Aunque los días de otoño no son tan largos, son largas las horas que me paso intentando recordar dónde están o dónde se han guardado aquellos objetos necesarios- no tanto- ya que quizás se pueden comprar… ¿Dóndes los habré guardado? Prosigo la búsqueda.
He aquí, la caja de las medias o un bolso de ceremonia. Las primeras porque pronto serán oportunas, lo segundo porque hay una boda a la que estoy invitada. Ambos artículos precisos para un rato e innecesarios para muchos. ¡Volveré a buscar mañana o pasado! Quizás
Volviendo a la memoria, mejor dicho a la desmemoria o más bien a la cantidad de cosas que guardamos y pocas veces usamos. Llevo toda la mañana del sábado y parte de la tarde. Ordenando armarios, buscando en cajas y cajones y… no los encuentros. Me resisto a salir y comprar de nuevo. ¿Son las 8 de la tarde, y si dejo todo y voy a comprar al menos las medias?
Tengo la casa patas arriba, la lavadora llena (aprovecho para lavar y guardar) la escalera en el pasillo, las perchas a montón, se van quedando en el más absoluto silencio esperando para volver a hablar con vestidos de invierno. Camisas y camisetas que no me pongo desde hace… bueno, mucho. Cajas y más cajas que ya no sirven, pero… ¿Y sí mañana las necesito?
En este otoño más caluroso en mucho tiempo que sufrimos, tampoco hoy es el día de cambiar el armario… Sólo me estoy asomando a su fondo y quizás (Me parezco a J.J. Millás) Más quisiera yo, lo digo por el uso de la gramática, lo leo y sus sinsabores, hoy son los míos ¡Ya quisiera yo parecerme a él! (En lo de escribir, claro).
He hecho un alto en el camino y os lo cuento. Me acompaña la radio como siempre; por las mañanas programas hablados, por la tarde música clásica. Estoy oyendo La Traviata desde Viena (RNE-Clásica)¿A qué soy cultureta? No todo va a ser tareas domésticas.
En fin dado que esto se hace largo y mi memoria corta, ya está bien de tribulaciones personales de fin de semana. Ayer estuve en la Fundación Pedro Cano pintor murciano que vive a caballo entre su pueblo (Blanca) y Anguilara (Italia) Es un pintor de lo mejor de esta tierra, más conocido en casi todo el mundo, menos en su país. (A los de por aquí les recomiendo que vayan a verlo). A propósito me compré un “juego de memoria” con detalles de sus acuarelas. ¡La memoria hay que practicarla! De cualquier forma y manera.
Estoy indignada. Aunque mi indignación no es comparable, ni mucho menos, tampoco estoy en la calle... SÍ,siento el clamor de la gente que lo está. ( Ojalá)
¿Quizás unas risas...?
ResponderEliminarHay un clamor en las calles de las ciudades del mundo del que se habla poco o nada porque hoy, lo queramos o no, es un día de futbol y como es lo que toca, a otra cosa mariposa.
ResponderEliminarMientras tus tribulaciones sólo sean ¿dónde habré metido el bolso? Bendito sea. Esas cosicas tuyas no levantan los vientos ni el aguacero. Un besico de Franziska
Ay si los fondos de armario hablasen? Y si supiésemos el rincón de las cosas que se esconden cuando las necesitamos y aparecen cuando no hacen falta...
ResponderEliminarHoy somos todos indignados...
Besos desde el aire
Dichosos armarios, pasas horas poniendo todo en orden y un día que vas con prisa, no ves lo que tienes delante de los ojos, y en cuestión de segundos pones todo patas para arriba.
ResponderEliminarAquí seguimos de verano, no quiero pensar en medias. Hoy he estado en la playa, el agua fresquita pero mucho calor!!!
Besos!!!
Vine de la calle y había miles gritando (como yo).
ResponderEliminarAhora me relajo con tus bellezas y me entristezco con la silla de ruedas.
Me gusta venir, querida Mari Carmen.
Muchos besos
Lo de la calle es verdad: yo he estado gritando un rato. Lo de la memoria, bien hecho. Y lo de La traviata, te envidio... ¿quién hacía de Violeta?
ResponderEliminarMe gusta que "las perchas vuelvan a hablar con los vestidos de invierno".
ResponderEliminarSí, ojalá, porque la indignación crece como la espuma.
Besicos.
Una entrada "con de todo un poco", esas medias que nos traen de cabeza, esas perchas, la escalera en el pasillo...es algo tan cotidiano que me veo reflejada en ti con estos quehaceres. La indignación la tenemos unos más que otros, según nos vaya la vida y las cosas del trabajo y las pelas. El pintor seguro que es bueno si nos hablas así de él, pero ya sabes que nadie es profeta en su tierra.
ResponderEliminarUn besico de fin de semana.
Todo el mundo sabe que en el armario viven monstruos, a unos les da por comerse medias y bolsos, a otros les da por cargarse tu vida. Yo le pondría un candado y lo tiraría al mar. Un beso.
ResponderEliminarYa quisiera J.J. Millás hacer un artículo como este... con toda la gramática que sepa.
ResponderEliminarUUUyyy yo tiemblo cada vez que se me ocurre ordenar armarios porque sé que el día se me va a hacer muy largo. De una camiseta me voy al pantalón y del pantalón acabo ordenando toallas, sábanas, juguetes y papeles (esto último es lo peor).
ResponderEliminarEspero que volara rápido tu sábado y hoy lo dediques solo a pasarlo bien y al relax.
Acabo de aterrizar en tu blog, nos seguimos leyendo.
Saludos!
Escrito para enmarcar.
ResponderEliminarBesos y vuelvo esta tarde.
Cabopá, me encantan tus tribulaciones. Ese repaso a un sábado de búsquedas y a esa explicaciones de una memoria juguetona. En cuanto a los objetos que no aparecen cuando se les necesita, es su forma de vengarse por haberlos olvidados, son así de puñeteros. Coincido contigo en lo de Millás, a mí me encanta, creo que a ti también, ¿no?.
ResponderEliminarMe he reído mucho con tus tribulaciones, aunque sospecho que tú no tanto en su momento. Mañana será otro día.
Bessets y a seguir escribiendo.
Cuando me dijeron: "más vale lapicico corto que memoria larga", no entendí su sentido a la primera; si hubiera leído antes estas tus tribulaciones, por supuesto que al momento hubiera captado el mensaje de aquel dicho.
ResponderEliminar¿Ah, cómo me identifico en eso de guardar cosas que no me pongo desde el tiempo de Maricastaña!
ResponderEliminarMe cuesta tirar por si acaso, pero el acaso en cuestión me está haciendo acumular chismes que ocultan en su maraña los que verdaderamente busco.
¡Si es que no tenemos arreglo!
En cuanto a lo de la indignación, es que clama al cielo la situación en que estamos instalados ya...
¡qué miedo!
Un besico
Mer siento identificada con tus tribulaciones, aunque debido a mis bastantes mudanzas, voy aligerando y ahora procuro cada temporada hacer una limpia salvaje. Pero siempre está aquella caja o aquel pañuelo o jersey que sabes que has guardado y no aparece.
ResponderEliminarMe gusta escuchar la ópera con los cascos y los ojos cerrados, lo hago algunas veces, no tantas como quisiera. Cuando trabajo, Mozart, sobre todo sus conciertos para piano.
Sigo indignada. Estuve media manifestación, no nos movíamos, era una marea, y me pudo mi lado claustrofóbico y mi inquietud ante el gentío. Xavi aguantó hasta el final, como un jabato.
Muchos besos, Maricarmen, me iré poniendo al día.
gran pintor y persona. fijo que cuando tires alguno de esos objetos inutiles que guardabas al dia siguiente te hara falta
ResponderEliminarYo si estuve en la calle :) Un besico, Cabopá
ResponderEliminar· En asuntos de memoria, no me hables. ¿A que he venido yo aquí?
· besicos salado, eso si lo recuerdo
CR & LMA
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Ha dejado escrito mi amigo Enrique Nieto que las señoras de la casa queréis compartir con los hombrecicos de la casa todas las faenas domésticas: plancha, fregaza, cocina, lavadora... todas menos una: el trasiego de armarios y ropas de una temporada a otra. ¿Será cierto?
ResponderEliminarMe gusta ese ¡Ojalá! que has puesto: Coincidimos.
Besicos.
Tienes un correo amiga.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte desde mi Librillo.