No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

viernes, 7 de mayo de 2010

BARANDILLA

El Puente Viejo en Murcia o de los Peligros es el más antiguo sobre el rio Segura a su paso por la ciudad. Al cruzar este puente sales del casco urbano y entras en el barrio con más solera, el barrio de EL CARMEN. Sobre él muchos murcianos se han fotografiado, compraban lotería, o iguales de los ciegos. También es un lugar de encuentro, de parada para charlar y saludar a los vecinos o amigos encontrados al paso. Antes y ahora, todavía, queda la costumbre de santiguarse al pasar por él. La historia de este hecho no la conozco muy bien, probablemente será en saludo a la Virgen de los Peligros que habita "encimica del puente" en una hornacina.
Carmencica iba a ser operada de amígdalas. Sus padres subieron al Puente Viejo y le dijeron al hombre de la máquina de fotos, sobre trípode de madera y cortinilla negra que le hiciera una foto a la niña; el fotógrafo metía la cabeza y subía la mano diciendo: ¡ Aquí, mira aquí !
Carmencica se agarró a la barandilla y con recelosa mirada esperó para ver aquel pajarillo que le habían dicho que vería.
Los padres y la niña se fueron a la operación. La niña y la foto tienen la misma edad ; el recuerdo de aquel día quedó para siempre como el que comió más helados que nunca, sin haberlos pedido.
Los abuelos paternos de esta niña siempre la llamaron Carmencica, eran huertanos y ella su primera nieta.

16 comentarios:

  1. ¡Ay Carmencica,Carmen o maricarmen!
    la memoria y tú qué buena pareja hacéis...agarradas a la barandilla.

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  2. jajaja...pensaba que se llamaba de los Peligros porque la barrandilla no era muy segura .
    A Carmencita no se la ve muy tranquila , agarrada a la barrandilla .
    Unos recuerdos muy lindos !

    Besos desde Málaga.

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  3. No sé si el recelo sería por la duda de si verdaderamente saldría el pajarillo o porque te temías lo peor en la visita al médico. Tienes suerte de tener un recuerdo dulce a pesar de la "fechoría". A mí me quitaron una muela con cuatro años y todavía me "veo" en brazos de mi madre llorando como un energúmeno sin consuelo alguno. Fué tal el trauma que no volví a tener una buena opinión de los dentistas hasta que conocí a Farallón. ¡Que manos tiene el tío!. La costumbre de santiguarse solamente la he visto en Murcia y no solo al pasar junto a la hornacina de la Virgen, sino al salir del portal de casa. Gracias por una charla tan distendida y agradable. Besicos.

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  4. Qué tiempos aquéllos de operaciones de amígdalas y helados para que cicatrizara la cosa. Lo recuerdo también como algo terrible. En esos casos siempre convenía tener una buena barandilla a mano o los besos de tus padres.
    Qué tiempos aquéllos en los que la vida era en blanco y negro, como las fotos, como el Nodo.
    Un saludo.

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  5. Hay Carmencica!!!!!çMe has hecho ver físicamente el puente. El Barrio del Carmen al fondo, la Virgen arriba a la derecha....

    Siempre me llamó la atención esa Virgen, así tan cerquita del puente.
    Carmencica, que contenta con los heados, que ADEMÁS, no pidió..... Fiesta!!!!!!
    Un besito amiga, me has hecho pasar un buen rato.....

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  6. ¡Quién le iba a decir a aquella Carmencica que tendría un blog en el que pondría la foto del pajarito! Una foto entrañable, en blanco y negro, casi sepia, como todas las de aquel tiempo. Una historia también entrañable.

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  7. bonita foto , bonita historia(o recuerdo creo yo) y te sigo envidiando porque veo que vas a todos sitios con tu camara en el bolsillo
    un saludo
    PD: se me olvido decirte que el blog mio es este
    http://mismocoslocos.blogspot.com/
    el otro es q solo funciona cuando quiere asi que tuve q dejarlo
    otro beso

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  8. Que bonica!!!
    Con su rebequita y todo.
    jajajajaja me rcuerda a una persona que yo se, o sea a mi.

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  9. Qué relato más bonito y más agradables aun los recuerdos, ¿verdad Carmencica? A mí siempre me llamaron Mamerta, en plan de broma, claro. ¿Dolió mucho la operación? Por tus recuerdos, veo que no, porque de aquel día sobre todo te viene a la cabeza imágenes como las de la foto: de una chiquinina que se comió todos los helados que quiso y de un señor que la deslumbró en el puente con un aparato que le devolvió su propia imagen.

    Un besito

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  10. ¡Qué preciosa estás Mari Carmen!

    Se nota que ibas un poco asustadilla, pues en aquellos tiempos no era muy corriente que nos hicieran fotos y una operación... era demasiado...

    ¡Menos mal que te llenaron de besos, de helados y te enganchaste a la barandilla!

    El modelito me encanta e ibas muy arregladita...
    ¡un primor!

    Ahora falta tu foto más reciente la del año 2.010. Seguro que sigues siendo guapísima
    Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.

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  11. Cabopá, ya estabas pensando en ser fotógrafa. Tan pequeñica y tan arregladica. Qué calcetines. Y qué rebeca. ¿Recuerdas en ese puente los vendedores de gafas de sol? ¿Y los charlatanes?
    Besicos.
    P.D. Carmencica, no creerás que me refería a esto cuando te dije que dieras la cara.

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  12. ¡Qué monísima qué estás!

    Parece que lo que Carmencita no debía tener claro era eso de que iba a salir un pajarito, por lo que pudiera pasar se agarró bien a la valla, para algo ese puente se llama de los Peligros y los niños son muy intuitivos.

    Un bonito recuerdo.

    Besicos,

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  13. Ayyyyy pero qué cosita más linda!!!!

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  14. EStá claro que Carmencica no tenía nada claro lo de la operación de amigdalas.

    Me has hecho recordar la mía. También comí más helados que en toda mi vida hasta entonces y, como le dijeron a mis padres que hablara poco, quedé enmudecido durante casi una semana.

    ¡Qué recuerdos!

    Besos.

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  15. ¡Qué guapa y simpática carmencica! y qué historia más bonita.

    Un abrazo

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  16. ¡Ay, qué bonica la nenica! Cuando yo era pequeñaja, me encantaba mirar por esa baranda el agua del río, y alguna rata nadadora que iba hacia "la isla de las ratas" que hay por la parte que linda con el Malecón. Mi curiosidad hizo que una vez me metiera entre los hierros y mi niñera me pudo agarrar casi cuando me caía. La pobre mujer tuvo que pasar conmigo mucho, porque otra vez me fui sola cruzando todo el plano de San Francisco hacia el Malecón. Un Guardia me había visto, cuando me decribieron, pequeña, con trenzas y un abrigo de piel blanco, dijo que me había visto, pero que como iba sonriendo y cantando no pudo pensar que iba perdida, sino que creyó que seguía a un matrimonio que iba un poco más delante, jajaja Todos son recuerdos del Puente de los Peligros.

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