No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde
miércoles, 18 de abril de 2012
EN EL COSTURERO
La calle amable, sin mucho alboroto, sin que
los semáforos tengan prisa por ver la gente pasar. A veces, los días se
amontonan, como los hilos de una labor a
medio tejer. Todo queda en el costurero de la vida.
Me parece una reflexión preciosa Cabopá.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Breve, sencillo, bonito.
ResponderEliminarTu costurero está lleno de unas labores preciosas, hoy he leído otra que me ha emocionado y mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
El costurero de la vida, preciosa expresión. Me gusta mucho, Cabopá.
ResponderEliminarAbrazos.
A mi me ha gustado esa imagen de los semáforos pacientes, como adormecidos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cabopá, los días son un nido de sensaciones en que nosotros los polluelos esperamos a recibir, a veces buenas nuevas y otras malas.
ResponderEliminarMe gustó.
Bessets.
Es bueno, es bueno. Pararse, respirar, dudar...
ResponderEliminarLos costureros guardan a veces muchas cosas que no esperabas encontrar.
ResponderEliminarSon esos días en que pasear es un placer.
ResponderEliminar...en el costurero de la vida, hay vivencias del ayer, ilusiones por llegar…y sueños por cumplir.
ResponderEliminarMuy bonito.
Un cálido abrazo
Yo no sé coser y paso corriendo debajo de los semáforos, adormecidos o no.
ResponderEliminarQué desastre
Bonita reflexión, me gusta mucho esa imagen de semáforos amables.
ResponderEliminarBesitos