No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

miércoles, 5 de enero de 2011

POSTALES / 14

Las palabras se agitan aceleradas en el paseo. Por la orilla las ideas entran y salen sin pedir permiso para quedarse. Las toma las deja, sonríe, no sonríe. Habla, habla y habla hasta que se da cuenta que ha llegado a la estación. Las vías se separan dividiendo el camino por donde circulan las vocales. Retoma de nuevo el circuito, recoge las consonantes enlazándolas como un ramillete de flores silvestre de las que nacen y crecen entre las piedras del camino de hierro. El entramado de negras traviesas se presenta agreste a su mirada. No se detiene, como el tiempo de un reloj sin cuerda, ni se acaba como el día con sus horas imperfectas. Le rondan las palabras elegidas, sabe el significado mudo en la sombra y allí se quedan. Sólo a la sombra de un árbol centenario cuando la tarde empieza a caer y las sombras del día se oscurecen, entoces amanecen las palabras no queridas, las que antes no logró articular, las que ahora paren las ideas, las ideas abandonadas a la suerte. Esa suerte que ya no tiene, el tren en el que ahora está montada, la lleva a otro destino. Las vías le partieron el sentimiento ahora expresado, mirando aquel asiento en el otro lado del andén. Un asiento vacío lleno de niebla

5 comentarios:

  1. fantastica tu entrada anterior, la de los hijos, me ha tocado la "patata"(esa que dentro del pecho hace pum pum

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  2. Hay también nostalgia en esta postal. Esta es una nostalgia de hollín, de estación de tren, de gente que se aleja y deja huérfanos los bancos de la espera.
    Y qué terrible es cuando nos visitan las palabras sombrías, las no amadas...
    Besicos luminosos que venzan todas las sombras de las palabras oscuras.

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  3. Hay palabras como nardos, como estrellas, llenas de luz y aromas. Otras, sombrías, taciturnas, amargas, son tristes como andenes vacíos en la madrugada.
    Un saludo.

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  4. Ojalá nosotros tuvésemos la oportunidad de poder esperar al tren en un solitario banco de estación. Por desgracia el único paisaje ferroviario de que disponemos son vías cubiertas por la vegetación, semáforos que hace 30 años que no funcionan y señales despintadas y oxidadas.

    Besos

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  5. Una postal cargada de nostalgia, de ternura y de sentimiento, me ha encantado. Abrazos ;-)

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