El
mar, el mismo mar. El de ahora, el de ayer, el de siempre. Azul a tres bandas
según la distancia, según el viento. Ahora lejos lo veo, lo recuerdo, el de ayer está en mi
retina siempre en movimiento, ese que se queda en la memoria. Juego de brisa y
arena, de paseos al sol y a la sombra; un vasito de agua fresca y una fruta
brillante. En los días de mar con alegría, en los días de mar con esperanza sobre
la arena, los cuerpos al sol, mientras camina dejando huellas firmes de la vida que acompaña.
Y los azules se quedan o se van como las flores amarillas que verdean; no hay tiempo que perder en los senderos de la indecisión. Sin pausas sin prisas que te lleven a lo alto de la cala, allí la gravedad sigue siendo la ley. Las miradas al azul llenan los días de la semana, cuando no te asomas y los vientos te traen los sabores del azul salino.
Y los azules se quedan o se van como las flores amarillas que verdean; no hay tiempo que perder en los senderos de la indecisión. Sin pausas sin prisas que te lleven a lo alto de la cala, allí la gravedad sigue siendo la ley. Las miradas al azul llenan los días de la semana, cuando no te asomas y los vientos te traen los sabores del azul salino.
Desde el mar, junto al mar...Foticos, cosicas mías...