No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo. Oscar Wilde

viernes, 24 de febrero de 2012

MIL MENOS UNA


Hoy tenía ganas de llorar,
el espejo le dijo que sonriera…
Lo intentó todo el día

Hoy tuvo ganas de hablar,
sólo quedaron  escritas las palabras por escuchar…
Y pasó ayer y no lloró
rió, sonrió a la vez que  pensaba,
al menos un día fue respetado
por el deseo…

A veces los espejos,
no se equivocan.
Y dándose la vuelta oyó una carcajada…
A veces los espejos,
también ríen.
Cuaderno azul 

16 comentarios:

  1. Dejemos las lágrimas para mañana...Riamos hoy.

    Besos desde el aire

    ResponderEliminar
  2. De entre todos esos otros yo se pueden encontrar fortalezas así. Muy alentador poema.

    ResponderEliminar
  3. He borrado el anterior comentario, porque después de leerlo,no me gustó, así que lo escribo de nuevo.

    Si yo me hubiera visto ayer en tu espejo, seguro que la imagen que se hubiera reflejado es la de una mujer llorosa, y es que tenía(tengo) un día tonto.

    besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mejor así, sin llantos, guardemos las lágrimas para cuando sean absoluta e irremediablemente necesarias. Besos.

      Eliminar
  4. Menos mal que a veces los espejos se ríen... es una forma de desdramatizar.

    ResponderEliminar
  5. Es mejor que los espejos puedan hacer todo lo que nosotros hacemos para no perder la capacidad de sorprendernos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Cabopá, que relato más mágico presentas hoy. Aunque los espejos hablan muchas veces, no con palabras o carcajadas, pero si con su lenguaje visual, y con ello nos aconsejan.

    Bessets.

    ResponderEliminar
  7. Estupendo, le has dado vida al espejo por reflejar tan bien la nuestra.

    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Cuidado con los espejos.
    A veces cuando por necesidad me miro en alguno de ellos siento que me están observando, estudiando, analizando...
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. Qué miedo. No sé qué haría si de mi espejo del baño saliese una carcajada... ¿Un fantasma empotrado o el espíritu del Espejito Mágico? Vuando eso pase, pensaré que la carcajada que oía no provenía del pobre espjito comprado en el Carrefour, sino de mi propia cabeza destructora a veces.
    Besitos

    ResponderEliminar
  10. A veces los espejos también ríen..., eso es lo que cuentan porque el espejo no puede reir si no lo hace quién se refleja.

    Besitos

    ResponderEliminar
  11. Los espejos son más sabios de lo que creemos.
    Besos, Cabopá

    ResponderEliminar
  12. Me gusta el concepto de manejar el espejo como un ser vivo, o como la puerta de acceso a otro mundo, Cabopá.

    Los espejos, tan borgianos ellos cuando los sumergimos en la literatura, son un recurso fantástico para hablar de sentimientos y tú, con esta pieza, lo demuestras.

    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  13. Cuando saco a Candela de la bañera y la estoy secando juego con ella a que nos miran desde el espejo, ella dice que somos nosotros mismos, pero se rie a carcajada limpia...siempre me lo pide.

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  14. Hay días (bueno, casi todos) en que más vales no mirarse al espejo.
    Ojalá el mío me sonriera a mis espaldas.
    Besos, Cabopá.

    ResponderEliminar
  15. Carmencica siempre aciertas.

    De espejos, guardo un poema de Polo de Medina -nuestro paisano- que con su estilo quevedesco escribió "A una vieja y fea, que quebró el espejo porque le hacía mala cara". Uno de sus versos dice así: "¿En qué el espejo te agravia / siendo el tiempo quien te ofende?".
    Besicos.

    ResponderEliminar