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El barbero se
llamaba Pedro, la barbería, la de “Perico el sordo”. Así era conocida en el
pueblo. Pedro tenía perdido este sentido, algo que no le impedía gozar del buen
sentido del humor y mucha ternura. Así como el saber escuchar lo que quería. Siendo
sordo hacía de su carencia buen papel cuando no le interesaban los chismes. Y,
hacía gala de su buen hacer como cortador de pelo, arreglos de barbas y
bigotes, además de afeitar como nadie en
el lugar.
En la peluquería se compraba, “El Vertical” a
diario, como a diario venía su sobrina Adela a leerlo. Así se inició esta
adolescente en las palabras escritas llevándoselas pegadas en los dedos por la
mala tinta de la impresión de aquellos años de linotipia y rotativa. Luego en
la calle, jugaba con los niños a rayuelas y escondites y les contaba lo que había
leído. Boquiabiertos, la oían con mucha atención. Los mayores del vecindario le
preguntaban quién se había muerto; otros las recomendaciones de la cartelera y
su calificación moral. Había días que Adela tenía que salir corriendo de la barbería
porque su madre daba el grito en la puerta: “¡es la hora de comer, Adela!”
De aquellos
tiempos de lectura del diario local, le quedan a la periodista que es hoy, los
recuerdos del tío Perico y su sordera. Muchas veces cuando escribe un artículo
en la página web del moderno periódico digital que dirige, se acuerda y añora
la mala tinta impresa.
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Este relato participó hace unos meses en Triple C. De los resultados de la convocatoria no se sabe nada...
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¿Hay una cierta decadencia en los blog?
ResponderEliminar¿Hay blog que llaman a la participación y después no se actualizan?
¿Podrán las distintas redes sociales acabar con los cuadernos, bitacoras y ventanas de expresión?
Sólo es una reflexión de una tarde de lunes con una gran tormenta de agua y granizo.
Besicos a todos los que todavía seguís "asomándoos a mi ventana"
Precioso relato de corte nostálgico. Me ha gustado.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que preguntas, estoy convencida de que hay no una "cierta" decadencia, sino una decadencia total, absoluta. Se nota muchísimo y lo más interesante ya no se da en los blogs, está claro.
Pero no creo que desaparezcan, no. Simplemente se actualizarán con mayor distancia temporal y sólo serán mantenidos por quienes quieran mostrar al mundo una muestra de su escritura.
Hasta cierto punto es lógico que esto ocurra, pues el blog y los blogs chupan demasiado tiempo, mientras que las redes sociales son más inmediatas y en un momentico te despachas. ¡Los tiempos! Y el tiempo, que a nadie nos sobra.
Besicos.
Me ha resultado muy entretenido tu relato Carmencica, cada vez lo haces mejor.
ResponderEliminarUltimamente has participado en bastantes concursos de micro y de relatos. Eso está muy bién, yo no lo hago puies no encuentro mi lugar...
El tiempo cada persona lo emplea en lo que más le gusta, pero hay cosas que no se pueden dejar de hacer.
Ya verás, pronto serás abuelita y todas tus horas serán para tu nietecica.
Un abrazo fuerte amiga.
No pierdes ripio...¡ah, qué tiempos!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida Cabopá.
Triple C está de baja, Danik, se rompió una pierna en un accidente y lo primero es lo primero...
ResponderEliminarMe gusta tu texto, me gusta. Trae recuerdos de otras épocas, ¿más felices?... No lo se, quizá eran nuestros ojos de niñas.
Besos desde el aire
Bueno, puede consolarse. Hoy el Tío Perico somos todos, quiero decir que todos estamos sordos... Y ciegos, y mudos, probablemente.
ResponderEliminarPor eso, las escasas expresiones de vida (por ejemplo los blogs no dirigidos) nos suponen un soplo de aliento que hay que mantener. Yo he abandonado (aunque la use para información concreta) la participación directa en el fb. A diferencia de la bloguería, las redes me parecen un patio de vec-mequ-indad, donde ni los aplausos ni los exabruptos pueden aliviar su inconsistencia, esa vacuidad de pataletas y megustas.
Un abrazo
Has dado al micro un aire calido y muy aquel tiempo. Si la periodista digital echa de menos la tinta, estupendo, estupendo
ResponderEliminarBueno, que decirte. Tanto tiempo sin visitarte, y ahora, no se. Me he quedado mudo. No se apretar las teclas con agilidad, y ya sabes, que quiero decirte que os he echado de menos. Intenté reiniciar, pero no, las cosas están difíciles. Bueno, solo decirte que me ha complacido leerte, y que todo este tiempo os he llevado conmigo. A ver si me pongo las pilas y vamos en marcha.
ResponderEliminarMil abrazos carmencica.
Ay! qué bonito Carmen, con esa nostalgia por los tiempos pasados, por la tinta impresa, por todos los buenos ratos que no estaban ligados a esta cultura "digital" (que también los tiene, pero es distinta)
ResponderEliminarUn besazo. Lo que te digo ¡que en Francia alucinan! :)