Es la madrugada de un día cualquiera la luna se esconde entre las nubes rasgadas, las estrellas centellean acompañadas por otras lunas, satélites y agujeros oscuros, desconocidos, en el firmamento cercano a la vista. Está asomada tras los cristales del mirador, en silencio, hay una música de fondo que la acompaña; su pensamiento está puesto para aquellos a los que quiere con todo el calor pero sin palabras. De repente se siente observada y retira la mirada, entona una canción que la lleva a poner los pies sobre el suelo que pisa. Es, entonces cuando recuerda que el silencioso frío de las caricias le llega muy profundo. Su cuerpo se sacude con un suspiro sin aire y sigue con la tarea cotidiana. Esta, es una visión simétrica en otras tantas ventanas de una madrugada de un día cualquiera.
Ya sé que hoy es uno de septiembre.No podía quedar agosto sin su hoja de mes, de ese calendario que va tomando forma en y desde mi ventana. "etiquetas hoja de mes"
ResponderEliminarAnduve por muchas madrugadas así pero sin ese mar precioso y triste de esta noche.
ResponderEliminarDel frío de las caricias mejor no hablar, o mejor no acariciar, mucho mejor quedarse quieta comtemplando ese paisaje.
Un besazo.
Uf que triste y solitaria madrugada.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Un día cualquiera con su alud de pensamientos, con sus sensaciones confusas, con sus esperanzas y con sus logros.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta hoja, Cabopá, aunque sea ya septiembre.
Besicos.
Un hálito de melancolía y de ensoñación recorre esta breve estampa.
ResponderEliminarun abrazo y un besico
Hola,me gusta mucho.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un texto muy bello y melancólico. Un enorme placer leerte y seguirte. Un cordial saludo.
ResponderEliminarVoyeurs melancólicos.
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