No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

jueves, 9 de mayo de 2013

SE FUE EL INVIERNO

 Menos mal, fue demasiado largo. Siempre es extenso cuando es inclemente y se trata de la estación. Pero, su  estancia o tránsito en la vida, transcurre ahora en su invierno particular. De la primavera ya ni se acuerda, está lejana, aunque las flores siemprevivas sigan entre luces cada día. Ella hace lo imposible porque así sea. Del verano guarda, conserva y reproduce, los delicias de cada verano. De su último verano. No lo considera lejano. Es más, lo revive con los suyos. Con las historias de guitarra en aquellas noches de luna llena y cielo estrellado en el pantalán de la caseta de veraneo. Del cine de sillas de madera y bocadillo de tortilla francesa. No importa la humedad de los sentimientos, ni de la sequedad de los días de árido calor y noches de insomnio o mejor de noches de sueños que, después de las siestas endulzaban su vida de joven enamorada.
Y el otoño, este tan cercano, el de las hojas secas del color de la vida estrenado y a veces irreverente. Pasado queda en los días pretéritos.  Porque la edad, es verdad que se nota en la cara, no en los recuerdos, no en la vida, no en la alegría. Por todo esto, para Lola, el invierno pasó lento y frío pero desea en todas sus aspiraciones  vivir el suyo de forma plausible y emocionalmente, feliz.


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5 comentarios:

  1. Que maravilla... precioso Cabopá.
    Un abrazo.

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  2. Los detalles marcan la diferencia, son los que se quedan en la memoria, y las ganas de vivir "lo que toque porque es vida" es un principio excelente, en mi opinión.

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  3. Es un personaje cálido a pesar de vivir su invierno particular. Un invierno, que según lees el relato, le deseas florido como la primavera. Me ha quedado la memoria fijada en el personaje. Lola, flor de primavera que crece entre el hielo.

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  4. ¡¡Muy bonito amiga!!
    Eres una artista de los microrelatos. ¡¡Enhorabuena!!
    Un abrazo fuete desde mi Librillo.

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  5. Qué hermoso, Carmencica, "Porque la edad, es verdad que se nota en la cara, no en los recuerdos, no en la vida, no en la alegría". Es cierto, no hay que dejar que el espíritu cumpla años, bastante que los cumple el cuerpo. Hermosa Lola, que merece ese final que sueña feliz y tranquilo.
    Un abrazo, Murcianica.

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