No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

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viernes, 31 de diciembre de 2010

SE ACABA

Adiós Que todo lo que pase por nuestras manos sea dulce, tierno, bueno, tranquilo, querido, saludable, pacifico...
Que las campanas suenen con armonía en las casas de los nuestros...
Y en la de los demás
Suerte, sueños y deseos muchos deseos...




Todos los días del año 2011
Seguiré haciendo foticos para compartir con todos vosotros...
Besicos
Cabopá

miércoles, 16 de junio de 2010

PARA ELLOS


Hoy, mientras llovía, una madre y su hija guardaban el edredón en el altillo del armario. Como siempre, se tienen demasiadas cosas en poco espacio y han tenido que sacar unas cuantas para hacer hueco. En un cabás con dibujos de Mickey Mouse que le regaló la tía cuando era pequeña. Hoy han encontrado un tesoro. Algo que la madre creía haber perdido durante el traslado de ciudad. La sensibilidad para el recuerdo, la memoria que tiene la hija y el mimo con que guarda las cosas, han logrado emocionar a la madre al recordar las largas y continuas audiciones en aquel magnetofón o radiocasete de teclado, el primero que ella tuvo ya de mayor. Lo guardó con cariño y nostalgia, porque se lo había comprado con su primer sueldo. Lo colocó en la estantería de la habitación de sus hijos, con él que cada noche antes de dormir, oían canciones y cuentos populares, comprados, en un mes de junio en la Feria del Libro. Escucharon tantas veces las canciones que la casa sonaba al “patio de mi casa”, “que llueva, que llueva”…”Mambrú se fue…”
Hoy, cuando ya había dejado de llover han vuelto a guardar el tesoro hallado. Sé que algún día otra madre pondrá estas y otras canciones en una habitación donde haya niños.
O en un coche, quizá de color amarillo y dos puertas, otros escucharan la banda sonora de Grease jaleando y alegrando el viaje hasta llegar a casa de los abuelos. La cantidad de cosas que pueden suceder en un día de lluvia, cuando la primavera parece que va empezar a la vez que termina.

martes, 15 de junio de 2010

LENGUAJE DE SIGNOS y 3



Lo que les ha unido hoy es una fiesta de cumpleaños. Ellos no son conscientes de que existe algo más, algo supremo, algo más que el mero hecho de ser compañeros de colegio y de aula. En realidad la unión de estos chavales es un lazo natural que ocurre cuando no existen barreras culturales, ni de origen, ni de lengua, ni color. Están ahí porque son niños y en el futuro serán adultos con multitud de ideas y cosas en común.
La imagen es festiva, extraordinaria, multirracial. Su textura tiene grandes tintes de sencillez e inocencia. Sólo el azar la ha hecho posible, sin prejuicios ni ideas preconcebidas o cargadas de matices absurdos. La normalidad de esta fiesta no debería nunca ser empañada por aguas turbias que vienen de la mano de ríos revueltos, por tantos y tantos agitadores de ganancias efímeras.
Lo más significativo en esta fiesta es la comunicación: la palabra. Lo sorprendente, que ninguno tiene una lengua común. A la mesa están sentados: un marroquí, un ruso, un chino, un senegalés, una latina y dos españoles. El lazo que los une es la hermandad de ser niños; trabada por un lazo sin color exclusivo. En esta reunión están todos los colores del arco iris y si no están, habrá que inventarlos. Ha prevalecido el lenguaje de la amistad y el entendimiento, que siempre es posible. No han hecho falta grandes palabras, ahí están los signos y con ellos se han entendido, en sana paz y avenencia. No han hecho falta grandes mesas adornadas con grandes ramos, banderas o banderolas para igualar por el mismo rasero. Un sortilegio parecía desprenderse de aquella escena única que yo presencié.
Jamás olvidaré la magia de aquella escena llena de tanta realidad. Hoy he vuelto a pasar por aquel jardín y he visto a todos, jugando al corro cogidos de la mano. Eran: Enma, Li-Chu, Jorge y Paula, Bato, Jaroslav y Abdulá.
La imagen hablaba la misma lengua. Los nombres, los puse yo.

lunes, 14 de junio de 2010

LENGUAJE DE SIGNOS /2

Uno, es blanco de tez y rubio de pelo; otro, negro como el azabache de ensortijado cabello con ojos muy grandes, tiene la mirada de sorpresa. En el extremo opuesto de la mesa, está sentado, el de pelo ralo y liso con ojos rasgados que sonríe y ríe por todo, a la vez que come de forma pausada. En un lateral hay tres: el más alto tiene los ojos azules como el mar en verano y la piel tan blanca que acentúa el rojo fresa de sus labios, como si se los hubiera pintado con carmín. En medio está la única chica, con un gran flequillo que oculta su frente y unas trenzas negras que se le vienen para delante, con movimientos rápidos las echa hacia atrás. Se llama Emma y es ecuatoriana.
Por último, el que celebra el cumpleaños está feliz, sus rasgos son tan comunes como los de su hermana, la más pequeña, que en una silleta los acompaña. El pediatra le dijo a su madre cuando los vio juntos la primera vez en la consulta: “Si se habían quedado con el calco”.
En esta mesa de mantel de papel y cubiertos de plástico, no hay etiquetas que marquen a nadie. Lo mismo están sentados, de pie o correteando por dentro y fuera del local. Son todos de la misma edad mes arriba, mes abajo. Cada niño de los que forman el grupo tiene una lengua diferente, un país de origen, lejano. Es una escena atípica pero, cada día más frecuente, común y cotidiana a pesar que algunos se empeñen en que no sea así.
Los niños comen y juegan en armonía, disfrutando de la fiesta. Se ríen y gesticulan a la vez que hablan, con caras alegres y risueñas, sin percibir lo que hacen los demás.
Se lo están pasando bien se divierten con verdaderas ganas. Nada más verlos se puede apreciar. Una mueca de ternura asoma desde la esquina de la reja de quién se asoma y los ve.
Continuará

sábado, 12 de junio de 2010

LENGUAJE DE SIGNOS /1

Pasé por la puerta de una hamburguesería.
Me llamó poderosamente la atención la algarabía que en forma de nubes de algodón, de alegres colores salía por las ventanas de aquel local. Unas ventanas al ras del suelo con grandes rejas de panza, donde resulta fácil asomarse, para ver y compartir la fiesta. La estridencia de las palabras infantiles llenas de risotadas inocentes me hizo parar de súbito y me quedé un buen rato observando. Ahora, me viene a la memoria aquel hecho que me pareció precioso.
Era un día de junio, cuando el curso escolar ya ha terminado. El establecimiento está en el centro de la ciudad; no es en este momento, donde más niños en edad escolar viven, más bien la mayoría de las familias se han ido a vivir al extrarradio en urbanizaciones modernas de ingentes colonias llenas de adosados y jardines privados.
En este lugar mientras los niños celebran las fiestas de cumpleaños, las madres y padres charlan en el jardín cercano. Ya los días empiezan a ser más largos, las prisas no son aceleradas y las horas se hacen elásticas para disfrutar del juego en la calle. En el interior del local la fiesta sigue, a la espera que la gran piñata que cuelga del techo se rompan y caigan serpentinas y confetis.
La mesa está llena de medias lunas rellenas, sándwiches, bocadillitos y refrescos de distintos sabores. En ella hay siete niños.

lunes, 12 de abril de 2010

EL ZAPATO DE CHAROL y 4


Ellos eran alemanes, su físico deforme según los cánones del momento. A la mañana siguiente se reunieron los tres en el destartalado furgón de la caravana y prepararon un plan para no dejar rastro. Tenían que huir de allí. Ya no era un rumor, viejos, enfermos, deformes y judíos no tenían cabida en el nuevo orden alemán. Estaban solos y aislados, alrededor sólo peligro y terror.
Toda la noche la lluvia estuvo presente y ellos debían representar su última función. La decisión estaba tomada: sacrificarían el cerdo, de forma silenciosa y con mucha premura rellenaron los trajes de payaso con paja, los calzaron con unos lujosos zapatos de brillante charol para finalmente prender fuego al carromato. Dentro sentados en sus respectivas sillas, ardieron con el cerdo aquellos muñecos de paja. Como figurantes llevaron a cabo la última sesión "extra" de un arriesgado número de circo que les salvaría la vida. Cuando amaneció sólo quedaba entre el barrizal y los charcos un amasijo de hierro que desprendía un negro humo, olía a carne quemada. No cabría duda entre los soldados: la chusma de los payasos habría perecido en el fuego.
Sólo quedó en el dantesco escenario: un par de zapatos de charol, intactos, de distintos pies y distinto tamaño.
Nunca nadie supo cómo, pero, Clotilde, Germán y el Payaso Elegante llegaron a Suiza, donde pasarían el resto de su vida. Un día de lluvia del verano de 1942 contrajeron matrimonio, vivieron felices y en paz en el país que los acogió. Los recien casados, junto al Payaso Elegante, fundaron una Escuela de Payasos, llamada :"El zapato de Charol".
Muchos años después: un niño, llamado Manuel, con los ojos abiertos de par en par, está sentado sobre la alfombra a los pies de su abuelo.
Había escuchado muy atento aquella historia cuando de sopetón le preguntó:
- Abuelo: ¿Cómo se llamaba el payaso elegante? Germán lo mira y le pasa la mano por la cabeza removiéndole el pelo a la vez que lo acaricia con ternura.
Mientras, en la suya suenan sones de la música de un saxofón.

sábado, 10 de abril de 2010

EL ZAPATO DE CHAROL / 3






Fuera en el circo mundial, un hombre el más loco que el mundo iba a conocer, proclamaba: un universo por la fuerza de la raza, invocando la sin razón del exterminio de los débiles. El espectáculo vergonzante duró demasiado, matando, marcando y separando a millones de personas.
Emprendieron camino hacia lugares distintos. El éxodo no era fácil: Francia estaba a punto de ser ocupada; el eje Berlín-Roma, muy definido. España destrozada por las secuelas de la Guerra Civil e inmersa en una terrible hambruna. Así que todos los que se fueron nunca se supo dónde llegaron, ni nunca se volvieron a encontrar, sólo el enano y el payaso elegante se quedaron en aquel pueblo. Se ganaban la comida trabajando en un telar que fabricaba mantas para la guerra. Un día cuando volvieron de trabajar se encontraron el carromato del Sr. Strauss vacío. Se habían llevado a toda la familia a “tomar” un tren con lo que llevaban puesto y les colocaron una estrella en la solapa.
Este hecho lo supieron por Clotilde, que así se llamaba la que era su compañera que, como él, también era enana. Ella se había podido esconder gracias a su pequeño tamaño en el baúl de los trajes de gala de su pareja de función: "el payaso elegante". Cada vez se sentían más inseguros en aquel lugar. La represión del ejército era total; las gentes del pueblo mal vivían y la fábrica de telas cerró. Pronto no tendrían para comer, aunque siempre les quedaría aquella cría de cerdo que habían encontrado en el pueblo anterior y que les acompañaba como uno más.
Clotilde le propuso a Germán (el enano payaso) que deberían escapar como habían hecho todos los componentes del circo.



Continuará...

viernes, 9 de abril de 2010

EL ZAPATO DE CHAROL / 2




Muchos de los componentes del circo eran alemanes, no tendrían que temer, pero entre ellos había una familia gitana de origen húngaro, "Los Romanof", saltimbanqui y malabares. Los titiriteros rusos e italianos, los domadores de leones: "Los Toscanini". El dueño del circo era un judío alemán llamado Strauss. Siempre le había ido bien como empresario.
La pareja formada por el enano y el payaso elegante conseguían en cada función hacer vibrar las lonas con sus números diarios, produciendo carcajadas y recibiendo grandes aplausos. La vida en el circo era amable y cordial a pesar de los largos trayectos, del frío, de la lluvia y los días de nieve, los más. Las penurias de esta vida nómada y sacrificada se sobrellevaban bien, pues hacían lo que más les gustaba. Lo que se les venía encima no era fácil. Ahora tendrían que estar muy atentos a los acontecimientos. La mayoría de los días debutaban para sí mismos, como si de un ensayo se tratara.
La guerra, siempre cruel e injusta para quien la padece, podría acabar con ellos. No sufrieron daños por el ataque. Lo peor llegaría después.
Una vez invadido el país, el acoso y la persecución fue atroz. El pueblo se quedó mudo, puertas y ventanas cerradas, nadie salía a la calle, nadie hablaba con nadie; el día era como la noche, frío y oscuro. Sentían que los días eran tan largos como las cuerdas del trapecio. Pasaban despacio.
Fue una mañana de 1940. En la calle había aparecido la lluvia, arreciaba sobre la carpa con una fuerza desmesurada. Sentados en las gradas que siempre ocupaba el público fueron tomando asiento todas las familias, y en una improvisada asamblea decidieron disolver la empresa del "mayor espectáculo del mundo" que hasta entonces los había mantenido unidos, más en las miserias que en los exitos. Entre ellas y con ellas, habían comido cada jornada al menos.
Continuará...

jueves, 8 de abril de 2010

EL ZAPATO DE CHAROL



Hace tiempo escribí lo que puede parecer un cuento


Erase una vez un enano que pertenecía a una troupe de un circo alemán. Cada día junto con el payaso elegante y con sombrero de capirote, chaqueta de grandes solapas llenas de lentejuelas, atractivos colores y grandes zapatones hacían su número en la función circense: chririgotas, mimos y exageradas travesuras haciendo reír al público. Siempre la misma representación. Llenos de júbilo y alegría fueran días de lluvia, de sol, de niebla, con el estómago lleno o con él vacío, que eran las más frecuentes.
La gente del circo circula en grandes caravanas cargadas de vidas errantes que a diario extienden las lonas para cubrir sus mentiras, los deseos, los fracasos y las tristezas que, tapadas con grueso maquillaje sólo alguna malla rota las deja ver entre su piel. Cada tarde se transforman para divertir a los que vienen a verlos. Los circos encierran secretos y misterios que entran y salen de las jaulas con majestuosos andares como el de los elefantes, con miradas penetrantes como la de los felinos o tal vez salen a relucir las envidias y recelos de los saltimbanquis, de los titiriteros que siempre guardan a buen recaudo las novedades de sus grandes saltos al vacío. Más difícil todavía: " Señoras y Señores la función va a empezar".
Era una tarde de lluvia de aquel otoño sombrío y gris de 1939.Había estallado la Segunda Guerra Mundial. El circo estaba instalado en un pueblo cercano a Brujas (Bélgica). Los rumores de ataque a los países del Benelux, eran el motivo de conversación en los bares; en las calles del lugar no se hablaba de otra cosa que de la guerra. La afluencia al espectáculo empezaba a resentirse. En cada uno de los carromatos cundía el desánimo y el temor a la posible invasión de las tropas alemanas.

Continuará...

lunes, 28 de diciembre de 2009

REPARADOR

CALDO CON PELOTAS
INGREDIENTES CALDO:
¼ de pollo campero (sin piel)
1 trozo de tocino magro fresco.
1 penca apio (al gusto)
INGREDIENTES PELOTAS:
Para ½ Kg de picadillo ( Se encarga en la carnicería)
- ¼ Kg de magra de cerdo
- media pechuga de pollo
- trozo de blanco (Morcón)
- trozo de longaniza.(roja)
Para añadir al picadillo:
- dos o tres dientes de ajo
- piñones
- 3 huevos
- sal
- perejil
- ½ pan de hogaza, sólo utilizaremos la miga. (comprar dos días antes)
- zumo de limón (para apretar las pelotas)
MODO DE HACERLO:
El caldo lo hacemos en la olla a presión durante media hora. (En olla tradicional se necesitan 2 horas). Con el pollo se puede hacer “ropa vieja” El caldo será sólo caldo.
Para hacer las pelotas se le va añadiendo al picadillo (carnicería) los ajos picados, tres huevos, sal, piñones, perejil, la miga del pan de hogaza rallada y el zumo del limón (truco para que no se deshagan) Se remueve muy bien y con la ayuda de una cuchara de palo se van haciendo las pelotas también se pueden hacer con las manos (bien lavadas, claro,) Se harán más rápidas y se disfruta del placer culinario...
Una vez hechas las pelotas se añaden al caldo caliente y se tienen de 15 a 20 minutos al fuego. Después servir un tazones y hale a calentar los estómagos fríos… Es una entrada muy reparadora para las noches de invierno.
Este plato es tradicional de la Huerta Murciana… Qué a usted le siente bien !!!!

domingo, 25 de octubre de 2009

TIC, TAC, TIC, TAC......




SI NOS FIJAMOS EN EL ESCAPARATE DE CUALQUIER RELOJERÍA TODOS LOS RELOJES MARCAN SIEMPRE LA 10 y 10....

¡¡¡¡BUENOS DÍAS !!!!
Nota: cambiar la hora

lunes, 5 de octubre de 2009

¡¡ NO !!

Escuchar, ver, leer noticias hoy, es escalofriante


Son 45 mujeres muertas en 10 meses



¡¡ BASTA YA !!

martes, 30 de junio de 2009

¡ QUIÉN SE LO IBA A DECIR !

Arroba es el símbolo que se utilizaba para representar la unidad de masa llamada: arroba@ (plural @@). Una arroba equivale a la cuarta parte de un quintal y procede del árabe الربع (ar-rubʿ, cuarta parte, un cuarto de quintal, es decir 25 libras, peso equivalente a 11,502 kg – 12,5 kg en Aragón)
En la actualidad es muy conocido por los usuarios de informatica pues se utiliza para indicar «en» (at en inglés) en las direcciones de correo electrónico y otros servicios en línea que utilizan el formato usuario@servidor.
Dado el nombre original en árabe, el símbolo @ (de la arroba) se formó mediante una reunión de las letras griegas α (alfa) y ρ (rho)

domingo, 24 de mayo de 2009

DE MIS FAVORITOS

"El balandrito" 1904
"La niña" 1904

"Niños en la playa" 1910 Museo del Prado



"Paseo a orillas del mar" 1909 Museo Sorolla

Joaquín Sorolla y Bastida. Valencia 1863-Cercedilla (Madrid) 1923

Pintor impresionista.

A propósito de la Exposición que se acaba de inaugurar en el Museo del Prado. Aquí una muestra de mis favoritos. Tuve la oportunidad el verano pasado de ver en Málaga los catorce murales de la Hispanic Society of America, son escenas de provincias, un monumento a la geografía española. Ahora termina su periplo en Madrid. Es un homenaje a la paleta brillante y vitalista de este prolífico pintor, Sorolla el de las "grandes pinceladas."¡Quién pueda qué no se la pierda!