Malos tiempos
Ayer, padre se quitó la vida por la desesperación. Desprotegidos
quedamos en la calle. Mientras, nos dieron cobijo a mamá y a mí. Hoy, un
desmayo en la calle Amargura. Mañana,
mamá venderá su cuerpo sin joyas, otra vez. Pronto nos iremos al país de dónde vinimos, el tiempo se agota.
Esta es mi aportación en la II Primavera de Microrrelatos Indignados
organizada por :
Miguel Torija La colina naranja
Rosana Alonso Explorando en Lilliput
Ana Vidal Relatos de andar por casa
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Horrible situación quitarse la vida por el desespero. Esto es el límite de lo que se puede tolerar. Y pensar que es real.
ResponderEliminarMe alegro de estar entre vosotros en esta alambrada de indignados.
Besos
Pura desesperación me genera a mí lo que leo. Gracias Cabopá.
ResponderEliminarBesos.
Eso es lo peor: los suicidios.
ResponderEliminarEntre tanto, los mandamases europeos siguen en sus trece. Ya les han advertido que con esta política no vamos a ningún lado, que Japón y EEUU han salido de la recesión con otras radicalmente opuestas... ¡Paciencia!
Un abrazo.
Desesperación, incertidumbre e impotencia....que horrible situación.
ResponderEliminarBesos.
La paciencia también se agota. La estamos teniendo infinita.
ResponderEliminarY para nada
Dura y triste realidad.
ResponderEliminarBuena aportación la tuya con este relato,Carmencica.
Un abrazo.
Cabopá, un micro muy duro que refleja esa realidad que seguro se está dando no tan lejos de nuestros ojos. Y es que la desesperación lleva a cometer actos como estos: el suicidio, alquilar el cuerpo, perder la dignidad...
ResponderEliminarBessets.
Sobran comentarios. Lo que se dice siempre: la triste realidad supera la ficción más comprensiva y solidaria.
ResponderEliminarJoer, joer... Visitar los blogs amigos, hoy, es muy deprimente. Casi todos estamos lanzando una retahíla de desgracias/realidades que tienen que terminar.
ResponderEliminarBesos (cada vez más indignadosss)
Escribimos todos parecido. Para acabar deprimiéndose. Los ánimos de capa caída.
ResponderEliminarBesos
Hay que reconocer que el tuyo es el más duro. Ese principio nos deja sin aire...sin lagrimas...sin justicia...con mucha razón para gritarla.
ResponderEliminarTriste. La desesperación vence y la esperanza se pierde. Son tiempos muy duros para muchos. Para todos.Un abrazote
ResponderEliminarcuánto duele leer tanta indignación. Muy duro tu micro, tanto como la vida de tus protagonistas.
ResponderEliminarUn abrazo Cabopá´
cuánto duele leer tanta indignación. Muy duro tu micro, tanto como la vida de tus protagonistas.
ResponderEliminarUn abrazo Cabopá´
Bestial, Carmencica. Cuántos no se están yendo, desesperados por segunda vez...
ResponderEliminarUn abrazo que consuele.
La Calle Amargura de tanta gente, no sé ni cómo ni cuando vamos a salir de esta. Qué triste.
ResponderEliminarBesos maricarmen
Hola Carmen. Real sí es y conciso y aunque la calle Amargura o el cuerpo sin joyas le dan poesía al texto, es bien fuerte. Un abrazo.
ResponderEliminarCuando la desesperación se apodera de nuestro psique... Un micro duro, triste, muy real, muy cotidiano. Cosas que nunca deberían de suceder...
ResponderEliminarAbrazos solidarios
Hacía tiempo que no pasaba por tu blog. Una durísima entrada. Me ha dejado el alma encogida.
ResponderEliminarUn abrazo y hasta pronto
Terrible, desolador, pavoroso.
ResponderEliminarY tan real y cotidiano.
Un abrazo, querida Cabopá.