Ilustración de Laura Garrido |
Todas las tardes desde aquel día trágico camina
hasta el puerto, entra por el pantalán más cercano y se sienta a esperar que
llegue el barco, pero el bajel no llega nunca. Y, vuelve a casa entre los
colores y la bruma del crepúsculo. Espera que pase la noche oscura, la que
traerá el día claro hasta que llegue de nuevo la tarde. Desde el fondo
insondable, parece atisbar las estelas que dejan ver una sombra, como si el sol
grácil las filtrara suaves a través de las aguas. Yo me conformo, ella no.
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Pasé por Triple C con mis palabras escritas acompañando la ilustración de Laura Garrido
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Qué bonito texto. Qué triste relato. Qué ilustración tan bien acompañada, revestida o traducida de significado escrito.
ResponderEliminarUn tandem gozoso para los espectadores.
Felicitaciones a ambas.
Besossss, Cabopá.
Este relato crea la atmósfera de "La Mujer del Teniente Francés". Muy nostálgico y bonico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy sugerente la idea de la espera y del barco que se ansía ver llegar. Todos, de alguna manera, esperamos ver ese bajel acercándose desde el horizonte. Su carga será muy diferente para cada uno, pero la ilusión -a veces simple espejismo- es la misma.
ResponderEliminarUn saludo.
Bellas imágenes. las tuyas y las de Laura.
ResponderEliminarBesos a las dos
¡Qué bonito Capobá!. Estoy de recolección de bellos textos que inspiró la imagen y el tuyo ya está entre ellos. Voy a hacerme un librito para que no se pierdan en el olvido estas palabras y estas historias tan chulas.
ResponderEliminarMe encanta lo bien que has adjetivado cada frase. Se nota que le has dedicado tiempo y que has querido redondear tu estilo. Creo que lo has conseguido de forma muy bella.
Un abrazo para tí y para esa protagonista que exuda tristeza.
Besos.
Resulta tremendamente triste esa espera húmeda de sal.
ResponderEliminarUn beso
¡Buen trabajo, Cabopá!
ResponderEliminarDestaco, especialmente, la parte de la historia que no has contado; esa que dejas soterrada como un regalo para que el lector pueda cocrear contigo.
Un abrazo,
Qué tremenda y trste es esta espera que has contado tan bien, Cabopá. Me gusta, sobre todo, el tono tan sutil. Magnífico. La ilustración de Laura (felicitaciones!!) ha dado unos textos preciosos.
ResponderEliminarUn abrazo va.
Hay esperas eternas, querida Cabopá. Me recordaste la canción de Penélope, pero en la orilla del mar, que creol que es más gratificante y esperanzadora.
ResponderEliminarUn beso grande.
La espera a la orilla de la mar, es silenciosa y musical.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte amiga.