Querida
desconocida:
Esta mañana
cuando he abierto el buzón, entre las cartas de mis asiduos amigos (bancos,
compañía eléctrica, teléfonos y propaganda variada) con los que mantengo una
relación larga y duradera, sin amor. Nunca se olvidan de mí. Siempre me
escriben aunque yo no les conteste.
Hoy he encontrado una carta que me ha
producido un gran sobresalto, además de una formidable sorpresa. Me habla de
amor. Me ha estremecido. Precisamente a mí y ahora.
Desconocida:
Tu carta no ha llegado a las manos adecuadas.
Reconozco saber del amor lo justo. La palabra es grande y contundente y aparece
en todas las " listas de éxitos " lleva dos mil años en el número
uno. Sé del amor en la poesía, por las novelas, por las canciones. Del amor
platónico hace tantos años qué… Ni me acuerdo. Y del amor con mayúsculas como
tú lo llamas por San Pablo y San Juan en sus Epístolas.
Amo la vida y
le doy las gracias. Amo el mar porque me produce serenidad. Amo la luna porque
es redonda y me encandila en las noches de verano. Y amo la tierra porque vivo.
Yo también he
conocido, sentido y vivido el amor. Ya, ya, no queda. Y tengo cartas de hace
muchos años. Quizás algún día en un solar las quemaré. De aquellas
tribulaciones y amores nadie se debería enterar.
Toma nota:
Dices que quieres
experimentar de nuevo el amor que, ya estás preparada.
¡Ánimo! Te
deseo lo mejor. Sal a la calle, busca a esa persona que, te mira a los ojos
queriendo saber de ti y dile con palabras todo lo que sientes por
ella. No le escribas más cartas. No podrás ver el brillo de su mirada mientras
lee o quizás no le llegue como ha ocurrido en este caso. Veinte años son muchos
años.
P.D. No tengo tu dirección.
Adiós.