Es sencilla, sus colores se parecen a los sabores. No tiene llave. Está recubierta por una funda de papel celofán; sí te la acercas a la nariz, toda la pituitaria se pone en funcionamiento. Sólo con mirarla sientes la necesidad de leer ávida las letras doradas que adornan su contenido, con sugerentes trazos en relieve. Siempre hay alguien que toma la iniciativa y la abre; observando las formas tentadoras y los tonos seductores encerrados en celdillas a medida. La expresión lo dice todo. Se ha abierto la caja y no es de Pandora. La mirada de los otros, es a veces codiciosa, todos piensan interesados en el sabor, y paladean con el pensamiento cuando la caja llega frente a ellos. Todos los músculos del gusto se ponen en acción; a los que todavía no les ha llegado el turno riguroso, salivan al escuchar las bendiciones que los demás explican con la boca llena.
Este objeto inmaterial va de mano en mano; no demasiado deprisa. Cada cual se impacienta. Nadie toma una decisión rápida. Mientras, cunde el nerviosismo por los aromas emanados. De una mirada, ojean, otean el recorrido, el contenido; incluso se miran de reojo para ver cual tiene la mejor forma, el mejor color o el mejor sabor. Hay tema para hablar durante un buen rato. Sin rodeos se charla sobre las calorías, como sin rodeos se mete la mano antes de que se acaben, y, si hay una segunda vuelta, mejor.
Es por último de cartón blando, su contenido es apetitoso y muy sabroso. Hay personas que creen y afirman que son un regalo divino, algo pecaminoso.
Ahora, que la caja ya está abierta alguien dice al fondo de la mesa, “son de autor… ¿Queréis un bombón?”.
Este objeto inmaterial va de mano en mano; no demasiado deprisa. Cada cual se impacienta. Nadie toma una decisión rápida. Mientras, cunde el nerviosismo por los aromas emanados. De una mirada, ojean, otean el recorrido, el contenido; incluso se miran de reojo para ver cual tiene la mejor forma, el mejor color o el mejor sabor. Hay tema para hablar durante un buen rato. Sin rodeos se charla sobre las calorías, como sin rodeos se mete la mano antes de que se acaben, y, si hay una segunda vuelta, mejor.
Es por último de cartón blando, su contenido es apetitoso y muy sabroso. Hay personas que creen y afirman que son un regalo divino, algo pecaminoso.
Ahora, que la caja ya está abierta alguien dice al fondo de la mesa, “son de autor… ¿Queréis un bombón?”.
¿porque me lo imaginaba desde el primer párrafo?
ResponderEliminarlo has descrito muy bien
ahhh, y no comas muchos que empachan
Pues yo hasta el final casi no había caído, hasta donde se empieza a hablar de las "calorías". Buen provecho. Un saludo.
ResponderEliminarEl chocolate es el mejor amigo del ser humano, y los bombones son pedacitos de cielo en nuestras bocas. Me marcho a comprar ahora mismo.
ResponderEliminaraggg y yo a dieta!!! se me hizo la boca agua. Besos.
ResponderEliminarGraciassss, me encantan!!!! Pero qué detallazo, niña!!
ResponderEliminarSugerente descripción, mmmm...
Dulces besicos, resalá
El acertijo me mantuvo intrigado hasta el final. Hay quiene somos tan rebuscados que ni en los morros mismos olemos a bombones, y buscamos y buscamos, retorcidos, en la piedra filosafal, en las cuatro patas del gato, teniendo ta cerca, y a la mano la caja que nos ofreces. Pero como esperaba encontrármela retratada como acostumbras, y al no verla, pues eso, que se me fue el santo al cielo y me quedé sin probarlos.
ResponderEliminar· A mí, que llego tarde y se habrán acabado, un marrón glacé, por favor.
· 1bs
CR & LMA
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Y a mí una jícara de chocolate, porfi.
ResponderEliminarBesitoa
Se me ha hecho la boca agua.¿queda alguno?...
ResponderEliminarA esta hora , es doble pecado ...
ResponderEliminarBesos desde Málaga.
Sobre lo que hablamos en el homenaje a Soren, de tus poemas enviados, ¿puedes escribirme?
ResponderEliminar¡Dios mío! Sólo uno, no más...
ResponderEliminarDices bien y has hecho muy bien en indicarmelo. Tengo problemas con el texto de poesía porque el sistema o bien une todo el texto o lo separa así. La verdad, yo no sé cómo corregirlo. Llegué a incorporar una imagen entre estrofa y estrofa. Esta vez he querido evitarlo -aunque tengo una tonelada de fotografías- y ha salido francamente mal. No le doy mucha importancia pues cuento con vuestra comprensión. ¿Me perdonas?
Aún me quedan muchas visitas que hacer pues hay personas con las que aún no he establecida ninguna comunicación. Besicos.
Sííí! Quiero uno de chocolate bien negro. Soy adicta, lo confieso, aunque trato de controlarme, pero compenso con que no me gustan otros dulces ni los pasteles.
ResponderEliminarQué emocionante lo contaste.Al principio pensé en un libro, pero al empezar a salivar ya no tuve duda.
Muchos besos,
Ay, golosilla, Y es que el chocolate levanta pasiones.
ResponderEliminarBesicos.
Cabopá, yo suelo tener bombones en el colegio para animar algunas reuniones. Casi nadie rehusa comer uno, es un bocado dulce, suave, apetitoso... Los hay de muchos precios y categorías, pero incluso el más humilde es bienvenido. Con razón los incas consideraban el chocolate alimento de los dioses...
ResponderEliminarUn beso.