No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

jueves, 25 de enero de 2024

LA TERRAZA AZUL

 


En el mes de septiembre de 2023 salió publicado mi segundo libro LA TERRAZA AZUL 


domingo, 6 de febrero de 2022

PIE DE FOTO

Cordillera Sur

Las nubes bajas, sobrevolaban los montes, después la tierra recibió lluvia fina por un instante. Ellas, las nubes, iban y venían atravesando el cielo que permaneció cubierto todo el día. Esa cara envejecida se sorprende al mirarse en el espejo del agua de su niñez. Caminos, sendas, y carriles, antes frecuentados. Ahora dan luz a los días de largos paseos.  

 

viernes, 31 de diciembre de 2021

ÚLTIMA HOJA DEL CALENDARIO



Un día de verano, julio 2021
Mar Menor.
Los Alcázares

Cabopá
 


Otro día de verano, agosto 2021
Mar Mediterráneo
Cabo Palos 

Cabopá

Porque las hojas de mi calendario han estado llenas de citas, visitas, recordatorios, caminatas y paseos por la huerta, más que por el mar.
Porque las hojas de mi calendario están llegando a su fin.
Aquí quedan dos instantáneas, vividas y disfrutadas en los días del estío. 
Viviremos el momento
Veamos la vida pasar
Sin perder la oportunidad de ser felices.  




jueves, 16 de diciembre de 2021

FINALISTA

 “Te quiero vivo” es el relato con el que he quedado entre los diez finalista en la VIII Edición del Concurso de Microrrelatos 2021 de Amnistía Internacional Madrid “Pon derechos al clima”  Más de 300 relatos de España, Italia, Francia, Colombia, etc. 

 

Te quiero vivo

Un día llovió tanto que mi pueblo se inundó. El agua entró en mi casa y en la de mis vecinos. Tanto llovió que, el agua arrastró la tierra al mar. Vivo a orillas del Mar Menor. Después los peces se murieron, salían hasta la playa buscando oxígeno. Sentí mucha pena, lloré. Me faltaba el aire como a los peces. El médico diagnosticó: crisis asmática por la humedad y el barro.

Luego el maldito virus nos tuvo encerrados. No había clases, no veía a mis amigos, no salíamos a la calle. Nada de abuelos. Este verano han muerto peces muchísimos más. Nuestro mar es único y está herido de muerte. Ese día yo estaba allí, en la playa. Lloré, volví a llorar, mucho. Dicen que son vertidos de nutrientes de campos avariciosos de lechugas.

Me llamo Marisol, tengo 10 años, con mis compañeros del colegio iremos a la playa a darle un abrazo gigantesco al Mar Menor. Cuando vuelva le contaré a mi abuela lo que hemos gritado todos: “te quiero Mar Menor y te quiero vivo”. Le he explicado a mi yaya qué es un Ecocidio. Ha comprendido por qué no como ensalada. 


domingo, 3 de octubre de 2021

A PROPÓSITO DE LA FERIA DEL LIBRO. MURCIA 2021

En mayo, Rubén Castillo Gallego. Profesor y escritor hizo una reseña sobre mi libro "12 Meses" en su blog: Librario íntimo 



 12 meses 

 No sé si la autora se mostrará conforme con mi impresión. No sé tampoco si lo harán los posibles especialistas en poesía que tengan la curiosidad amable de leer estas líneas. Pero yo creo que un libro de haikus es lo más parecido a un Louvre del corazón. Y no lo digo como punto de partida para construir frases aparatosas o bonitas a partir de esa idea, sino como la conclusión a la que he llegado después de leer un buen número de ellos. En cada haiku, si su espíritu es honesto y renuncia a las meras trampas de la eufonía, reside un espacio diminuto de belleza, una condensación de silencio, un cosmos de sabiduría humilde. Y lo más inteligente que se puede hacer cuando se lee cualquiera de esos diamantes líricos es concentrarse en su aleph de hermosura, dejarlo que nos recorra por dentro, permitirle que nos empape y que nos transmita su honda música callada. Por eso comparo todo gran volumen de haikus con las pinacotecas: porque no resulta inteligente avanzar pos sus salas con rapidez, desplazando los ojos de cuadro en cuadro, saltando de Monet a Rembrandt, de Da Vinci a Delacroix, de Caravaggio a Vermeer, como si quisiéramos llegar pronto a la puerta de salida. Cada lienzo (cada haiku) nos pide atención y pausa; y si somos capaces de concedérselas, nos dejará su impronta para siempre.

En el libro 12 meses, que el sello La Fea Burguesía le publicó a Carmen Martínez Marín en 2020, todo lo anteriormente anotado adquiere unas dimensiones de prodigio. Con delicada ceremonia, la escritora va miniando cada verso, cada arista de sonido, cada tono cromático; y el resultado es embriagador. Hasta el punto de que, cerrado el tomo, no se sabe muy bien si está compuesto por hojas (como el resto de libros) o por pétalos. Como “el mundo está lleno de intemperie” (p.73), merece la pena que entren y hagan la prueba.


Agradecida, amigo Rubén

Nunca es tarde.


lunes, 14 de junio de 2021

PERICIA

 

FotoyRelato Cabopá


En una calle ruidosa, temprano, sin mucho tráfico todavía. Cuando los semáforos parecen no tener prisa. Allí estaba la pintora ambulante. Al aire, en equilibrio y con la firmeza de quien sabe lo que hace. Dibujaba. Nadie reparaba demasiado en ella. Él la esperó a que terminara y luego le enseñó la foto. Cogidos de la mano siguieron su recorrido por la ciudad plácidamente.



lunes, 7 de junio de 2021

AROMAS DE JAZMÍN




Si la mirada capta una imagen las palabras quedan en la memoria, 

como su aroma
 
en el recuerdo de cada instante de cada momento. 

Perdura su olor todos los días toda la vida.

Cierra los ojos y podrás oler su perfume.






Frágil como un soplo, la flor 

blanca y perfumada del jazmín, recuerdos del patio de los veranos.

Aderezó mi pelo un mes de septiembre. Llevé en mis manos su aroma, entonces.

Siempre.

Tuve uno en una casa que miraba al norte un día el frío invierno lo heló.

Es el aroma de mi infancia y el de todas las edades.

Ahora los corto por ahí de las puertas de otras casas; los robo.

Los traigo hasta esta ventana. En mi ventana los fotografío. 

Y en la mesilla de noche donde duermen los recuerdos, donde están vivos los afectos…

acompañan las noches en blanco.


Los corté la mañana del domingo (robé) y los puse en agua después.

 Ahí están perfumando las horas.

Inspiran mis palabras.  

lunes, 31 de mayo de 2021

ACEQUIAS Y AZARBES / 8 El cultivo de la huerta

 
Naranjas
Limones 
 


Bancal de coliflores

Patatas y tomates en encañizada

Bancal de habas

Mata de habas
Una mata de acelgas rojas


Bancal de cilantro

Bancal de cebollas en riego

Bancal de patatas



El huertano esperando que llegue el agua a su bancal


Una gran variedad de hortalizas y verduras se siguen plantando en la huerta. La mayoría para el consumo de las familias y en muchas ocasiones, el huertano, todavía cultiva y vende para los mercados callejeros (típicos zocos, herencia árabe) Algunos también llevan sus productos a lonjas y mercados. 

La huerta murciana posee una tierra rica y fértil acompañada por un clima cálido y benévolo con ella. Solo la escasez de agua, es un problema, aún así el huertano sabe y suministra muy bien cada gota de su tanda.  

Son cultivos tradicionales: patatas, ajos, cebollas, coliflores,(pavas) coles  calabacines, pepinos, tomates, habichuelas, berenjenas, pimientos, perejil, cilantro, lombardas, brócoli...

No hay que olvidar los cítricos: limones, naranjas, mandarinas, pomelos... Somos los mayores productores de limón.

Y la gran variedad de arboles frutales: albaricoques, melocotones, ciruelas, nectarinas, paraguayos (chatos) membrillos, etc. 

La huerta murciana fue fuente de vida en otros tiempos, ya lejanos, ahora el desarrollo de la ciudad  ha ido mermando el espacio y en algunos casos conviven de cerca las urbanizaciones y los barrios con bancales de cultivo tradicional. 

NOTA: esta será de momento mi última publicación sobre "Acequias y Azarbes" El confinamiento perimetral dio lugar a largos paseos por la Huerta de Murcia, esa huerta tan cercana a la ciudad. Disfruté mucho con las caminatas haciendo fotos. Después recordando términos y buscando "en papeles" cosas que no conocía. Sin que haya de nuevo restricciones, algún día, volveré a publicar sobre este tema. 
Cabopá







lunes, 10 de mayo de 2021

ACEQUIAS Y AZARBES / 7 Caravija

La acequia Caravija nace junto al Molino del Amor (S. XVIII) en La Albatalía. Este molino se encuentra sobre la acequia mayor Aljufía. Estuvo dentro de unas instalaciones de la empresa conservera de la Huerta de Murcia, en auge en otros tiempos. Ahora hay chalet, urbanizaciones y algún que otro huerto de cultivo familiar.

El Molino del Amor tiene tres piedras y es el único que en estos momentos esta en restauración por su valor arquitectónico y patrimonial. Parece que las autoridades locales quieren declararlo BIC.

Arranca la acequia paralela a la acequia Aljufía y ambas recorren el subsuelo de la ciudad en una red complicada y misteriosa de túneles. Se encontrará con las acequias Nelva y Benetúcer en Puente Tocinos.

Existe una réplica de la acequia Caravija o de Las Palomas en el huerto y jardín que fue "Huerto Cadenas" o "Junteron" de trazado hispano-musulmán situado en la parte posterior del Museo de la Ciudad. En el s. XIX pasó a la familia López Ferrer. Adquirido hace unos años por el Consistorio capitalino, representa lo que fue minimamente.

Este huerto-jardín posee arbustos, palmeras, árboles frutales, jazmineros y rosales, en distintos parterres, también hay acanto y mirto. Es un concepto de jardín para recrear los sentidos observando su ornamentación y aromas. Se dice que del Mirto, planta olorosa pudiera haber sido el origen del nombre de la ciudad. De Mirto,(Myrtus) Myrtea, Murcia.

Molino del Amor sobre La Aljufía

Réplica de la acequia Caravija o de Las palomas



Fachada principal del Museo de la Ciudad



Fachada posterior del Museo

Huerto-Jardín

Hojas y flor de acanto (Acanthus Mollis)


Mirto o Arrayan (Myrtus)

El poeta al-Qartayanni  en este poema recrea el ambiente de Murcia como ciudad-jardín:

"En Murcia se reflejaban los árboles

en las aguas cristalinas del río,

y pasábamos el tiempo entre el almuerzo y la cena

descubriendo los deseos de nuestras almas

mientras las aves nos deleitaban con sus trinos,

o dejando rodar palabras bellas,

como piedras preciosas

en noches de luna llena

o embriagándonos con el aroma de los árboles y las flores

mientras el alba despertaba.



Réplica de la Caravija 



lunes, 26 de abril de 2021

ACEQUIAS Y AZARBES: Casas Torres de la Huerta de Murcia

Las Casas Torre son viviendas solariegas típicas de la Huerta murciana. Aparecieron a finales del s. XVIII en la época de prosperidad del cultivo y crianza del gusano de la seda. Aparte de la actividad sericícola, también  se dedicaban sus dueños a la agricultura y ganadería. Casas de gente acomodada y cierto abolengo (muchas con escudo de armas)

Eran una mezcla de villa romana con alquería árabe. Otras con tejado "a dos aguas" y alero tipo aragonés. De una o dos plantas y torre, donde se criaba el gusano de seda y se almacenaba la cosecha. Tenían una amplia heredad (riego) y daban nombre a parajes, veredas y carriles. Incluso algunas tenían adosada una ermita. Generalmente se denominaban por el apellido de la familia que las poseía.

A partir del siglo XIX al desaparecer la industria sericícola se convirtieron en casas de veraneo. En estos momentos la mayoría de ellas están en completo abandono. Triste realidad que nos acompaña en tantas ocasiones por falta de interés  de la Administración Local. 

Este recorrido por las Casas Torre será por distintas pedanías de la huerta cercana al municipio de Murcia: La Albatalía, Espinardo, Santiago y Zaraiche, Churra, Cabezo de Torres, Puente Tocinos y Barrio del Progreso. 

Casa Solariega en la margen izquierda de la acequia Aljufía. La Albatalía


Casa Torre Los Castaños. Carril de los Penchos. La Albatalía


Casa Torre Ermita de los Clérigos. La Albatalía


Casa Torre Masa. La Albatalía

Casa Torre Falcón. Espinardo


Casa Torre Alcayna. Churra


Torre Villescas o Torre Peña. Puente Tocinos



Casón de la Señorita o Casa Roja. Carril de los Gregorios. Cabezo de Torres.

Torre Caradoc  Barrio del Progreso.