-¿Qué tal tu mujer?
-No sé. Se fue a caminar, después a misa.
-¿Te has separado?
-Más o menos. Cada uno hace lo que tiene que hacer.
(No sé para qué pregunto. Parece que han hecho un pacto con el verbo saber; nunca saben nada de nadie, ni siquiera de lo que hacen el uno y el otro)
Se comunican por el móvil, quizás.
Conjugan los verbos con partícula negativa: Yo no sé, el no sabe… Del tú ni hablan, tú es, el otro, la otra… O tú mismo, el que habla o escribe, el que piensa…
(No sé porqué pregunto. Parece que no le resulto cómodo, ni cercano. Será que la cercanía, distancia. Que las banderas ondean hacia otros puertos más interesantes y lejanos, no me cabe duda)
-Bueno. Dale recuerdos y dile que aquí estamos por sí necesita algo.
-En fin yo se los daré, si no se me olvida.
-Adiós, adiós. Hasta siempre.
Hubo un tiempo que sin tener que ir, venían. Hubo un tiempo que sin tener que hablar, hablaban.
Hay tiempo para todo, el pasado se quedó junto a la vieja casa, el presente no se sabe, el pretérito es ya desde hace mucho indefinido e imperfecto y el futuro, lo habrá, lo habrá.
(Ya lo dice el saber popular, “si quieres saber tendrás que ir a Salamanca” En realidad es: “Quién quiera aprender que vaya a Salamanca” Ellos lo aplican en negrilla, como yo.)
Será así o no será. Lo mío… No son los refranes.
Etiquetado como "cosicas micro-re" hacía mucho tiempo que no utilizaba esta etiqueta. Hay veces que el boli o el teclado te hacen escribir,cosicas
ResponderEliminarHay veces que las palabras no tienen sentido, que los pensamientos vuelan solos, que los sentimientos se quedan en el fondo del vaso...
Por el móvil no, pero mi santo y yo hemos llegado a chatear estando los dos en el salón...es para mirárselo, desde luego, jajaja.
ResponderEliminarUn besico, guapa
Cabopá, que variedad de no sé y demás. Que lío con el lenguaje y esa indecisión que provoca estos personajes. A veces faltan las palabras y otras sobran para no decir nada.
ResponderEliminarMe gustó tu relato.
Bessets.
Tiene mucho sentido Cabopá... Y muchas, muchas veces mantenemos como tú dices diálogos de besugos...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Hay veces que no queremos saber, y otras que los pensamientos se mueven desordenados por el cerebro y hay que hacerlos salir de algún modo, como dejando que se deslicen sobre el teclado.
ResponderEliminarSon trazas de cosas que vivimos y no entendemos. ¿Cuantos diálogos para besugos habremos mantenido?
Será la edad, pero ahora no tengo paciencia para los besugos, los prefiero al horno bien doraditos.
Las máscaras son "molt maques" Besicos,
A veces, las parejas largas sucumben al silencio. Pero, en ocasiones, las parejas conquistan al silencio. Y son felices. No es que ya no tengan nada que decirse, sino que tienen otras formas de decírselo.
ResponderEliminarBesos, Cabopá.
Me ha gustado mucho, pero quiero pensar como Blanco, que tienen otras formas de decírse las cosas además de las palabras. En mi tierra se dice "el que quiera saber que se compre el periódico". Diferentes versiones del mismo refrán. Un beso.
ResponderEliminarUn relato que juega con lo gramatical, las conjugaciones verbales, y con el refranero en concomitancia con la susodicha conjugación del verbo saber, "A saber se va a Salamanca", es exactamente el refrán.
ResponderEliminarUn besico
De pequeña me dijeron: "El que quiere saber, mentirás en él"...pues será algo así.
ResponderEliminarBesos besos
A mí me ha gustado esta conversación que se conjuga en negativo, da un paseo por los tiempos verbales y acaba en refranes.
ResponderEliminarMe ha transmitido el estado de la comunicación entre dos seres que llevan tiempo juntos.
Con relación a Salamanca, recuerdo vagamente un dicho de la época de Fray Luis de León. Algo así: "Lo que natura non da, Salmantica non presta".
Besicos en positivo, sin negaciones.
De donde deduzco y me reafirmo de que el "hablar", es todo un arte, un arte sobre todo muy abstracto. Hablar es un "entreguismo", no volcamos en las palabras para dejar de ser nosotros mismos. Nos perdemos en las palabras, mitificamos tanto el hablar que perdemos a conciencia su sentido, no vaya a ser que los que decimos nos delate. Y así a veces el diálogo, para fingir, es el mejor instrumento inventado. Cuando las palabras callan, habla el silencio.
ResponderEliminaresto rollo de las parejas no me va, prefiero la soledad al diálogo de besugos.
ResponderEliminarbesicos.
Jeje, lo mío tampoco son los refranes, de ehcho las frases hechas las suelo liar sin querer (y a veces queriendo). Siempre me gustaron los diálogos de besugos que salían en algunos tebeos de Bruguera...
ResponderEliminarMe ha gustado el tono desenfadado que empleas para abordar una realidad que muy desenfadada no es, más bien es una realidad enfadada.
Es curioso, hemos coincidido con el tema de nuestros posts hoy.
Besos
Oye, que acabo de leer tu comentario en mi blog y por mí puedes coger la viñeta. No sé si lo decías en ese sentido pero si quieres puedes incluirla en tu post, yo con tu permiso haría lo mismo con tu diálogo. O si lo prefieres dejamos pasar un tiempo y más adelante las republicamos ya juntas en un nuevo post.
ResponderEliminarBesos :)
Un saludo, si la encuentras... en su paseo.
ResponderEliminarOK :) Quedamos así, más adelante republicamos tu diálogo con mi viñeta. Este tipo de colaboraciones me gustan, ya te aviso yo (o si ves que tardo en avisar, me avisas tú :))
ResponderEliminarBesos
no se..., bueno si se, que me gustan el sol y la luna
ResponderEliminarun besico
Para hablar necedades o no decirse nada con palabras huecas, es mejor el silencio..
ResponderEliminarHubo o habra otras palabras otros silencios compartidos
Un abrazo
Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo enseña...
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