que con luz propia ilumina sus mares
sin limites ni fronteras.
sus habitantes transitan a merced de las gotas
de lluvia, henchidas de vapores recogidos
no se paran a mirar su geografía
viven y conviven sin importarles los días
aunque a veces produzca tormentas,
cuando llega la calma desparece la tristeza
ellas bailan al son de músicas tranquilas,
no les hace falta grandes torres para ser retransmitidas.
Un mar de nubes de los mapas celestes
captados desde el coche
19 febrero 12 horas.
Nuestro coche es testigo de los sonoros disparos de mi cámara,esta vez mirando otros mares...
ResponderEliminarMi chófer es un encanto, siempre aminora la marcha cuando "la copilota" dispara.
Tus fotos son un ´´ encanto`` y tus letras preciosas.
ResponderEliminarQuien si no puede mostrarnos un mar de nubes tan bonito.
Un beso
Preciosas nubes de algodón,muy buena serie.Bonito texto.
ResponderEliminarTodo precioso hasta que apareció el "pugnetero" poste de la luz. Las nubes una preciosidad, lana suave de ovejita.
ResponderEliminarUn saludo.
Me encantan las nubes, desde siempre me han llamado la atención y de pequeña pensaban a qué se parecían era un buen entretenimiento, claro me decía:
ResponderEliminar¡Despierta, que estás en las nubes!
Las tuyas son preciosas y el "pugnetero poste" muestra la modernidad y la época en que vivivmos.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
¿Sabes qué parecen esas nuvbes algonosas propias del buen tiempo? Si las miras y remiras parecen iceberg vagando por el mar helado. Ya verás como tú los ves también.
ResponderEliminarBesitos
Nubes de eterna fluencia...que decía el genial trágico griego.
ResponderEliminarLas nubes, ya sean algodonosas, aborregadas o como sean, son una metáfora de lo cambiante y efímero.
Preciosas fotos.
Impresionantes las fotos de las nubes y las letras danzan a su alrededor con armonía y acierto, imaginativas, precisas y evocadoras.
ResponderEliminarDe pequeña, me gustaba mirar las formas de las nubes e imaginar caras y cosas. Lo pasaba fantástico.
Besicos.
Tengo acomodado en mi cabecica el recuerdo de la primera vez que me tumbé panza arriba a mirar las nubes. Sobre el césped de un campo de atletismo -con las manos en la nuca haciendo de almohada- descubrí esa sensación placentera de andar por las nubes. Estudiaba 3ºde bachillerato.
ResponderEliminarBesicos.
sí que parecen mapas, las fotos son muy bonitas y los comentarios se agradecen
ResponderEliminarimpresionantes esos "algodones del cielo" que nos enseñas.
ResponderEliminarun saludo