No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

martes, 21 de abril de 2009

ESCASOS RUIDOS

Sólo con escuchar esa palabra
el corazón se llena de música.
Sereno el mar, en la orilla,
placenteras, las pisadas por la arena.
Perdiendo tu sombra se prolonga
la imagen, se guarda en el recuerdo,
de aquellos días de febrero.
No retornan las palabras sus sones,
ni los turbios ruidos del silencio.
Viajan juntos: la luz y el equipaje,
de añejos sentimientos destruidos.
Tan largo viaje emprendido, sin
cortar las ramas de los árboles.
Qué necesarias están, en nuestra
última casa dorada.
Necesitaré por ello pensar en algo.

4 comentarios:

  1. A veces no es necesario pensar en algo... Basta con sentir, como en este poema tuyo. Incluso si nos aproximamos al silencio auténtico, no hace falta ni siquiera eso.

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  2. Supongo que el ruido es el silencio que no sabemos escuchar. El recuerdo de lo no quisimos decir es la forma de esa palabra a la que te refieres; eso y la seguridad de que siempre es mejor arrugar la nariz ante el ruido que huir de las palabras. Enhorabuena por el blog.

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  3. Biennnnnnnn, muy biennnnnnnn. Me han conmovido algunos versos, con los que me siento identificada.

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