Ilustración de Laura Garrido |
Todas las tardes desde aquel día trágico camina
hasta el puerto, entra por el pantalán más cercano y se sienta a esperar que
llegue el barco, pero el bajel no llega nunca. Y, vuelve a casa entre los
colores y la bruma del crepúsculo. Espera que pase la noche oscura, la que
traerá el día claro hasta que llegue de nuevo la tarde. Desde el fondo
insondable, parece atisbar las estelas que dejan ver una sombra, como si el sol
grácil las filtrara suaves a través de las aguas. Yo me conformo, ella no.
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Pasé por Triple C con mis palabras escritas acompañando la ilustración de Laura Garrido
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