Hace tiempo escribí lo que puede parecer un cuento
Erase una vez un enano que pertenecía a una troupe de un circo alemán. Cada día junto con el payaso elegante y con sombrero de capirote, chaqueta de grandes solapas llenas de lentejuelas, atractivos colores y grandes zapatones hacían su número en la función circense: chririgotas, mimos y exageradas travesuras haciendo reír al público. Siempre la misma representación. Llenos de júbilo y alegría fueran días de lluvia, de sol, de niebla, con el estómago lleno o con él vacío, que eran las más frecuentes.
La gente del circo circula en grandes caravanas cargadas de vidas errantes que a diario extienden las lonas para cubrir sus mentiras, los deseos, los fracasos y las tristezas que, tapadas con grueso maquillaje sólo alguna malla rota las deja ver entre su piel. Cada tarde se transforman para divertir a los que vienen a verlos. Los circos encierran secretos y misterios que entran y salen de las jaulas con majestuosos andares como el de los elefantes, con miradas penetrantes como la de los felinos o tal vez salen a relucir las envidias y recelos de los saltimbanquis, de los titiriteros que siempre guardan a buen recaudo las novedades de sus grandes saltos al vacío. Más difícil todavía: " Señoras y Señores la función va a empezar".
Era una tarde de lluvia de aquel otoño sombrío y gris de 1939.Había estallado la Segunda Guerra Mundial. El circo estaba instalado en un pueblo cercano a Brujas (Bélgica). Los rumores de ataque a los países del Benelux, eran el motivo de conversación en los bares; en las calles del lugar no se hablaba de otra cosa que de la guerra. La afluencia al espectáculo empezaba a resentirse. En cada uno de los carromatos cundía el desánimo y el temor a la posible invasión de las tropas alemanas.
Continuará...
te seguiré.saludos
ResponderEliminarEso, Cabopá, que continúe, que me he quedado con la miel en los labios, porque el inicio es precioso, promete y engancha.
ResponderEliminarBesos enormes.
Gran calidad la del cuento que inicias.
ResponderEliminarMomento importante cuando dices "La gente del circo circula en grandes caravanas cargadas de vidas errantes que a diario extienden las lonas para cubrir sus mentiras, los deseos, los fracasos y las tristezas que, tapadas con grueso maquillaje sólo alguna malla rota las deja ver entre su piel."
Van a invadir los alemanes. ¿Qué pasará?
Espero la continuación.
Saludos.
Me gusta esta primera entrega.
ResponderEliminarEs una buena historia.
Besitos
Promete ser interesante. El inicio es bueno, así que quedo a la expectativa de las siguientes entregas. Saludos.
ResponderEliminarMari Carmen ha empezado
ResponderEliminaruna historía en el circo
y la habrá terminado,
mañana en un chispo.
Con zapatos de charol
rojos y amarillos
parece que es un farol
sus triágulos con brillo.
¿Quién se calza ese zapato?
¿Quién con él se vá a bailar?
Pues seguro que lo sabe,
nuestra amiga Cabopá.
Unabrazo fuerte amiga, desde mi librillo.
El circo,como los brilleríos de la revista del teatro, me deprimen.
ResponderEliminarEspero ansiosa la siguiente entrada. Besos.