sigue del jueves 2 feb.
Elías,
el narrador de
ensayos profundos teñidos de ironía clásica;
enciende un cigarrillo y observa al equipo a través de esas lentes que
acogen a timoratos personajes llenos de sabiduría e impregnados de
condicionamientos religiosos que se pasean por ciudades con calles que miran al
mar, en una poética de falsa humildad romántica y poco convencional. Sus
cuentos son transgresores, quizá como el mismo.
No vive en la
misma ciudad a veces no acude a la cita de los martes pero cuando lo hace deja
notar su presencia. Se trata de Irene,
acaudalada y encantador señora, la de
mayor edad; inmersa en un mundo literario tejido con esparto y albardín. Valedora de honores merecidos por los servicios prestados
en una sociedad rígida, que no le negó oportunidades. Con gran maestría
describe sin pompa en gradiente de misterio. Ahora ya tiene todo el tiempo, los
uniformes militares se han quedado en la reserva.
Cuando entra en
la trastienda el “príncipe de las mareas”, lo hace de una forma tan
prudente y silenciosa, como si este
polifacético personaje del mundo subterráneo tuviera ensayado su comportamiento
en ese océano donde nada y practica a diario con los hechos que conoce tan
bien. Capta en las sopas de letras el sentido y el contenido de las palabras.
Oculta en sus rizados cabellos, Ramón
el prodigio de encontrar la calma detrás de grande relatos.
Arturo, el joven de ideas sostenibles
defiende con cordura lo que hace dentro del mundo en el que vive. Es el rostro
observador de lo cotidiano. Nada le impide vagar en campos desiertos y áridos,
por eso mora en la utopía del planeta, que con ansia quiere proteger mediante
palabras escritas sobre verdes cuartillas de papel reciclado.
Está Pepa sentada con una gran cuaderno en
la mano, con el lápiz hace dibujos que
bosquejan figuras para después describirlas con palabras difíciles de raíces
griegas, entre hojas de acanto para que floten en playas mediterráneas. El
pincel y el lápiz de Pepa tienen la
dulzura del merengue que hay dentro de un hojaldre a veces, otras, la acidez
del limón con el que se aliña el té que
toma a media tarde. Practica la seguridad y defiende con valentía su paso por la vida. Su huella pende de las
paredes que sujetan la librería.
continuará...
Qué maravilla en esta galería de personajes que nos describes en la tertulia de los martes. Son poesía. ¿Tú no serás Pepa? Con cada personaje se me abre ante mis ojos cómo serán sus vidas, como son físicamente, sus sentimientos... Eso provocas con tu texto. Me ha encantado esta galería. He disfrutado mucho. NO puedo comentar todo lo que quiero porque no tengo tiempo ahora pero siempre te leo. Un besazo.
ResponderEliminarMe han gustado tus invitados, mucho, puede que además porque los martes yo también tengo una cita literaria...
ResponderEliminarUn relato cautivador, vendré a seguir leyendo, claro!!!
Un abrazo
¿Realidad o ficción?...describes o creas? o ambas cosas a la vez?
ResponderEliminarUn abrazo!
Este club de los martes me está resultando muy interesante. Me dejo llevar de tus palabras para conocer a todos sus integrantes.
ResponderEliminarBesitos
Jejeje, el mío es los miércoles. Precioso.
ResponderEliminarMe voy unos días pero regreso antes de que te des cuenta.
Besos desde el aire
Todo un abanico de personajes que se engarzan en torno a las palabras. Las de ellos y las tuyas, gracias a ellas los vemos en esa tertulia envidiable.
ResponderEliminarBesos Cabopá
Ameno relato el que compartes. Sueles despertar memorias con el canto de tus aves.
ResponderEliminarCabopá, excelente presentación de escritores que se reúnen al fuego de las letras. Nosotros, lo hacíamos los miércoles y era un gran experiencia. Se echa de menos.
ResponderEliminarEsperaré ansioso una nueva entrega de El club de los martes.
Bessets.
Aunque se trate de gente muy diferente, todos tienen algo en común que les hace reunirse en torno a una mesa para compartir cosas, además del café.
ResponderEliminarPuede tratarse de un momento mágico. Todo depende de los componentes del grupo.
Yo tuve una experiencia bastante negativa allá por mis años universitarios, cuando tuve la mala suerte de encontrarme con una panda de pedantes que no había quién los aguantara. Eso sí, entre ellos había gente interesante y que aportaba cosas, los menos.
Un saludo.
Excelente la 2ª entrega, tanto como la primera, espero ansiosa la continuación...
ResponderEliminarUn saludo,
Lo primero, Maricarmen, no sé si esta manera en que me sale el espacio para el comentario te lo pongo a tí o respondo al anterior comunicante.
EliminarPero sea como sea, sigo estos martes literarios con mucho interés, los personajes prometen, espero que no nos dejes sólo con la presentación.
Besicos,
He leído también la primera parte y veo que nos ofreces un amplio abanico de personajes de esa tertulia semanal.
ResponderEliminarMuy bien descritos en sus líneas generales, continuaré el relato, a ver cómo se interralacionan entre sí y a qué desenlace nos llevan
Besicos.