Y van tres: agosto/11
Yo no busqué al amigo de la siesta en agosto de cada año, sólo cogí la cámara de la bolsa. La emoción me hizo temblar, el horizonte se me cayó por levante, el toldo me hizo la sombra, la farola me sirvió de apoyo. Él dormía placentero, solo; sin sombrilla y la mujer lo abandonó por el baño ante sus ronquidos...Yo me limité a disparar ¡No me lo podía creer! Un año más en el mismo sitio y a la misma hora...Y es que a orillas del Mar Menor, la siesta se hace mejor... Mientras yo leía y tomaba un café, él dormía al sol. Tal como os prometí, os lo cuento...
DECÍA YO, EN DICIEMBRE DE 2010
Cuando mi cámara se dispara, no para, capta lo que se encuentra por delante. He aquí una muestra: UNA: agosto /09
Siesta a orillas del Mar Menor.
mismo individuo en semejante posición
Revisando los archivos fotográficos he encontrado este hallazgo. Consciente del temporal que nos está afectando, nieve, lluvia, viento...Se me ha ocurrido haceros reír un poco. Os prometo que no es de la familia, ni lo conozco ni me conoce, pero sí se reconociera que me avise. Es la misma persona y en el mismo lugar. Un año y otro año; estaré atenta el próximo y os lo contaré.
Esta entrada tuvo 23 comentarios(enlace)
Hoy hago mi primera "Reproducción".
ResponderEliminarGracias a Ñoco Le Bolo.
Reproducción y nueva entrada (añadida)la foto de este verano, mis travesuras foteras son así. Esta merecía la pena, os aseguro que no lo busqué, se me puso delante, y mi cámara disparó...
¡Hala a comentar!
Las buenas costumbres no hay por qué abandonarlas, ahí lo tienes año tras año; quedamos a la espera de la de 2012.
ResponderEliminarCabopá, ¿has comprobado que se mueve de ahí? Igual se pasa los días a la orilla del Mar Menor. Estás hecha una paparazzi. Me ha hecho mucha gracia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Curiosa casualidad :-)
ResponderEliminarUn beso.
Dios...¿Tendrá casa?
ResponderEliminarBesicos, Cabopá
Jajaja, Nicolás se me ha adelantado te iba a preguntar lo mismo. Espero ver las del verano que viene.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Cabopá me has hecho reir de lo lindo. Te agradezco las fotos. Asomarme a tu blog siempre es una liberación, por la frescura de lo que cuelgas. Un beso. Mar Horno
ResponderEliminarEs memorable, esto no pasa todos los días.
ResponderEliminarTe felicito por tu acierto y al buen hombre por lo feliz que parece durmiendo y ajeno a todo lo que le rodea.
Un abrazo.
Nada ha cambiado incluso sigue con el mismo bañador.....
ResponderEliminarBesicos
Habrá que decirle que se compre otro bañador de vez en cuando. ¡Y encima ronca!
ResponderEliminarSeguro que los ronnquidos fueron los que atrajeron tu mirada . Cada uno busca su placer particular en la orilla del mar, éste lo ha encontrado en echarse la siesta.
ResponderEliminar¡Curiosas fotos!
Un abrazo.
Está como en su casa, y no se compra otro bañador porque la ropa usada es la más cómoda.
ResponderEliminar¡La playica es la más tranquila del mundo! Por eso duerme del tirón.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi Librillo.
Lo recuerdo del año pasado, jajaja. Lo comparabas con la foto del 2009, y este año otra vez. Ese señor es todo un ejemplo de costumbres rutinarias: siempre igual, jajaja.
ResponderEliminarBesicos, so traviesa, jajaja.
Eres "el objetivo indiscreto" andante...Cualquiera se descuida estando tú cerca jajaja
ResponderEliminarUn abrazo
¿Has comprobado que esté vivo?
ResponderEliminarBesicos.
Hace unos años vi una magnífica película, "Smoke", con guión de Paul Auster, en la que un personaje fotografiaba todos los días la misma calle, la misma esquina, y así iba captando la vida de su pequeño entorno. Tu foto me la ha hecho recordar. La película me fascinó y me hizo descubrir a Paul Auster por lo que siempre se lo agradeceré. Hace unos meses pusieron en TV un reportaje sobre Antonio López y como se había dedicado a fotografíar un día y otro la Gran Vía madrileña para su serie de pinturas sobre ella. Contaba cómo había pasado frío por la mañana temprano para conseguir imágenes sin coches. Me encanta que a través de tu blog me hagas disfrutar evocando imágenes. La tuya es increible. Me hace pensar sobre el tiempo y su aparente inmovilidad. Besos. Lola
ResponderEliminarMaravilloso. Estatua viviente erigida -o tumbada- en homenaje a esta estupenda costumbre.
ResponderEliminar(gracias por tus piropos. Eres muy generosa)
¿Has comprobado que no esté momificado por la brisa marina y sea de atrezzo?
ResponderEliminarCreo que esta casualidad se merece una historia de las tuyas, Maricarmen.
Con la que se nos viene encima siempre va bien un poco de humor.
Besicos,
Los políticos podrán intentar amargarnos la vida,despilfarrar nuestro dinero ,vendernos a los mercados......
ResponderEliminarPero nunca,NUNCA podran abolir la SIESTA,jejejejeje