SENTIDOS (V)

Frágiles astillas de textura gruesa
que han amado con frescura,
vestido con ganas de fiesta
acariciando cuerpos de piel suave.
Ya no tocan músicas antiguas,
ni saben pintar los colores del estío.
Sólo están abiertas las ventanas,
esperando,
sentir la brisa fresca.
Duras y asperas como la lija
que modela la madera del banco
esperando
notar la caricias.
Unidas en el paisaje duradero
de caminos recorridos hacia dentro
del mar, de la montaña, de la ciudad.

LA TERTULIA-1

Hace rato que está sentada y en silencio la lectora de alto encanto y mirada atenta; esta mujer embelesa con su voz. Atesora en su castillo poemas de arena, que vierte por un tamiz en el badel de la conciencia. Es Paula, la que siempre escucha y también habla. Su continente es ancho y de caminos muy poblados. Para ti en tus grandes almacenes y otros lugares comunes.

¡¡¡¡BASTA YA!!!!

59MUJERES59

OTOÑO............

Parece que se acaba, que llega el invierno.
Ayer en la huerta el sol encandilaba,
sobre los tejados, el verde de los bancales.
Y los días llanos, convertidos en curvos,
subidos de las hojas secas de los arboles.
Mientras yo esperaba una canción al oido
que nunca llegaría más allá del verano.

¿PÉRDIDA O HALLAZGO?

PRODUCTOS DE LA HUERTA

Col.... Coliflor.... Lechuga. GASTRONOMÍA SIN PALACIO

Bancales rodeados de chalés, olor a lumbre, sabor a humedad.

MIRADAS VERDES

En espacios pardos y secos de mi tierra.

SENTIDOS (IV)

Escuchar el sonido del agua,
recorriendo las ideas de ida y vuelta.
De los sentimientos bajo un paraguas.
Oír, sentires y placeres,
No escuchando los padeceres.
Porque el mar te susurra en la orilla
oyendo una canción que no es tuya.
Si, quiero que la verde agua cristalina,
del río que no cesa de cantar,
traiga los sones de mis decires.
Y venga a mi vera en compañía.
Qué la fuente que se oye, está cercana,
la espero, cuando el alba trae la mañana.

pá la pimentonera...

Si te hace falta para la comida... ya sabes sólo tienes que venir.......

LAS COSAS COMO SON

LAS COSAS COMO SON.En el paisaje de sus vidas no cabían más cuadros. Viven lo cotidiano y pasean sonámbulos bajo los árboles de la alameda, arrojando los pensamientos en los contenedores de reciclaje. Cada día cuando vienen con la compra del supermercado se dan cuenta de que el frigorífico está vacío. Los alimentos no tienen fecha de caducidad. Los sentimientos se nutren de otras materias que por ahora no necesitan conservarse en frío. LAS COSAS NO SON COMO ERAN.