidables, y Verde doncella una manzana excelente que mi abuela me enseñó a cocinar, es un postre un poco elaborado,
ResponderEliminarpero está riquísimo. Pensaré en tu relato cuando las compre.
Besos.
Un pequeño relato que conecta el mundo adulto con los recuerdos de la niñez. Y la manzana como hilo conductor.
ResponderEliminarPor cierto, "verde doncella" transmite frescura, juventud y lozanía. Si usamos otro sustantivo cambia radicalmente el significado, léase "viejo verde".
Un saludo.
Me gusta explicar cuentos, me gustan los cuentacuentos pero todavía me gusta más que alguien me los cuente, tarea cada vez más difícil.
ResponderEliminarme gusta tu 'verde doncella'
Mis mejores deseos para ti y los tuyos para el 2013.
Un gran abrazo
"Abuelo otro" me dice mi nieto cuando duerme en casa y termino de contarle un cuento antes de dormir. Que no digan que los niños de ahora no están por la labor, tal vez sea que los mayores no sacamos tiempo para "perderlo".
ResponderEliminarTu relato precioso, como siempre.
Besicos.
Un relato entrañable, Cabopá, absolutamente evocador para todos aquellos que hemos podido disfrutar de nuestros abuelos.
ResponderEliminarUn abrazo,
Muy, muy bueno, con mucha ternura. Los abuelos y abuelas son lo más.
ResponderEliminar¡Saludos!
Muy tierno y entrañable. Qué suerte tuvo Clara al disfrutar de los cuentos del abuelo.
ResponderEliminarBesitos
Qué precioso, Cabopá, qué precioso!!!
ResponderEliminarMe ha acercado a mis recuerdos más lejanos y entrañables. Estoy viendo a mi abuelo, Tatá le decía yo, contándome "las travesuras de Miguelito" un niño que él había inventado, inspirándose en él mismo y sus hermanos (eran 8!) según supuse de grande.
Me voy de aquí con una sonrisa grande como un sol.