No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

sábado, 24 de septiembre de 2011

ESCRITO EN VERANO

Antes de cerrar la casa se queda parada mirando; repasa los cuadros de la pared. Le traen recuerdos de los días en los que las paredes blancas estaban desnudas. Recuerda cuando poco a poco fueron llenándose, a la vez, que ocupan en la retina retazos de aquel tiempo de juegos de niños, flotadores, cubos y palas, vestidos pequeños, zapatillas de colores y chanclas ...y diademas.

Cuando en la terraza a la hora de comer, apenas sí se cabía en la mesa. Cuando las risas se mezclaban con la ensalada y las palabras se rebañaban en la salsa…y de postre sandía, roja, fresca, chorreando por la barbilla, dejando su rastro como mofletes de quita y pon.

Sí, uno había puesto la mesa, la otra la quitaba…y desde la cocina se oía el parloteo de los platos con las chucharas y los tenedores. Entonces tintineaba aquel grito que conseguía llegar hasta la terraza, donde la mesa seguía vestida de mantel:

-¡Mamá podemos tomar helado!

Las comidas del verano en la terraza…y las fotos con el descampado de fondo, nunca se olvidarán. Ni ellos, ni yo. Hay recuerdos de las vacaciones que se mantienen vivos en la memoria, esa película de afectos, que perdura para siempre.

…Y cuando después, en la siesta, dibujaban, leían o hacían aquellas pulseras de mil hilos de entramado colorido de tonos azules, como el mar o verdes como las hojas de las mimosas.

…Y la pandilla en la playa, los de la urbanización con los bañadores del año pasado o los que venían de la ciudad y llenaban la casa con risas, tan grandes como las toallas de playa. Las excursiones a las calas, los saltos desde las rocas…y las bicicletas que se iban quedando pequeñas.

…Y las conversaciones trascendentales en el banco de abajo, comiendo pipas de girasol, las escayolas y las serenatas de guitarra haciendo planes para el futuro. Enamorándose o encendiendo algún pitillo. Así, así, se fueron haciendo mayores.

Cuando llega el verano, también llegan los cumpleaños…y ya no son de piñatas, ni medias lunas de jamón y queso. Son largas noches de fiesta, charla y amigos, los de la playa y los de siempre.

Ahora vienen y van. Pasaron los años de autobús; llegaron los días de coche, de tren o de avión. Ahora cuando ellos vienen nosotros vamos…Y, vaya qué nos vamos.

A mis hijos

20 comentarios:

  1. Ya sé que es otoño, aquí llovizna aunque durará poco y sabrá a menos. Lo que nunca sabe a poco son los recuerdos de cada verano...

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  2. Te aseguro, Cabopá, que he llorado. Por lo ojos, y por el corazón. Un abrazo.

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  3. Cabopá, leyéndote esos recuerdos de veranos de antaño en el que los niños eran niños yo me veía reflejado, esas sandias de postre, esa reuniones familiares, la playa, los cumpleaños. Es emotivo. Se acaba de ir el verano y ya lo hecho de menos. Pero creo que prometió volver el año que viene.
    Me ha encantado tu relato, es muy tierno.
    Un abrazo.

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  4. Siempre es más hermoso todo en los recuerdos que atesoramos, mis hijos ahora tambien son grandes y en mi memoria quedan guardados recuerdos hermosos de cuando eran pequeños y mi vida era la de ellos...Unas hermosas letras Cabopá, muy hermosas.

    Besos desde el aire

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  5. Los recuerdos forman parte de nuestra vida. Es bonito recordar aquellos años en que la alegría y la vitalidad de los niños lo inundan todo colmándote de felicidad.
    Un hermoso relato.
    Besos.

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  6. Me ha encantado cabopá y me he sentido nuy identificada...ya lo creo que sí.
    Creo que somos muy afortunadas
    Un beso enorme guapa

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  7. Qué lindo y tierno relato, amiga. Se me ha encogido el estómago (lo siento, en mi caso siempre es el estómago el que siente, nunca mi corazón, será que no tengo corazón?) Me has hecho evocar como hija y como madre.

    Tus textos siempre cargados de poesía... qué me gusta asomar por tu ventana. Gracias (También te echo de menos)

    Besicos, murcianica de mis entretelasss!!!

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  8. Bonito cuadro Maricarmen. Podría haber sido una escena de mis padres y hermanos, de los de cualquiera, es un lugar común. Es un tiempo inolvidable y lugar estupendo que conservar en la memoria. Es también otro punto de vista de eso que llaman "el nido vacío" o de cuando se vacía el nido y nos llena de nostalgia. Hubo un tiempo en que añoraba muchísimo estas cosas, ahora ya no se, no se cuando empezaron a caerse por un abismo y noto que se me van perdiendo... por eso está bien que nos de detalles hermosos de esos momentos únicos.
    Besos

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  9. Gracias al recuerdo, la dulce nostalgia de aquellos años renace fresca, (lo mismo que haces tú con tus letras) como si el pasaso y el presente en su curvatura coincidieran en su mejor punto (centro) elegido.

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  10. Bonitos y entrañables veranos de la niñez que hoy recuperas y compartes con todos nosotros. Aquellos días eran eternos. Nunca se acababan...
    Un saludo.

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  11. ¡Precioso amiga! Me dejas boquiabierta, describes estupendamente esos veranos de la infancia.
    Llevas toda la razón... Apenas cabiámos en la mesa...
    Un abrazo fuerte desde mi Librillo.
    ... y llenaremos otra vez la casa con sonrisas y churretes de sandia y galletas de fresa.

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  12. Nos gusta porque está muy bien escrito y sabes transmitir esos sentimientos que compartimos muchos de nosotros.

    Besicos para ti y un abrazo para tus hijos.

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  13. gracias por dedicarnos la entrada. la verdad es q eres una excelente "maquina de escribir"

    q bonitos recuerdos..

    muchos besitos mami.

    la in.

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  14. Precioso, Cabopá. Una entrada entrañable llena de recuerdos de días de playa, de luz, de sol, de color.
    Besicos, que ya ando por acá.

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  15. Me hiciste pensar en arena y años escurriéndose por entre los dedos.
    Nada triste, por otro lado.

    Beso grande.

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  16. Qué bonito, Cabopá, qué preciosa evocación de los veranos de nuestra infancia, tan lejanos pero tan presentes en el recuerdo... Nuestra misión como padres es transmitir conocimientos y tradiciones, y enseñar a disfrutar de la vida, algo que se nos suele olvidar.
    Cuídate. Un beso.

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  17. muy lindo caboca precioso y no hay que dejar atras los buenos recuerdos de nuestra infancia sana,tenemos que transmitirles a nuestros hijos que nosotros tambien fuimos niñ@s,y que la vida es muy bonita cuando se es feliz,y si no somos felices tenemos que conseguir serlo,y saltar todos los abstaculos que la vida nos pone,te felicito.muchos besitos,te dejo mi nombre para que sepas quien soy porque no se que pasa que no me deja comentar con el nombre y no me queda mas remedio que hacerlo asi. soy maria (descriminacionsocial.blogspot.com)

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  18. Que precioso relato,entrañable,cabopa

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  19. ¡Qué bonito!. Ha sido como vivirlo, más aún, como revivir un pasado, que no llegué a vivir de niña, sino de mayor, y, por tanto, contemplando lo que cuentas sobre los niños, que eran los que lo hacían todo eso -que yo observaba con una sonrisa, y con una sana envidia-.
    Enhorabuena por este relato. Es una preciosidad.

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