Hoy el lápiz y el
papel están en desuso han sido sustituidos por un teclado que acompaña con
música cadenciosa e ilumina las letras con una luz invisible. La banda original
de nuestra vida está llena de trazos sobre papel. Aunque los cambios y la
melancolía aparezcan entre los visillos del mirador y se queden escondidos bajo
la mesa de camilla, el teclado ha ganado la batalla. Los cuadernos siguen
apilados en el anaquel del armario, esperan silenciosos para reunir las
palabras emitidas por esa voz que no deja de musitar significados parecidos o
distintos, según el día y la hora.
Hoy las manos se
deslizan por las teclas con rasgos rápidos. No hace falta, goma para borrar, ni
papel calco para copiar… La música de los trazos sobre el papel, ya no suena,
ni siquiera cuando se deslizan por él, las tildes.
La elegante y gentil
pluma estilográfica llora por los rincones de los escritorios o en las cajas y
fundas de las extinguidas papelerías con olor a tinta de tintero.
En las recamaras
oscuras de estos establecimientos, se cuenta que se las oye llorar por las
esquinas. Cada mañana cuando llega Miguel y sube la persiana, saluda con agrado
dando los "Buenos días" Lo hace cada día porque sabe que las plumas
estilográficas dejaran de gimotear.
Él conoce muy bien
del placer de escribir a mano.
Cuanta razón tienes, que pena haber avandonado la pluma estilográfica y el papel, con su peculiar sonido al escribir, pero ahora se impone el pc, rápido, limpio, no hay borrones, ni papeles en la papelera. Se ha impuesto como se impone todo en estos días, tenemos que ahorrar tiempo, siempre hay tanta prisa...
ResponderEliminarBesos,
Ese va a ser el origen de los lamentos que se escuchan algunas noches. En casa tengo una nutrida colección de plumas. Me gustan tus buenos días, claro que sí.
ResponderEliminarUn beso
No hay nada como escribir a mano.
ResponderEliminarTodo lo importante, como las caricias, ha de hacerse a mano, no a través de una máquina.
Un saludo.
Cabopá, aunque el ordenador vence cada día a la pluma, el placer de escribir a mano no desaparecerá, tomar apuntes en tu vieja libreta es un ritual que te devuelve a la niñez, por lo menos a mí.
ResponderEliminarBessets.
Entiendo tu nostalgia, amiga. Yo también la siento muchas veces, aunque reconozco la comodidad del ordenador y del teclado (te equivocas, borras y no pasa nada, no tienes que mecanografiar nuevamente la página).
ResponderEliminarTambién echo de menos mis plumas, sobre todo una con un alto valor de afección que me regaló mi hermano al acabar la carrera. Por ahí andan, en los cajones, solitarias, sin tinteros ya ni cartuchos. Ha ganado la asepsia del ordenador, son los tiempos. Como posiblemente un día no tengamos estanterías con libros y todos los tengamos almacenados en aparatejos para leerlos (me resisto, no creas).
Preciosa nostalgia, Carmen.
Besicos.
La máquina acaba con todo, hasta con nuestra personalidad.
ResponderEliminarSe ha perdido el hábito de escribir acariciando los bolis, las plumas, los lápices. El ordenador es como un gran ser que que abarca todo. Todo empeiza y termina en él.
ResponderEliminarCuando se estudie la historia a esta etapa se la llamara la edad del ordenador.
Un saludo.
Es un placer oir deslizarse la tinta por el papel.
ResponderEliminarBesos
A pesar de que la tecnología nos atropella, aún resistimos algunos con nuestras colecciones de plumas, boligrafos, portaminas y lápices. Todas mis notas y vrios de mis primeros borradores de micros están escritos a vuelapluma.
ResponderEliminarAhora bien, no podemos olvidar la bendición que ha supuesto la informática a la literatura.
¿Quién nos leería a algunos de nosotros si no fuera así?
Un abrazo.
P.D. Odio este teclado que me roba la mitad de las tildes.
Sigo escribiendo en mis libretas, aunque reconozco la comodidad del ordenador. Pero el sonido del boligrafo al deslizarse por el papel es inspirador.
ResponderEliminarMe gusta tus Buenos días.
Besitos
Un papel y un boli o lápiz a mano no viene nunca mal...Yo sigo utilizándolos, no siempre tenemos el ordenador a mano y la memoria no es lo que era...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Las ventajas del ordenador son innumerables pero creo que nada puede sustituir el placer de deslizar un boli, lápiz o pluma por el papel.
ResponderEliminarYo sigo utilizando el papel como borrador: disfruto tachando, releyendo,escribiendo entre líneas,....El ordenador es más limpio pero borras y ya no puedes releer lo que has borrado.
Me ha gustado mucho lo que has escrito.
Besos!!!
¡Qué bonito! La última frase me ha encantado, vale por un manifiesto. Yo sigo escribiendo a mano las cosas que más me importan. La grafología entiende que hay mucho que comprender en los rasgos de una escritura personal, en los de una firma con su rúbrica.
ResponderEliminarLas pruebas de imprenta de las novelas se corrigen a mano, es decir, que yo sigo garabateando papeles.
Un besico
Miguel y los escolares seguirán usando el lápiz y el papel y nosotros alguna vez cuando la inspiración nos asalte en algún lugar desusado.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Me encanta cómo lo dices... y es que para mí también el placer de escribir sobre papel solo desaparecerá el día que desaparezca yo.
ResponderEliminarBesos.
La verdad es que tengo olvidado ese placer. Me gusta ese llorar de las plumas (lloran tinta). Es más, ya mi letra es horrible, no la reconozco, me escribo notas en posit y luego pregunto quien lo ha puesto (es broma, pero casi). La lectura de tu relato me ha transportado. Gracias
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