No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

sábado, 2 de octubre de 2010

LA ESPERA y 3


Mientras Isabel, pasea por la órbita de sus pensamientos, giran las ideas acumuladas. Salen y entran palabras que olvida. Ni siquiera ha vuelto a leer el informe que le han dado en el Hospital. Ahora, parada junto a la barandilla del puente mira el rio que cruza la ciudad y la divide. Así está ella dividida entre los sentimientos que no puede expresar. Sólo los recuerdos suspendidos, los que la acompañan a diario le hacen volver la cara y mirar la tierra que nunca debió abandonar. Se siente sola y desamparada. Ya no hay vuelta atrás, un animal marino ha entrado en el continente de su vida.
Se resiste a quedarse parada en esta parcela que no ha comprado; sin tomar decisiones seguramente desacertadas. Sigue su camino a ninguna parte. Quizás espera que le traigan la lotería de la felicidad, como a la morera que en primavera brota en plácida gestación.
Es, como un idilio inexistente sobre un asfalto oscurecido por la memoria detenida, por un semáforo que a partir de este momento siempre estará en ámbar. Que la retiene en los hechos acontecidos. Siempre a la espera que el verde, sea su color para la vida y le abra el paso. Su vida está deshilvanada.
Al cruzar la calle ve venir el coche que espera…Después sólo oye el acelerado e intermitente sonido de la sirena de una ambulancia.
El semáforo se quedó en ámbar igual que su memoria, detenida en el oscuro asfalto.

13 comentarios:

  1. ¡Dios, qué relato tan impactante! Me ha gustado la forma de narrarlo y las imágenes que has usado. ¡Enhorabuena!

    Besicos verde esperanza

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  2. Carne de asfalto esta tocaya, gris destino para sus sueños rotos, silencio ante su pérdida.

    Ay, Cabopá, cómo me ha gustado el relato: los últimos minutos de un alma hermosa y confundida, los últimos instantes de un asombro ante un destino injusto.

    Por favor, no dejes de escribir. Transmites mucho y tu estilo evoca en el lector todo un mundo propio, el de tus personajes.

    Besicos agradecidos.

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  3. Dejé para la publicación de este último para librarme de su lectura interrumpida, del suspense de su trama. Y mi sorpresa fue... ese naranja (ámbar-almíbar) del semáforo de nuestra vida, que por desgracia siempre pasamos corriendo, a la ligera, sin detenernos en el placer reposado de nuestros andares de otoño por el resol de las aceras.

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  4. Magnífico final. Un texto impresionante, muy literario y con un argumento que engancha y que sobrecoge. Saludos y buen fin de semana.

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  5. Haces unas fotografías estupendas, escribes así de bien, eres un cielo de persona y yo presumo de ser tu amigo.
    Haz caso a Isabel y no dejes de escribir. Sabes remover nuestros sentimientos y eso no está al alcance de cualquiera.

    Besicos.

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  6. Eso de que la memoria se quede en ámbar, detenida como un vulgar semáforo, es una faena. A mí me ha pasado alguna vez y entonces el recuerdo se convierte en obsesión. Hasta que por fin se pone en verde y todo fluye de nuevo.
    Un saludo.

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  7. Tocada por el frío del asfalto.
    Un final clavado en una memoria en ámbar...el corazón en un puño.
    Besos.

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  8. me he puesto al dia con los relatos y me dejas el alma algo helada
    espero que todo sea a mejor
    un beso

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  9. Hola enorme relato, las imagenes acompañan, he venido para quedarme, gracias por tus palabras,pasa buen día, gracias, besos.

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  10. También yo estoy estoy esperando ese semáforo que nunca cambia su color al verde, siempre perpetuamente ámbar...

    Besos

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  11. Cabopá: tienes pendiente entonces darte un paseo por Piedríta. Me ha ecantdo tu anécdota. Siempre pasan esas cosas cuando se sale de viaje. Se propone uno ir a varios sitios y luego no se puede ver nunca todo. ¿Sabes qué pienso siempre? Que es mucho mejor porque así te entran ganas de volver ver a lo que un día se quedó en el tintero.

    Besos

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  12. Bueno, he leido las tres partes del tirón. Me parece precioso como relatas (ya te lo he dicho más de una vez). Ahora que, me resulta inquietante este relato, espero que no sea nada malo.
    Gracias a tí he descubierto el blog de Isabel M.Barquero, todo un hallazgo. Muchos besos.

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  13. Maricarmen,

    me gusta como mezlas los paralelismos de la vida de las personas y los arboles, eso por si mismo llena el relato de melancolía. Los escenarios, las espera...
    Muy buenos.

    Besos

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