De nómada memoria gris
de pensamientos extendidos por la escalera
de peldaños azul añil.
Con números en la puerta
que abren al abismo, sentimientos encontrados
bajo la luz de un faro.
En un dinámico vaivén,
un barco se aleja hacia mundos de tonos
verdes
claros, aún.
Donde las máscaras se vuelven oscuras
sobre una tabla de madera.
Ocultando reflejos de melancolía, va.
Con puntadas cosidas a la tela.
Tu tabla de salvación, mi refugio.
ResponderEliminarAbrazo.
¡Ay, amigo Tejón cuánto me gusta verte por aquí!
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Las buenas letras siempre son una tabla de salvación a la que aferrarse, aun en la peor tempestad.
ResponderEliminarUn abrazo, Carmen
Gracias Ángel siempre tan amable, asomándote a mi ventana
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Nada mejor que el mar para que, al compás de las olas, dejemos nuestros sueños y deseos mecerse como en una canción de cuna.
ResponderEliminarA veces, resulta conveniente alejarse de las puertas numeradas, porque detrás, como señalas en tu poema, puede abrirse un abismo. O incluso empezar el incierto camino de un laberinto.
Un abrazo, Carmen.
A los compases de tus letras la melancolía se evapora bajo la luz del faro que siempre deja su luz...
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Los ocasos, que nos traen tantas puntadas dadas.
ResponderEliminarBesitos
Muy hermoso, y a mi humilde juicio, bien construído.
ResponderEliminarMe encanta la foto y como la has compuesto. Una maravilla. Y el agua en su sitio...casi.
De las palabras entiendo poco, pero me gustan.
BB·HH
· LMA · & · CR ·