Por último se retocó los labios con carmín rojo en el espejo del recibidor. Bajó a la calle y se subió al coche que le esperaba en la puerta de su casa. La misma hora, el mismo día; cada semana. La llevó sin preguntar, igual que la recogería horas más tarde. “Aquí estaré”, le dijo el conductor, asomando la cabeza a través de la ventanilla.
Elvira, no era una cinéfila especialmente, pero le gustaba mucho el cine. El primer día que le hizo el alto a un taxi hace ahora muchos años, fue un cumulo de casualidades. Todo empezó porque al salir de la sala volvió a coincidir con el mismo taxista. Por aquello de ser amable y cruzar unas palabras con él, le contó qué había visto, los personajes, el guión, incluso en pocas palabras le llegó a desgranar la trama.
Hoy después de veinte años Juan, la lleva en una carrera rápida hasta un cine del centro. Continua con su trabajo; luego la recoge y vuelven juntos cuando ya es el final de la jornada. Ella, todavía le sigue contando la película que ha visto.
Hay relaciones muy extrañas...Me ha gustado Cabopá. Un buen comienzo para continuar.
ResponderEliminarBesos desde el aire
los seres humanos somos algunas veces muy dependientes de las costumbres, y si son costumbres como esta no pasa nada, creo que se ha creado un lazo de amistad o de lo que sea entrañable.
ResponderEliminarVaya, el taxista y la cinéfila...buen tema, buen tema.
ResponderEliminarUn besico
Me ha encantado tu relato, con sorpresa final, como mandan los cánones.
ResponderEliminarEl cine que aparece al final del vídeo es de Cartagena. Me trae muy buenos recuerdos.
Besicos.
He vuelto muy contenta de poder continuar disfrutando con tus entradas, engeniosas y variadas. Es un microrelato. Está muy bien.
ResponderEliminarUn abrazo de Franziska
Por favor, me dejas con la miel en los labios.
ResponderEliminarSigue, anda...
Un taxista majo, porque los hay que solo hablan de fútbol o de lo mal que lo hacen los políticos. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Seguro que acabaron viendo las peliculas juntos,jajaja
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Y esa relación omo puede llamarse? Porque, ¿por qué no quedan juntos taxista y Elvira para ver la peli juntos? Ya que están...
ResponderEliminarBesos
¡Curiosa relación! El taxista se había convertido en su chófer particular cada vez que iba al cine.
ResponderEliminarVeinte años!!! Seguro que sus conversaciones ya trataban de algo más que la película.
Besos.
· Si él se ahorra la entrada del cine... ¿le cobrará la carrera?
Me gusto el relatillo.
· Besicos salados
CR & LMA
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He vuelto de mi descanso, he leido tus entradas y he visto tus "foticos", muy logradas y tus relatos muy interesantes, sigue así, eres una artistaza.
ResponderEliminarYo intentaré hacer una nueva entrada, si puedo.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Cabopá, que bonita historia. Muchas veces la casualidad permite vivir lo inimaginable. Yo quiero adivinar que ya son pareja, o por lo menos que se quieren.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, un saludo.
Creo que puede ser un buen intercambio que conduzca a una excelente amistad, ella le cuenta la película y él la lleva a casa.
ResponderEliminarÉl da un rodeo para que dure más el encuentro y ella espera impaciente para que renueven las carteleras de su ciudad y poder ver de nuevo al taxista.
Puede ser el comienzo de un gran amistad o quien sabe-
Un besico, Maricarmen. me voy poniendo al día poco a poco.